domingo, 12 de marzo de 2017

Del caminar sobre hielo, de Werner Herzog

1.
Herzog es CLARAMENTE, de los contemporáneos, uno de los más capos. Podemos cerrar cualquier discusión que alguien (no se me ocurre quién) pudiera querer iniciar al respecto, aduciendo que Herzog aparece (él mismo, como actor, poniendo la voz a un personaje) en Rick and Morty.

2.
Zanjada esa cuestión: Del caminar sobre hielo es un diario, que Werner escribió entre el 23 de noviembre y el 14 de diciembre de 1974, mientras recorría a pie, en pleno invierno europeo, el trayecto entre Múnich y París, porque creía que cumplir con esa peregrinación salvaría la vida de Lotte Eisner. Mejor con sus palabras: 
A fines de noviembre de 1974 me llamó un amigo desde París y me dijo que Lotte Eisner estaba muy enferma y que probablemente moriría, a lo que yo dije que eso no podía ser, no en este momento, el cine alemán aún no podía prescindir de ella, no debíamos permitir que eso sucediera. Agarré una campera, una brújula y un bolso con lo estrictamente necesario. Mis botas eran tan sólidas y nuevas que confiaba en ellas. Tomé el camino más recto hacia París, con la firme creencia de que ella seguiría con vida si yo iba a pie.
3.
Igual que me pasó cuando leí Conquista de lo inútil, no puedo creer que el mismo hombre que es un genio como cineasta sea tan genio como escritor, aún escribiendo para sí mismo (aunque es mi creencia que quien escribe un diario, igual imagina un lector al que le escribe, y al que por ende intenta impresionar con su escritura). Este libro está lleno de poesía, es casi pura poesía, descripción, no hay mucha acción concreta. Herzog camina, pernocta en casas vacías en las que irrumpe violentamente y después sigue caminando, a veces come, muy pocas veces habla por teléfono con su casa (me parece que medio que dejó a su jermu sola con una criatura para hacer esa caminata, mal ahí Werner), y menos veces habla con personas en su camino. El libro (o librito, súper de bolsillo) incluye, al término del diario, la transcripción del discurso que dio Herzog unos años después, en 1982, en un homenaje alemán a la mencionada Lotte Eisner. Es un complemento perfecto del diario, un comentario del mismo, y una cosa hermosa de por sí. El libro en alemán fue publicado originalmente en 1978. Y eso. Adorei.

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