lunes, 1 de julio de 2019

Melodrama minimalista, de Laura Preger

1.
Laura Preger es la Humana del Milenio (recibió esa distinción de una prestigiosa institución) y por lo tanto me es muy difícil ser objetivo en esta reseña, más aún teniendo en cuenta que nunca soy objetivo y que la objetividad no existe. De hecho, he de confesar que este libro lo leí en su momento de publicación, allá por el lejano 2017, y que amparado en la Constitución Nacional de Resistirse es Fútil, que dice en su artículo vigésimo noveno que no es obligatorio reseñar los libros de poesía, desistí de tal acción. ¿Por qué? Porque reseñar poesía es muy difícil. Uno empieza con preguntas como ¿este libro es de poesía? ¿qué es la poesía? y así hasta que nos morimos todes. Y entonces, ¿qué pasó? Pasó que una Organización Internacional reclamó ante La Haya por la reseña de Melodrama minimalista, alegando que el libro tiene lomo y por lo tanto es menester que sea reseñado, y si bien podría haber apelado me pareció muy oneroso y acá estamos. Además, el libro es hermoso, para qué le voy a mentir, y era una buena ocasión para leerlo de nuevo y encontrarle nuevas cornamusas. 

2.
Mi texto actualmente favorito de Melodrama minimalista es este: Banana Republic.

Es de mañana
conozco el barrio y me gusta
está nublado
garúa
paso caminando frente al sanatorio donde murió mi abuela
pero a la vez
en otro layer
entro al sanatorio
y en otra
estoy en la puerta
es de noche y abrazo a mi mamá

unas cuadras después
las personas se amontonan en la puerta de la iglesia
me subo a un taxi
escucho al presidente decir "yo estoy aprendiendo a ser presidente"
y me quiero morir

me saco las zapatillas
se ve que me llevé los zoquetes equivocados

quiero darle una forma
coherente
a todo
quiero costuras prolijas
pero está imposible.

3.
Creo que no hay discusión (¿alguien me quiere discutir?) sobre si los textos de Melodrama minimalista son poesía o prosa (¿prosa poética? me empiezo a discutir a mí mismo), pero, never Deleuze, relatan un relato. Un momento transicional en la vida de una sujeta, que vive sola, que vive con alguien, que va a lugares o viene de lugares pero que al mismo tiempo está en otros layers -como dice acá arriba- tiene en la cabeza programas funcionando en segundo plano, está procesando algo. Todes tenemos momentos transicionales (¿no son acaso todos los momentos transicionales? no, no lo son) y yo estoy en uno y la lectura me repercutió, fuerte, en el esternón, de a ratos. Así que vayan y compren y lean este libro. De verdad.





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