domingo, 7 de abril de 2019

Antología del culo, de Adrián Melo

1.
"Textos de placer anal y orgullo pasivo" es el subtítulo de esta antología de fragmentos de prosa y poesía que se remonta a la Antigua Grecia y llega hasta la literatura argentina pasando por una buena variedad de lugares y fechas, bajo el leit motiv del sexo anal entre hombres. Más allá de algunas decisiones polémicas que procedo a criticar en el punto siguiente, el libro está buenísimo. Tiene como prólogo un ensayo erudito que analiza el lugar que ocupa el culo en las representaciones humanas ("Hay una característica común que enlaza las existencias de los gays con sus culos: en un principio es el insulto") y luego una selección muy bien surtida de autores clásicos y consagrados pero también de otros ignotos y traducidos en España, a muchos de los cuales no conocía, y el formato antología permite leer de corrido pero también de a un pedacito por vez: la pasás bien. Quiero conseguir El vampiro de la Colonia Roma de un mexicano Luis Zapata. También me interesó sobremanera lo que hay de un tal Hervé Guibert. Me hubiera gustado que de los autores dijera la nacionalidad, y también el año de escritura de los textos (en lugar de eso están los años de nacimiento y muerte y de edición de los libros en castellano, que no necesariamente son los años de escritura).

2.
Decisiones polémicas. Primera: en el ensayo erudito, que es erudito por registro y por citas de autor, al final hay un apartado en el que el autor (Melo) se pone romántico y recuerda a un ex. Innecesariamente autorreferencial, pero no me molestó. Sí me pareció más polémica, segundo, la decisión de incluir como anteúltimos textos de la antología dos de producción del propio autor, uno de los cuales no incluye sexo anal (rompiendo la decisión de la antología) y en el caso del otro, un cuento que aparece completo y que calca o plagia frases completas de un texto que aparece en la antología sólo algunas páginas antes (el de un tal Colm Toíbín). Yo venía leyendo de corrido y las copias se me hicieron evidentes. Todo bien con copiar pero que no se note tanto. Tercera decisión polémica, supongo que de la editorial: la foto gigante y pixelada del compilador en la última página del libro (la contra-contratapa, no sé cómo se llama). Nada grave, pero me hace ruido.

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