jueves, 11 de julio de 2013

Un día en la vida de Iván Denísovich, de Alexandr Soljenitsin

1.
Cuando me lo compré en España, usado pero como nuevo, en una 1era edición muy bonita de 1970 que dice en la contratapa "obra autorizada por Kruschev", pensé que no lo iba a leer nunca. Pero este año cursé Historia Contemporánea, y decidí que además de la bibliografía obligatoria, voy a aprovechar la preparación del final para leer algunos libros y ver algunas películas que tengo en casa y que si no es con una excusa académica, no voy a ver/leer nunca. Uno es este.

2.
Resumen histórico: En la década del '30, cuando ya había terminado-fusilado-exiliado-encarcelado a la oposición que supo tener en los '20, el camarada Stalin agarró Siberia y la convirtió en el mayor campo de concentración del mundo, donde si un prisionero lograba escapar de alguna manera, igual los miles de kilómetros de estepa rusa funcionaba como reja por sí mismos y los hacían volver o los mataban. Esos eran los gulag. Muchas muchas personas (entiendo que millones -estoy haciendo esta reseña a ojo, para más datos vaya y wikipedie-) fueron enviadas a los gulag por los más variados motivos. Durante la Segunda Guerra Mundial, un motivo para ir al gulag (por traición) era caer prisionero de los alemanes (era una medida para lograr la "lucha hasta el final"). Esa es la causa por la que Iván Denísovich -personaje ficticio- es enviado al gulag. Alexandr Soljentisin -el autor- fue interno de un gulag porque, estando en el frente, envío una carta en la que hacía una crítica al padrecito Stalin. Cuando murió Stalin,
Kruschev profundizó a partir de 1961 en la labor desestalinizadora. No sólo se difundieron con amplitud los crímenes de Stalin, sino que continuó desapareciendo la simbología vinculada a su persona, y se acentuó la lucha contra las situaciones privilegiadas de una nomenklatura encasillada desde los años estalinistas que seguía sirviéndose de su posición en beneficio propio. También el sistema toleró una cierta apertura cultural, cuyo ejemplo más espectacular sería la publicación de Un día en la vida de Iván Denísovich, de Alexander Solzhenitsyn, en Novy Mir -una revista de tirada amplia-, obra en la que la crítica social y política del sistema comunista era muy explícita.
Bueno, eso no fue a ojo. Fue de "La evolución de la Unión Soviética desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días", Ricardo M. Martín de la Guardia. En Historia del mundo actual, Valladolid, blablabla.

3.
En 1970, los liberales de Estocolmo lo convierten en un bastión del liberalismo antisoviético y le dan el Nóbel. Después Soljenitsin escribe una obra onda ladrillo que se llama Archipiélago Gulag, y la nomenkaluta lo expulsa de la URSS. Después se cae la URSS, y Rusia abraza el liberalismo económico y esa versión bastardiada del liberalismo político que también se conoce en otros países, y de paso abraza a Soljenitsin y lo besa en la boca. Murió en 2008.

Soljenitsin con Putin. Qué cara de escritor ruso que tiene.

4.
En el mismo movimiento en que se compara el nazismo con el estalinismo, se suele comprar a Soljenitsin con Primo Levi. La comparación, por supuesto, es posible. Lo que no encuentro posible, si se intenta ser objetivo, es la equiparación. Ni del estalinismo con el nazismo, pero eso lo hablamos otro día, ni de Soljenitsin con Levi, ni de Un día en la vida de Iván Denísovich con Si esto es un hombre o los otros dos libros de la ahora llamada Trilogía de Auschwitz. Vean sino una pavadita como ejemplo de las diferencias: las condiciones de aparición de ambos textos. A lo mejor Archipiélago Gulag es más legítimamente comparable: capaz un día me anime y la lea.

5.
Ahora sí, la novela que nos ocupa. La trama de Un día en la vida... es, ni más ni menos que un "buen" día posible en la vida de un preso de un gulag. Está muy bien escrita, y aunque algunas partes son excesivamente descriptivas, se puede leer considerablemente rápido y sin sufrir traumas. Ah, eso también, no es una novela traumatizante. Calculo que lo lavado de la historia tendrá que ver en parte con una realidad, y en parte con que Soljenitsin pretendiera que la publicasen. Ahí tienen una enorme diferencia con Si esto es un hombre, las secuelas. En fin. Está bien Un día en la vida. Es una buena novela.

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