jueves, 9 de enero de 2025

Literatura infantil, de Alejandro Zambra

 1.

Lo último que había leído de Zambra, autor de sinuoso recorrido en este blog, es la monumental ópera magna Poeta chileno. En la comparativa este libro que igual esta muy lindo y me gustó, sale perdiendo. Por qué comparar, ¿no? Bueno, porque es del mismo autor, de la misma editorial, de la misma colección, y hace un juego parecido con el título. Recién leía la solapa del libro y pensaba qué difícil poner títulos buenos: Zambra lo hace genial. Cuestión que Literatura infantil me gustó y lo disfruté, pero es un poco desparejo. Gonzalo, que igual me lo regaló por nuestro aniversoncio, lo criticaba junto a mí -que lo iba leyendo en la playa de Dunamar- diciendo cosas como que a veces los escritores tienen que cumplir con un contrato, o que a veces juntan textos que tenían escritos (y agregaba no estar criticando con esas observaciones, anoto su objeción). Capaz algo de lo primero hay, de lo segundo no parece, porque si bien el libro es desparejo y disperso -ensayos, cuentos, mezclas de las dos, temas varios- está bien planteado que lo que unifica todo es su nueva paternidad, y su revisitación de la hijitud. O sea, es disperso a propósito. Desparejo en cambio creo que es involuntariamente.

2.

Me gustó más la segunda parte, con los cuentos que son francamente cuentos, que al primera. El de Jennifer Zambra es buenísimo. El de los garabatos también. El ensayo del fútbol es mejor cuando es un cuento.

martes, 7 de enero de 2025

Ubik, de Philip K. Dick

 1.

Cuarto libro que leo y reseño en este coso del autor estadounidense Felipe Kindred Pito. El primero lo leí en 2010 (El hombre en el castillo), el segundo en 2015 (Fluyan mis lágrimas, dijo el policía), entre el tercero (Sueñan los androides...) y este cuarto pasó en cambio solamente poco más de un año, porque sucede que quise ponerme a leer la biografía sobre Dick que escribió Emmanuel Carrère (Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos), y el francés conchesumare te cuenta las tramas de las novelas enteras, y Dick es muy de las sorpresas. Así que decidí leer algunas más antes de que el forro de Carrère me las espoiliara. Este (Ubik) lo conseguí prestado de Maijo, muchas gracias amiga.

2.

Recién ahora escribiendo esto me doy cuenta que el título de la biografía de Carrère sale de una frase de Ubik.

3.

Ahora bien, yendo a la novela propiamente dicha, es un rollo, como dicen los españoles. Bastante enrevesada, rebuscada y aburrida. Tiene DEMASIADAS ideas juntas: en este futuro (que es 1992, la novela es de fines de los '60) hay psíquicos, empresas que ofrecen los servicios de los susodichos psíquicos, empresas que ofrecen combatirlos (como si fueran empresas de desinfección y exterminio), pero además hay empresas que mantienen en semi-vida a la gente que muere (o casi muere), todas las cosas -las puertas, los artefactos- hablan y piden plata para cumplir sus funciones... tal vez el hilo conductor sea el capitalismo. Sin embargo, me quedo corto, porque además de estar todas esas ideas en juego, tenemos que mencionar la idea del Ubik, de la que no se puede adelantar nada, y tenemos el poder de la Patricia Conley, que puede reescribir el pasado (o algo así), y tenemos un viaje a 1939, del que mejor no explicar acá nada pero que en el momento de la lectura resulta, como decía más arriba, un rollo. En fin, no me gustó mucho. Espero que me la explique Carrère.

4.

P.D.: La idea que me fascinó en El año del desierto de Pedro Mairal hace tantos años, la de que la ciudad y sus cosas tuvieran una progresiva regresión a sus formas anteriores, salió evidentemente de Ubik, porque es la misma tal cual, aunque me pareció mucho mejor ejecutada en la de Mairal.

sábado, 4 de enero de 2025

Todo fue glitter, de Sol Bembibre

 1.

Arranqué el año panza arriba, leyendo junto a una pileta en Sierra de la Ventana la ópera prima de Sol Bembibre, este librito precioso autogestionado, autoeditado y auto publicado por la autora con un poco de la ayuda de varias personas (es un auto que es más un colectivo). En la dedicatoria me puso: "seguro te vas a sentir cómodo en esta aventura lésbico-dramática-futurista", y así fue.

2.

Sin embargo, ocurrió que lo empecé a leer y me olvidé de una de las palabras de esa dedicatoria: la palabra "futurista". Entonces me puse a leerlo como un lesbodrama nomás, un lesbodrama latino y posmoderno, atravesado por las redes sociales y el transfeminismo de la cuarta ola, con mucho humor, bien anclado en el presente. Venía pisteando como un campeón. Y como estaba de vacaciones y me traje muchos libros, iba leyéndolo entremezclados con los capítulos más farragosos de otra novela, Ubik (1969), del estadounidense muerto Felipe Ka Pito, también conocido como Philip K. Dick. No va que a la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos, como dijo una vez un gorila ciego que nunca ganó un Nóbel, y de golpe y porrazo la novela de Sol se me dickizó en la cara: la realidad se empezó a confundir, repetir, alterar; la protagonista y yo empezamos a preguntarnos qué de lo que estábamos sintiendo era cierto, ¿esto no acaba de pasar? ¿qué está sucediendo? ¡AAAAAH! gritamos, y la bañera lesbiana de la pileta de Sierra de la Ventana me preguntó si estaba bien. Sí, sí, perdón, me asusté. Está todo bien. ¿O no?

3.

Cuestión que la pasé muy bien con Todo fue glitter. Mucho mejor que con el rollo de Dick, la verdad. Hay humor, amor, sexo, y escenas con caca. La consiguen acá.