viernes, 11 de septiembre de 2015

La cultura europea del siglo XIX, de George Lachmann Mosse

1.
George Mosse nació en Berlín en 1918. Su abuelo era el campeón de la publicidad y la prensa liberal en Alemania. Hay un edificio en Berlín, donde funcionaba la imprenta del abuelo, que se llama Mossehaus*. Así que podríamos decir que eran ricos. Y eran judíos además, y liberales, así que en 1933 se tuvieron que exiliar. Jorgito recaló en Gran Bretaña, donde estudió en Cambridge, y después en Estados Unidos, donde hizo la mayor parte de su carrera como profesor universitario y como historiador. Estudió temas de historia política y cultural de los siglos XIX y XX, desde la Anti-Corn Law League hasta la Alemania nazi, haciendo énfasis desde algún momento en el nacionalismo como germen de los regimenes irracionalistas del siglo XX. Y además era homosexual, también escribió sobre eso, un libro que se llama Nationalism and Sexuality: Respectability and Abnormal Sexuality in Modern Europe y otro que se intitula The Image of Man: The Creation of Modern Masculinity, ninguno de los dos debe estar en castellano. En la materia Historia Contemporánea de la UBA hace muchos años son obligatorios dos libros de Jorge, uno es éste, La cultura europea del siglo XIX (editorial Ariel), que en Argentina ya no se consigue ni usado, y el otro es el de más reciente edición (y además argentina) La nacionalización de las masas, que igual ya está agotado también, y del que volveremos a hablar en su reseña correspondiente cuando lo termine de leer si es que eso ocurre en algún momento.

*(el edificio tiene una historia muy interesante: fue construido en 1901, ocupado por los espartaquistas en la revolución fallida de 1919 y subsecuentemente atacado por las fuerzas del orden, después fue reconstruido y remodelado entre 1921 y 1923 por Erich Mendelsohn, un arquitecto muy importante que hizo por ejemplo este edificio increíble, y al que lo ayudó otro arquitecto muy grosso, el vienés y luego estadounidense Richard Neutra, y parece que durante la reconstrucción se cayó una viga y rompió el techo de la oficina del diario, que seguía funcionando, matando a 14 personas: qué desprolijo, Mendelsohn, más cuidado. Después lo hicieron mierda en la Segunda Guerra -al edificio, no a Mendelsohn-, y al final lo volvieron a reconstruir en los años '90. Hoy la calle en la que está se llama Jerusalén.)

2.
El libro que nos convoca en esta ocasión es algo así como un manual, que permite un pantallazo general sobre las ideologías más importantes del siglo XIX, desde una perspectiva que se pregunta cómo llegamos de las ideas de los iluministas del XVIII a los nacionalismos racistas del XX. Los capítulos entonces se llaman "Romanticismo", "Nacionalismo", "Racismo", "Liberalismo", "Conservadurismo", "Marxismo", y un par más. Es un libro fácil, no tiene notas al pie ni bibliografía ni nada de eso. El tono general está ya en la introducción, donde queda claro que Mosse apunta a una conclusión en el orden de la de Fromm en El miedo a la libertad
A lo largo de la historia ha habido hombres que quisieron, como los puritanos, "construir Jerusalén sin demora". También este deseo pareció producir en los tiempos modernos gran parte del talante general de la época. Hay una razón que explica esto. Los últimos siglos fueron periodos de rápido cambio en los que Europa estaba pasando a hacerse urbana e industrial. En este período muchas personas se sentían acorraladas, mientras que otras eran testigos de cambios que no podían entender y se enfrentaban a problemas que parecían insolubles. Se alienaron de su sociedad más hombres en este período que en ningún otro período anterior de la historia humana. No tiene nada de raro que anhelasen un futuro más esperanzador; y no sorprende que concibieran ese futuro como algo ajeno a la realidad presente de la vida europea.
Esta huida de la realidad adoptó muchas formas (...). Hiciéranlo como lo hicieran, buscaban una realidad "más profunda"... una búsqueda que conduciría al totalitarismo porque fue siempre la búsqueda de alguna autoridad con la que poder indentificarse y que acabase con la situación imperante.
Al final de cuentas, el combate ideológico del siglo XIX, que conduciría al del XX, es para Mosse un combate entre las ideologías que se apoyaban en la Ilustración, como el liberalismo o el marxismo, o sea, ideologías racionalistas, y aquellas otras que rechazaban ese racionalismo de la Ilustración y buscaban "lo auténtico" debajo de las apariencias, como el nacionalismo y el racismo. Es la misma dicotomía que utiliza nuestro amigo Eric Hobsbawm para explicar la alianza de los EEUU y la URSS contra la Alemania nazi: los herederos de la Ilustración contra los irracionalistas. O, volviendo a La montaña mágica, Settembrini contra Naphta.

No hay comentarios: