miércoles, 13 de marzo de 2013

El banquete, de Platón

1.
Que libro más queer. Todo el tiempo, pero sobre todo al final cuando llega Alcibíades, la loca despechada.

2.
"El Banquete es un diálogo en estilo indirecto en el que se refieren los discursos que en torno al Amor se pronunciaron en casa del poeta Agatón, con ocasión del festejo de su triunfo trágico", dice el principio de la presentación de la edición del Centro Editor de Cultura, ese de los libros con el título y el autor en Times New Roman en tapa. Presentación que me salteé, sanamente, porque es de esas que refieren en estilo indirecto todo lo que dice el texto que están presuntamente presentando. Presentación innecesaria casi siempre, y en este caso también. El libro es fácil, es ágil, se explica solo y está bueno, a pesar de tener tantos años y a pesar de que, yo digo ¿no?, vaya uno a saber cuántas traducciones median entre la versión que leí yo y la de Platón.

3.
Me hubiera gustado subrayar cosas, pero Mariano está en contra de que le "marque" (término botón para referirse a subrayar) los libros. Cosas como esta:
Así, por ejemplo, un individuo desde su niñez hasta que llega a viejo, se dice que es la misma persona, ese individuo jamás reúne las mismas cosas en sí mismo, sino que constantemente se está renovando en su aspecto y destruyendo en otro, en su cabello, en su carne, en sus huesos, en su sangre y en la totalidad de su cuerpo. Y no sólo en el cuerpo, sino también en el alma, cuyos hábitos, costumbres, opiniones, deseos, placeres, penas, temores, todas y cada una de estas cosas, jamás son las mismas y en cada uno de los individuos, sino que unas nacen y las otras perecen. Pero todavía mucho más extraño que esto es el hecho de que los conocimientos no sólo nacen unos y perecen otros en nosotros, de suerte que no somos idénticos a nosotros ni siquiera en los conocimientos, sino que les sucede a cada uno de ellos lo mismo. En efecto, lo que se llama "repasar" tiene lugar porque el conocimiento puede abandonarnos, pues el olvido es el escape de un conocimiento, y el repaso, al crear en nosotros un nuevo recuerdo a cambio del que se ha marchado, conserva el conocimiento, de suerte que parezca que es el mismo de antes. 

1 comentario:

moi dijo...

Una transposición queer del discurso de Aristófanes

http://www.youtube.com/watch?v=_zU3U7E1Odc