1.
Hace poco dije que tenía un libro de crónicas de Keret en gatera: pues helo aquí. Lo pedí prestado en tándem con otro de cuentos que reseñé hace poquito y que ustedes encuentran en el hipervínculo ya hipervinculado, el de la oración anterior a esta, o sea el de la oración inicial de esta reseña, o sea el link que está cincuenta y cinco palabras antes que las palabras cincuenta y cinco que escribí antes de este cincuenta y cinco y del anterior a este. Y en esa reseña que les decía recién también encuentran las idioteces que digo siempre sobre los escritores: cuándo los leí primero y después y de dónde saqué el libro y qué me gusta más y hay links a películas y un montón de parafernalia. Vayan allá. Vayan dije. Vayan y vuelvan.
2.
Este, entonces, decía, es de crónicas. El título es una referencia BÍBLICA (suena un trueno, refulge un relámpago) a la profecía de los siete años de vacas gordas que estaría seguido por los siete años de vacas flacas que harían partir al pueblo hebreo en busca de mejor suerte a la tierra vecina de Egipto, para terminar esclavizados por un par de generaciones, oh Dios de Israel, por qué eres tan hijo de yuta. Las crónicas son treinta y cuatro y son breves y están bien escritas aunque muchas empiezan muy parecido y me hincha las bolas que use tanto el recurso un tanto berreta y midachiesco de presentar a su señora esposa como una ortiva, como modo humorístico de disparar un relato: que lo trata de vago, que se queja de que viaje tanto, etcétera. Como casi todo en estas crónicas, no parece que relate "hechos reales", más bien parece que Etgardo se agarra de alguito que habrá pasado en su vida para desarrollar un cuentito a su alrededor, y si bien el otro libro que leí hace poco y es de cuentos y coso no me había gustado tanto, no podemos dejar de admitir acá en los cuarteles centrales de RESISTIRSE ES FÚTIL que el Edgardinho Keret es bueno con lo de escribir cuentos. Les y me voy a ahorrar el recuento de qué crónica me gustó más y cuál me gustó menos y tal. Resumiendo: este libro me cabió más que De repente un golpe en la puerta, de hecho se lo compré a mi viejo de regalo después de haberlo leído yo prestado, tiene muchas cosas bien y lo disfruté abundantemente.
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