jueves, 11 de febrero de 2010

La novela de Perón, de Tomás Eloy Martínez

1. Tomás Eloy Martínez se murió hace poco: el 31 de enero. Yo empecé a leer este libro en algún momento de octubre o noviembre de 2009, y lo terminé recién el 11 de febrero de 2010. Es decir que el tipo se murió mientras yo lo estaba leyendo. Antes ya me parecía un problema leer a Martínez, por ejemplo no lo saqué nunca de la mochila en la facultad por esto de que era medio conservador y de La Nación y me iban a mirar mal (yo suponía). Pero desde que murió, el problema pasó a ser que no sólo estaba leyendo al tipo de La Nación, sino que además lo estaba leyendo cuando recién había muerto, y me sentía como el que se pone la camiseta de Los Fabulosos Cadillacs porque se juntan y tocan en River, o el que se compra el DVD posmortem de la negra Sosa grabando el disco pre-mortem. Tan es así, que casi me hago famoso, pero mis afanes me lo impidieron. Resulta que pasó esto: http://clubculturalmatienzo.files.wordpress.com/2010/02/revistaenieweb.jpg Donde dice "Más allá, un chico de anteojos lee una novela de Orlando Rodríguez mientras aguarda el comienzo de la función", ese soy yo. La novela de Orlando Rodríguez que pensó Erlan que yo estaba leyendo es Chiquita, la historia de una enana cubana o algo así, que también está editada por Alfaguara y es igual de voluminosa, aparentemente; debido a mi pudor intelectual ni él ni nadie vio la tapa. Oquéi, lets muv on.













2. La novela de Perón, de Tomás Eloy Martínez, es un socotroco de 478 páginas que pesa como si tuviera el doble en la edición que leí yo (la de la foto). Sucedió que un profesor en la facultad mencionaba mucho al libro este cuando hablaba de Perón y de Ezeiza, y entonces me pareció que valía la pena. Una anécdota: Según este profesor (y según la novela) durante los últimos años de Perón en Madrid, en su casa de Puerta de Hierro el general ya no daba ninguna orden, por decidia y también porque López Rega hacía todo por él, desde decidirle la agenda, lo que se iba a poner o lo que iba a comer, hasta abrir o cerrar el paso a las múltiples visitas. Con todos era igual, menos con Martínez. El general le había tomado mucho aprecio al periodista, y si se enteraba que estaba lo hacía pasar directamente. López Rega trataba de estar siempre presente en las conversaciones de Perón y Martínez, así que una vez el periodista le dijo al otro: "General, yo vengo a hablar con usted, no con su mucamo". Eso le valió a Martínez tener que rajarse apenas se murió Perón, por amenazas de la AAA, y no poder volver hasta el '83.

3. La novela de Perón es una historia coral, con personajes cuyos derroteros confluyen en Ezeiza cuando va a llegar Perón a la Argentina y ocurre la masacre esta. Los personajes que se van delineando son tanto de los fachos como de los montoneros. También hay algunos que son apolíticos, y sirven para contar la infancia y juventud de Perón, y en Ezeiza aparecen como un grupo de viejos que una revista juntó ahí para hacer un fotoreportaje porque todos conocieron a Perón en otra época: un primo, la hermana de la primera mujer, etc. Un personaje, Zamora, es el obvio alterego de Martínez. Pero el autor hace algo interesante: en un momento, Zamora empieza a hablar de Tomás Eloy Martínez como de un periodista al que conoció. El mejor capítulo se llama "Primera persona", y el que habla es Martínez, acerca de cuando conoció a Perón la primera vez que le hizo un reportaje.
Entonces, me le acerqué. Le oí decir exactamente lo que yo esperaba que dijera. Sentí que él siempre adivinaba cómo lo veía el otro; que él se adelantaba a encarnar esa imagen. Había sido ya el conductor, el General, el Viejo, el dictador depuesto, el macho, el que te dije, el tirano prófugo, el cabecilla del GOU, el primer trabajador, el viudo de Eva Perón, el exiliado, el que tenía un piano en Caracas. Quién sabe qué otras cosas podía ser mañana. Tantos rostros le vi que me decepcioné. De repente, dejó de ser un mito. Finalmente me dije: él es nadie. Apenas es Perón.
Eso es por el principio del capítulo. Tiene nueve carillas, en una novela de 478, pero es sin duda el mejor capítulo. Por un lado, porque a pesar de ser muy literario, te acerca más a conocer a Perón que todo el resto de la novela. Además, y a pesar de lo pretencioso o tal vez por eso mismo, es el capítulo más sincero creo yo. Y como dije antes eso era lo que buscaba en la novela. Me gustan mucho los epígrafes de frases de Perón en algunos capítulos. Por ejemplo
Cuando los chinos quieren matar a los gorriones, no dejan que se posen en los árboles. Los hostigan con palos, no dejan que se posen, y así les van quitando aliento, hasta que se les rompe el corazón. Con los que quieren volar mucho, yo hago lo mismo. Dejo que vuelen. Más tarde o más temprano todos se caen, como los gorriones.
Perón al autor, junio de 1966
Después, lo otro que está re buenísimo súper guachi es el diario de viaje de Mercedes Villalda Achával de Lonardi, la viuda de Lonardi. HECHOS REALES: Resulta que Perón y su primera mujer, anterior a Eva, vivían en Chile donde él era el agregado militar del gobierno argentino, en el '38. A Lonardi y a su mujer Mercedes los mandan a reemplazar a la pareja peronista. Durante un par de meses conviven, las mujeres se hacen amigas, Perón le enseña la tarea a Lonardi y le transmite todos los datos y la información correspondientes al cargo, y una misión: un chileno va a delatar secretos militares, Lonardi tiene que ir a la casa de un argentino a fotografiar unos planos, no lo puede hacer en la embajada porque no dá hacer espionaje ahí. Perón y su señora se van. Lonardi hace el trabajo y lo agarran con las manos en la masa. Como es un espía, lo encarcelan. Perón le había tendido una trampa. Ahora, fill in the blancks: ¿quién es el primer presidente de la Libertadora, el golpe de estado que derrocó a Perón en el '55? __________________ . Para la novela Martínez consiguió el diario de viaje de la esposa de Lonardi. Muy bueno. Otra cosa que me gusta es cómo construye al personaje Perón, que cuando aparece es tan fuerte que el narrador omnisciente que habla todo el tiempo termina entregándose, y de pronto el que habla en primera persona es Perón, sin que se introduzca el diálogo.

4. En mi opinión, si alguna vez se topan con el libro, agarren y lean el capítulo 14, y ya está. Salvo que tengan mucha intriga sobre Perón y lo que pasó en Ezeiza y todo eso, que para ver eso está bueno aunque claramente sea literatura y claramente esté sesgadísima la mirada del autor. El libro abona mucho a la teoría de que Perón era bueno y la culpa de todo la tiene López Rega. De hecho, el final es muy hollywoodensemente en ese sentido.

2 comentarios:

Raul Lilloy dijo...

Excelente lectura de eloy

joseph dijo...

gracias estuvo muy bueno gran articulo te lo agradezco