sábado, 13 de agosto de 2016

Cumpleaños, de César Aira

1.
Antes era asiduo de subrayar los libros que leía (tengo Rayuela, mi biblia de la adolescencia, todo subrayado), después se me pasó. Con Cumpleaños tuve la necesidad vital de subrayar cosas geniales, o que me interpelaban directamente, como ésta:
¿Cuántos libros he leído en mi vida? Perdí la cuenta. Nunca se me ocurrió hacer listas o cálculos, y sin embargo advierto que siempre contemplé los libros bajo una luz, podría decirse, cuantitativa. (p. 41)
Sorprendentemente dirigida  a mí, esta cita. Yo no hago listas pero tengo un blog en el que reseño todo lo que leo que tenga forma de libro. Y sigue en la página siguiente con esta genialidad:
Los libros leídos, por supuesto, también son experiencias vividas, y la suma de todos los libros que uno ha leído también lo hacen único en ese aspecto. Esa "biblioteca" personal nunca es igual a la de otro; podría serlo, por una grandísima casualidad, si uno ha leído unos pocos libros y se ha limitado a lo convencional; pero con cada libro nuevo que se lee las probabilidades de coincidencia disminuyen exponencialmente. (...) No podría pretender que ése sea el objetivo, pero mi afán por seguir leyendo, al azar, cualquier cosa, libro tras libro, buenos y malos, es como si obedeciera a la intención de asegurarme de que la "cifra" que dé al final mi experiencia de lector sea absolutamente única y sin igual. (p. 42)
Faaaaaa. Otra:
La vida de los desconocidos tiene reglas propias, siempre distintas, y el que quiere deducirlas a partir de un encuentro casual se pierde en un océano de conjeturas. (p. 51-52)
 Taaaa bueeeenaaaa. Otra:
En mi fase más extremista, llegué a considerar oscurantista el mero hecho de pensar por uno mismo. En realidad, sigo opinando lo mismo: el saber está en los libros, no en lo que uno pueda elucubrar. Los que piensan, se merecen sus errores. (p. 54)
Standing ovation. Otra:
(...) nos despertamos por separado, según nuestro ritmo o necesidad o capricho... pero nos despertamos a la realidad, que es un gran acontecimiento colectivo en el que participa todo el mundo.
No me refiero sólo al sueño propiamente dicho sino a toda clase de ausencia, como volver de unas vacaciones en la playa o salir de la cárcel, y más aún a todas las distracciones o estados de concentración intensa o cegueras parciales... Y en esas categorías entra casi todo, la vida está hecha de ellas. (p. 66)
Doble standing ovation para esa. Otras, por orden de aparición:
La humanidad sigue siendo mi exacta contemporánea. (p. 69)
La transvaloración del trabajo es una de las muchas cosas que me asombra. Otra es la desmaquiavelización de la política del Estado. Súbitamente, al Estado se lo ha empezado a juzgar por un canon de virtudes privadas, primera y principal la honestidad. (...) Supongo que eso se debe a que ahora los asuntos públicos los deciden las corporaciones, y al Estado no le queda más función que dar un modelo de perfección ética, como la corte imperial china. (también p. 69)
(Este libro es de 1999, que gran reflexión del Estado neoliberal y de la opinión pública en los '90s, y qué curiosa además a raíz de lo que pasó desde entonces, pasando por la recuperación del Estado de la década kirchnerista y la oposición honestista -que no es lo mismo que honesta- al estilo Carrió-Stolbizer. Sobre el honestismo, el venido a menos Caparrós dice algo piola en este video).

Acá una justificación de por qué a veces sus finales son tan horrorosamente malos (como en la primera novela suya, que me hizo odiarlo un tiempo largo, El pequeño monje budista):
...el mismo hastío y vergüenza de lo que estaba haciendo me convencía de que una vez terminada esa novela en proceso podía morirme; antes no, porque nadie iba a saber cómo terminarla. Así que me precipitaba hacia el fin, y siempre llegaba antes de lo que esperaba (a costa de la calidad, es cierto), y como marca de alivio le ponía la fecha al pie. (p. 97-98)
Hay un par más, pero me cansé de tipear.

2.
Cumpleaños es un ensayo, o varios ensayos, contextuados en un libro escrito como una especie de diario, que comienza con Aira visitando su ciudad natal, Coronel Pringles, a pocos días de su cumpleaños número cincuenta. Es un librito breve, de letra grande, editado por Debolsillo, debe ser barato imagino y vale cada peso, es maravilloso y la pasé re bien. Este libro lo ligué gracias al juego ese de Facebook de la estafa piramidal por la cual vos regalabas un libro a alguien y recibías siete en teoría: yo recibí sólo dos, uno es este y el otro lo regalé el mismo día que lo recibí, pero dos libros al precio de regalar uno es un gran negocio así que puedo decir que el juego funciona, igual que las estafas piramidales.

1 comentario:

Nicolás dijo...

Probablemente el mejor libro de Aira. También te recomiendo sus "Cuentos reunidos" (está en la red), en los que hay relatos que son del estilo de "Cumpleaños".