sábado, 13 de abril de 2024

Jorge, el nadador, de Leopoldo Torre Nilsson

 1.

Hubo un tiempo, situado en la década de 1960, en que la pareja conformada por Leopoldo Torre Nilsson y Beatriz Guido era a la cultura argentina lo que hoy, no sé, digamos Pepe Rosenblat y Lali, Martín y Alexandra Kohan, Javier y Fátima. Quiero decir que eran gente culturalmente relevante, cada unx con su kiosko, muy arriba en lo suyo para el ojo público, y a la vez eran pareja. Ella era una escritora muy bestseleruda, como lo eran las también aristócratas Silvina Bullrich y Martha Lynch. Las tres, Silvina, Martha y Beartiz, conforman ese universo de escritores que fueron muy leídos en otro momento y que hoy brillan por sus ausencias en el canon literario argentino, como también le pasa a Dalmiro Sáenz, por ejemplo, o en un caso más resonante, a Manucho Mujica Láinez, que cuando yo era chico estaba re adentro del canon con Borges, Sabato y Cortázar, y veinte años después se cayó a los márgenes. Yo creo que es una posición temporal: todos siempre vuelven. A Beatriz la re-editaron hace poquito. El caso de Leopoldo es un poco diferente. Vamos al punto 2.

2.

Leopoldo Torre Nilsson era en los '60s el epítome del autor cinematográfico argentino. O sea: su cine se consideraba "de autor" (¡y lo era! Miren La terraza, peliculón). Pero pasó que en los '70s hizo dos o tres superproducciones sobre próceres y mitos nacionales (Martín Fierro, El santo de la espada, Güemes), y los cineastas rebeldes de la época pasaron a considerarlo un viejo vinagre, o, también podríamos decir, un viejo meado. El podio de autor nacional lo ocupó su discípulo Leonardo Favio, y fin. Para las señoras mis alumnas, que vivieron sus juventudes en los '70s y '80s, Torre Nilsson era sobre todo el director de El santo de la espada. Qué loco, ¿no? Never Deleuze, Torre Nilsson no sufrió el olvido que creo que sí sufrió la Betty Guido, porque sus películas se han seguido estudiando en las facus de cine. En fin, capo Leopoldo, me gustaría saber más de él.

3.

Por ejemplo, ahora sé que también publicó literatura. Jorge, el nadador, es una novela de LTN, que reúne las características de ser su última novela (en Wikipedia no figura otra, ¿será su única novela?), y su última obra en general. Se publicó en diciembre de 1978, y el susodicho había muerto en septiembre. Gonza (que me recomendó el libro y lo fue a buscar a Merlo para que lo leyéramos, hola te amo <3) dice que es la novela de alguien que sabe que se está muriendo. 

4.

Jorge no es el nombre del nadador: es el seudónimo que se inventa para no decir su verdadero a una chica que le gusta, porque los muchachos le dijeron que a las chicas hay que mentirles ("-El nombre de uno es para la vieja y los amigos nomás. Si no, te enganchan"). En cambio, sí que es nadador, y uno sobrenatural: nada desde Camet hasta los acantilados de La Serena en Mar del Plata sin cansarse y sin hundir el torso. Su amigo tullido, Polio, admira a Jorge sin saber que el nadador prodigioso es su amigo. Jorge tiene un padre muerto -que se suicidó, para oprobio de la familia- y una madre amorosa, dificultades sociales, en un momento un perro (que parece Óptimo Máximo de El barón rampante), y un trabajo de cuidador de casas de veraneo en invierno con algunos avatares como cuando una turba iracunda ataca una de las casas tras la caída del peronismo (porque todo sucede en los años '50). También es una novela contra la edificación descontrolada de Mar del Plata. Y también aparece el cine, de varias maneras. Es una novela breve: 112 páginas por todo concepto. Merecería ser reeditada y leída hoy. Abajo, espoilers:

5.

Lo mejor y más hermoso de la novela es todo lo fantástico e inexplicado. Y entonces lo peor es el final, con una shyamalaneada onda todo fue un sueño que me da una bronca que notexplico. En un libro me da menos bronca que en una película igual, porque un libro se lee y disfruta a lo largo del tiempo, y el final no me caga lo anterior como sí me pasa con una película como la nefasta All of us strangers (Aftersun meets Un buen día) que vi anteayer, qué final de hijo de yuta.

martes, 9 de abril de 2024

Actualización pendiente, de Magrio González y Marcos Krivocapich

1.

Magrio y Marcos escribieron esta novela, según contaron en la presentación, como un cadáver exquisito de capítulos: sin planteo previo, respondiéndose el uno al otro por vía postal virtual, en plena pandemia. Teniendo la data se me hacía al principio muy difícil no querer adivinar quién estaba escribiendo en cada caso (en algunos casos estoy seguro). También dijeron en la misma presentación que la novela tardaba 40 páginas en arrancar. Yo creo que tarda un poco más, pero es verdad que eventualmente arranca y se acelera. Buena lectura, la pase muy bien. Siempre a favor de las novelas con capítulos breves que te permites disfrutarla en el Throne. 

2.

La novela cuenta con: 

- una imprudente cantidad de chistes, que juegan a favor y en contra de la novela; 

- una importante cantidad de tramas, que hacen peligrar la estructura (pero no colapsa); 

- un buen nivel meta, de lo mejor del asunto; 

- un protagonista tipo Shinji, que no me terminó de gustar (o era muy boludo, o hacía disquisiciones filosóficas; lo escribieron muy inteligente para lo boludo que debía ser);

- un personaje, narrador eventual, que sólo conoce la primera persona (nice);

- cacofonías con el videojuego (de los mismos autores) Ciudad Anómala de Buenos Aires;

- unos dibujos INCREÍBLES de Andrés Toledo Margalef;

- una besha factura, admirable sobre todo en su carácter de autoedición.

3.

Se lo compran a los autores, chiflándoles. Miren, prueben.

lunes, 1 de abril de 2024

La Sudestada, de Juan Sáenz Valiente

 1.

El extraño caso de la novela gráfica argentina adaptada a cine (argentino). Ahora está por pasar con El Eternauta (que no es estrictamente una novela gráfica sino una tira diaria que después se publicó en libro, y no está siendo llevada a cine sino a serie para ver en plataforma, o sea, nada que ver), pero no es lo habitual: la producción de cómics argentinos es muy abundante, y las transposiciones las contamos con los dedos de la mano (ahora y de memoria no se me ocurre ninguna novela gráfica, aunque sí personajes de cómics como Cazador, Boogie, Inodoro Pereyra... ¿hay más?... Zenitram, que salía por entregas en la Fierro de los 2000 y tiene una película con Juan Minujín... Y bueno, Cyber-six, que llegó a la tele argentina en un piloto único pero famoso, y después al animé francófono creo, pero esa es otra historia). O sea, basándonos sólo en mi memoria en este momento, esta es la única novela gráfica argentina llevada a cine argentino. (No puede ser, comentennn).

2.

Cuestión que hace un par de baficis asistí en la Alianza Francesa a la proyección de La Sudestada (Dieleke y Casabé, 2023), película buenísima que representó el regreso al cine de la grandísima Katja Alemann. Me gustó mucho, y entonces fui y me compré el libro, que no sé porque no tenía ni había leído siendo como es un imbatible. Qué bien que dibuja este tipo, y qué curioso cómo cambia de estilo de proyecto a proyecto. Hace poco leí y reseñé acá Sarna, y aunque los dos tienen ese clima de film noir, también nada que ver. En La Sudestada hay viejos, danza, sueños, planos generales de techos y terrazas casi seguro de que Villa Crespo, lanchas colectivo que surcan el Delta, y un misterio. Lindísimo libro.