martes, 24 de diciembre de 2019

Shinigami: la velocidad del espíritu, de Franco Calluso

1.
Leí cuatro obras de Franco, y vi dos, muchas funciones de cada una, un poco por fan (soy re fan de Franco, lo voy a decir un par de veces en esta reseña) y un poco porque tuve la suerte o el ojete de ser productor de sala en una de las mismas. Aún habiendo visto dos (Nena dragón, pisa tejas por amor y Ruido blanco), la pregunta que más pensé, leyendo obras como Vapor (en este tomo) o Nou Fiuter (que se puede descargar de acá) fue: ¿cómo carajo hacés esto? O sea, ¿cómo ponés en escena un carro de vapor, un gran danés moribundo, un alma que deja un cuerpo? Obvio que hay maneras, justamente como vi las dos que vi me respondo a mis preguntas, pero bueno, por eso soy lector y espectador y no dramaturgo o director de teatro: por ahora. Franco dramaturgo no se hace mucho problema por lo que tendrá que resolver Franco director. Eso está claro. Supongo que es la manera de escribir teatro. 

2.
Cuestión que Shinigami es un tomo, prologado por Ignacio Bartolone, que reúne tres obras escritas por Franco Calluso. La primera, Nena dragón es una obra inspirada en el animé, lxs otakus, y las road movies. Hay una chica que está enamorada de su amiga, que graba un videodiario, toca la guitarra y se compra una daga. Hay un padre obsesionado con la pesca y con su mujer muerta. Y hay un vendedor de la extinta y reconvertida comiquería Camelot. Una fuga a la Patagonia dispara los acontecimientos. La vi sin conocer a Franco (ni a Rosalba) hace miles de años a instancias de Manu (¿tal vez miles sean cuatro?) y me gustó tanto que la volví a ver para llevarlo a Dani, que también se hizo fan. Tenía citas de Evangelion. Cómo no me iba a flashar. No sé si la puesta se hizo al pie de la letra de la dramaturgia, o si lo publicado en el libro es una versión modificada tras la puesta, pero leerla fue volver a verla y fue una fiesta.

3.
La segunda, Vapor, es casi un monólogo: en un pasado retrofuturista y distópico, durante una revolución industrial con anabólicos y lisergia, un científico segundón queda varado en un camino con su carro a vapor y su Experimento encerrado en el carro. Experimento no debe salir. En medio del camino, un perro muriendo atropellado. Uno grande, un Gran Danés. El protagonista espera, monologa y aspira Fentanol, algo así como una keta decimonónica. Ojalá un día la vea en un teatro. Es carísima.

4.
Y la tercera es Ruido blanco. Probablemente, mi obra favorita del mundo. Hay un foca que canta en la Antártida y un músico experimental con una beca y una neurosis. Hay un documental indie también. Y un biologue alemán y una directora de la beca. Ser objetivo no puedo porque tal cosa no existe, y menos siendo fan, así que leanlá ustedes pobres mortales que no la vieron en teatro y díganme qué les parece: yo creo que el texto la rompe. Donde el pensamiento tiene miedo, la música piensa. Todas las notas sonando al mismo tiempo.

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