lunes, 7 de marzo de 2022

La hija oscura, de Elena Ferrante

 1.

Llegué a este libro por la película, al libro y a la autora, a quien no tenía en el radar aunque parece ser que ya era FAMOSA y yo estaba desactualizado. Todo el mundo ya sabía de su existencia anónima, de sus novelas napolitanas sobre mujeres atribuladas y de sus múltiples adaptaciones a la pantalla. Incluso, de los rumores bastante confirmados sobre la persona detrás del Pseudónimo. Bueno, yo no, pero ya estoy en campaña para reinsertarme en la sociedad. Me hice del libro de Lumen publicado en 2011 que recopila sus tres primeras novelas (El amor molesto, 1992, traducido por la gran poeta Juana Bignozzi, Los días del abandono, 2002, y La hija oscura, 2006), leí la tercera y arranqué la primera, que pinta bien.

2.

Obvio que hay diferencias entre libro y peli, empezando por el título (The Lost Daughter el original de la película, La figlia oscura el de la novela) y siguiendo por la cualidad, intransferible a la pantalla, del relato en primera persona del singular, que vive mientras recuerda. Cuando Leda en el libro dice al lector lo que siente, y lo dice sin parar, Olivia Colman en la pantalla usa sus músculos faciales, y si bien es la mejor en el ejercicio, es un recurso distinto, bienvenido. Los flashbacks en la película juegan un rol tan importante como en el libro, pero la Maggie Gyllenhaal decidió quedarse con los que nos remontan al tiempo en que Leda fue joven, y descartar los de niña. Además, el fluir de la conciencia en el texto permite el siempre bello y diestro recurso de hacer suceder tiempos distintos en el mismo párrafo sin solución de continuidad, y Ferrante se engolosina con el mismo. PERO, a pesar de las diferencias, son notables las similitudes: hay escenas que están igual, hasta los movimientos de los personajes calcados de las situaciones del libro, como los pies de Elena en la juguetería cuando no quiere que la bajen al piso, el final de la conversación en el mercado cuando Leda se da cuenta de que los hermanos Rosaria/Callie y Tonino, parados a la distancia uno junto a la otra, son iguales, o la cabeza de Leda/Colman apoyándose en el hombro de Giovanni/Lyle. El final es mejor en el libro, la última frase es genial.

3.

La novela está buena pero la adaptación de Gyllenhaal es tan similar al original que me faltó mucho del factor sorpresa. Ahora arranqué con El amor molesto y ya me está gustando más que la que nos ocupa. A todo esto, gran carrera como directora le auguramos a la Maggie desde este trascendente borgspot.

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