sábado, 12 de junio de 2010

Los hombres que no amaban a las mujeres, de Stieg Larsson

1. La reseña de este libro lleva la etiqueta "droga". Por ahora es la primera que la lleva de este blog, pero por ejemplo un libro de Harry Potter también la llevaría. Y Plataforma de Houellebecq también. La palabra droga se refiere a libros que: A. No importa la cantidad de páginas que tengan, los terminás en dos días; B. Son tan livianos que reemplazan, en lo que dura su lectura, a cualquier otra forma de procrastinación (Feisbuc, la ranita croquicroqui, mirar la tele, etcétera) (procrastinar es la nueva palabra que aprendí esta semana gracias a Magda). C. Son tan livianos que después es una paja leer otra cosa. Por otro lado, este lleva la etiqueta "Libro para mamás" por que es un libro que leería mi mamá (para más información, remitirse a otras reseñas con la misma etiqueta) y podría llevar otra que fuera "libro para abuelas" porque lo leyó la mía, que es una persona que lee novelas onda Wilbur Smith y sucedáneos y que miró Lost con gran pasión (y luego detestó el final de mierda de manera proporcional al interés que le había dedicado). Algún desatento podría pensar que las características a las que aludo corresponden a la categoría de best seller. Sin embargo (nevertheless, fantástico adverbio que comparte fonética con "Never Deleuze" ), el libro de Majul sobre Néstor Kirchner también es un best seller y no cumple ninguna de las características mencionadas. Podríamos concluir entonces, que por sus características de drogui es un mejor vendedor, pero la relación no se comprueba a la inversa (aoh!).

2. Otra reflexión sobre los best sellers: El hecho de que venda mucho no nos dice nada acerca de su calidad. Hay buenos y malos libros que venden mucho. No leí El código Da Vinci, pero estoy seguro de que debe ser malísimo: la película es una mierda. En comparación, Los hombres que no amaban a las mujeres tiene muchas cosas que están muy bien. En particular una cosa: Lisbet Salander. En la novela hay dos protagonistas: uno masculino, Mikael Blomkvist, y uno femenino, Lisbet. El Mikael es el típico protagonista varón que en Hollywood podría ser interpretado por Bruce Willis. En cambio, Lisbet Salander no (no podría ser interpretada por Bruce Willis): una piba de veintipico con el pelo teñido de rojo, piercings y borcegos, que es violentamente feminista, bisexual, hacker, y además tiene el síndrome de Asperger (como Messi, según un rumor).

3. Esta novela tiene 665 páginas. Claramente (redondeando) lo mejor ocurre de la 400 a la 600. En la 400, Mikael y Lisbet se conocen, y es la escena que más me gustó. Claro que como es droga, las primeras 400 páginas (que no es que estén mal) las lees como si nada: ahora, desde la 400 no pude parar posta hasta terminarla. No voy a agregar nada acerca de la trama por si alguien la quiere leer: es mucho más interesante si ni siquiera lees la contratapa. Me bajé la peli sueca, dicen que está muy bien, los actores son tal y como me imaginaba a los personajes. Hace poco leí que van a hacer la versión yanqui: el actor que hace de Mikael Blomkvist va a ser el horrible y deforme y sin gestos nuevo James Bond, Daniel Craig: malísimo.

1 comentario:

Javier Couto dijo...

el código da vinci calza perfecto en la definición que das para tu etiqueta droga

la técnica, básica hasta la náusea, consiste en dejar todos los capítulos abiertos, cuestión de que vos como un nabo quieras más -porque siempre se quiere más-, entonces vas a buscar el capítulo siguiente... en el que el tipo te satisface pero ya te habló de otra cosa que, por supuesto, no concluirá en ese capítulo.. y así y así.. el tipo es un profesional, se entiende