martes, 26 de marzo de 2024

Trelew: la pasión fusilada, de Lautaro Fiszman y Mariana Arruti

 1.

Aterrador pero vigorizante leer esta historieta de Lautaro Fiszman con textos de Mariana Arruti y edición del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, en esta semana post primer 24 de marzo de la era Milei, cuando ese ministerio ya no es de Derechos Humanos y el gobierno de los opas nos quiere distraer con un video mal hecho por la "memoria completa". 


2.

Lo de Lautaro ya sabemos que es de otro planeta: tenemos en Argentina un historietista que pinta. Pueden chequearse las reseñas previas en este mismo blog, de Náufrago Morris y Nuda Vida, dos libros-proeza, como puse ahí un día que estaba inspirado. Esta vez Lautaro aborda otro hecho real, otra página negra de nuestra historia argentina, en asociación con la investigadora Mariana Arruti, y a instancias como decía más arriba de una convocatoria estatal para contar esto: la masacre de Trelew de agosto de 1972, en el aniversario número 50. Los cuadritos de la historieta, que son como siempre pinturas al oleo una más increíble que la otra, esta vez tienen sustento en fotografías o imágenes televisivas (y en esos casos, pasan al blanco y negro), y es la primera vez que se lo veo a Lautaro porque hasta ahora -en lo que leí- trabajaba temas decimonónicos o incluso anteriores. En medio del libro, a doble página, Lautaro pintó la foto más famosa del hecho, la de los 19 guerrilleros evadidos en el momento en que deponen las armas, y es un impacto que recién vuelve con otra doble página, que no sé si está basada en una foto: la del pueblo de Trelew en asamblea en la Plaza Independencia de esa ciudad, reclamando la liberación de los "Presos de la solidaridad". 


3.
Si bien no sabía mucho de esta historia en general, lo que no conocía para nada era la perspectiva de los vecinos de Trelew, y con ello los hechos posteriores a los fusilamientos: la huelga, las protestas, los logros de la lucha. Muy atinadamente Lautaro Fiszman y Mariana Arruti incluyen esta trama como tercer acto de un relato que de esa forma gana en luminosidad, en esperanza. La cárcel, la tortura y los fusilamientos conforman una historia terrible, de derrota del pueblo frente a los tiranos, pero con la decisión de no convertir la muerte en el final del relato, de contar qué pasó después, la tónica cambia por completo. Qué curioso.

4.
La historieta se hizo con la nuestra, qué ganas de que la nuestra vuelva a servir para cosas como esta y no para que se la timbee Toto. Cuestión que es un bien de uso público, y se puede leer íntegra y legalmente descargándola de este link.

martes, 5 de marzo de 2024

Caín, de Ricardo Barreiro y Eduardo Risso

 1.

Se podrían compilar las historias donde Buenos Aires levanta una barrera física que la separa del "interior", en un futuro distópico con ecos del XIX. Entrarían la reciente y excelente novela de Gonzalo Pardo (Cualquier lugar es bueno para morir), el de Mairal que en este blog es de culto (El año del desierto) y ahora sumemos esta historieta, once capítulos aparecidos en la Fierro ochentera y reunidos en este tomo de Ediciones de la Urraca 1993, que compré en la calle a un hombre que evidentemente estaba vendiendo los libros de su colección personal para solventar algo de la crisis vergonzante en la que nos ha sumido a todEs el gobiernos de Javier Gerardo. 

2.

No la conocía, pero sí a su autor, guionista de los clásicos también distópicos y también con culos Ministerio y El Instituto. Obvio que hay algo de esos libros en este (el reformatorio, por ejemplo, al que mandan a Caín en los primeros capítulos) pero en realidad no sé por qué, creo que por el dibujo, pensé más en Cybersix, súperhistorieta de Trillo y Meglia. Y también pensé, con más justificación, en otros dos clásicos del futuro en los '80s (qué lindo el futuro representado en los '80s) como son V de Venganza y Akira. Deberíamos meter el Blade Runner de Ridley Scott, ahora que lo pienso, por el uso gráfico de las marcas, que acá hablan del postcapitalismo del horror en el que todavía vivimos.

3.

Algo que no señalaría por obvio, pero en este caso señalaré por específico, es el quantum de machismo que había en estas historietas. No me acuerdo si en Ministerio era tan campal, a pesar del erotismo, los culos y el clima sadomasoquista general. En Caín todos los personajes femeninos son deleznables (la periodista -cuyo castigo es morir de sida-, la madre, la hermana, no sé si hay más) salvo por la "novia" que no habla hasta que no garchan y a la que por suerte le dio el autor UNA acción útil por si misma en la batalla final. Me chocó un poco, pero porque en esta historieta con este argumento y este nivel de denuncia y progresismo hoy tendríamos travas con lanzallamas como mínimo (y no el otro castigado, que tras la psicosis provocada el chiste es que se cree "la reina del carnaval"). No juzgo a Barreiro, entiendo que el contexto y etc., aunque sí podría juzgarlo porque Cyber-six no tiene estos pequeños problemitas, ahora que lo pienso. En fin, lo antedicho no arruina la diversión de la lectura.