martes, 2 de abril de 2013

Estupor y temblores, de Amélie Nothomb

1.
Si se fijan, hace poco leí otra novela de Nothomb, Diario de Golondrina. No me voló la peluca, pero sí me dio ganas de seguirla leyendo, así que le pedí a Paco que eligiera de su completa colección de obras de Nothomb el que más le hubiera gustado. El puesto número uno era Antichrista, late (o repe, según la escuela a la que haya ido cada uno). Y el segundo que más le había gustado es éste, Estupor y temblores. Acuerdo con Paco, y Estupor y temblores pasa a estar segundo en el ranking de obras de Nothomb, una de las más capas contemporáneas. Aparentemente, el tercero está entre Metafísica de los tubos, Biografía del hambre y Ácido sulfúrico. Veremos.

2.
Estupor y temblores es la reacción que, según la tradición, se esperaba que tuvieran los súbditos al comparecer ante el emperador del Japón. De ahí el título de Estupor y temblores, la novela autobiográfica (no sabemos hasta qué punto) de Nothomb en la que la escritora belga nacida en Kobe narra su experiencia como empleada de una gran empresa japonesa. Por lo menos en la novela, Nothomb entra a trabajar en el escalafón más bajo del departamento de contabilidad, y desde ahí, desde el escalafón más bajo, comienza a descender, junto con su dignidad.

3.
Es una novela muuuy divertida, y un poquito desesperante, y también es droga y la leés en un rato. Y también sirve para recordar que los japoneses no son todos tan copados y que el racismo es una de sus características, como sociedad, destacadas. Es muy corta, como todas sus novelas. Si la van a leer, eviten la contratapa.

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