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Mi marido me regaló este libro depresivo carveriano claroscuro y bello, de relatos breves y afilados como navajas de suicida suburbano norteamericano, y me gustó mucho.
El aislamiento voluntario, el alejamiento de los demás, es el método de protección más inmediato contra el sufrimiento susceptible de originarse en las relaciones humanas.
El hombre a llegado a ser, por así decirlo, un dios con prótesis: bastante magnífico cuando se coloca todos sus artefactos, pero éstos no crecen de su cuerpo y a veces aún le procuran muchos sinsabores.
Se habría encomendado a la mujer el cuidado del fuego aprisionado en el hogar, pues su constitución anatómica le impide ceder a la placentera tentación de extinguirlo [meando].
Las conclusiones de Fritz se confirmaron después de un estudio en la ciudad de Yungay, en el centro de Chile, que fue golpeada por un terremoto y un deslizamiento de rocas devastador el 31 de mayo de 1970. El 90 por ciento de la población de Yungay murió casi instantáneamente, y otras 70.000 personas murieron en la zona -aproximadamente el equivalente a un ataque nuclear en dicha área-. El deslizamiento que sepultó la ciudad ocasionó tanto polvo que los helicópteros no podían tomar tierra, y los supervivientes de Yungay quedaron a su suerte durante días. En este vacío terrorífico, rápidamente surgió un nuevo orden social. "El concepto de propiedad privada individual quedó temporalmente anulado -escribió más tarde el antropólogo Anthony Oliver-Smith en su artículo 'Brotherhood of pain'-. La crisis también tuvo un efecto inmediato de nivelación de estatus en la naciente comunidad de supervivientes que había creado. El sentido de hermandad (...) prevalecía mientras indios y mestizos, clases altas y bajas, todos colaboraban en los esfuerzos colectivos para cubrir las primeras necesidades y sobrevivir".En cuanto que los vuelos de socorro empezaron a entregar ayudas a la zona, volvieron las divisiones de clase y desapareció el sentido de hermandad. Había llegado el mundo moderno.
El comportamiento de todo ser humano es, por supuesto, un fenómeno muy complejo, y el historiador que trata de "explicarlo" se está permitiendo un cierto grado de arrogancia. Cuando casi 500 soldados están implicados, asumir cualquier explicación general de su comportamiento colectivo es todavía más arriesgado. ¿Qué se debe concluir entonces? Más que nada, uno sale de la historia del Batallón de Reserva Policial 101 con una gran desazón. Esta historia de hombres grises no es la historia de todos los hombres. Los policías de reserva tuvieron opciones, y la mayoría cometió actos terribles. Pero aquellos que mataron no pueden ser absueltos por la idea de que cualquiera en la misma situación hubiera hecho lo mismo. Porque, incluso entre ellos, algunos se negaron a matar y otros dejaron de hacerlo. La responsabilidad humana es, en última instancia, una cuestión individual.
Sin embargo, al mismo tiempo, el comportamiento colectivo del Batallón de Reserva Policial 101 tiene unas implicaciones muy perturbadoras. Existen muchas sociedades aquejadas de tradiciones de racismo y que están atrapadas en la mentalidad de asedio de la guerra o de su amenaza. En todas partes la sociedad condiciona a las personas a tener respeto y deferencia por la autoridad y en realidad apenas sí podría funcionar de otra manera. En todas partes las personas buscan un ascenso en su carrera profesional. En toda sociedad moderna, la complejidad de la vida y la burocratización y especialización resultantes atenúan el sentido de la responsabilidad personal de aquellos que ejecutan la política oficial. Dentro de prácticamente cualquier colectivo social, el grupo de iguales ejerce una presión enorme sobre el comportamiento e impone normas morales. Si los miembros del Batallón de Reserva Policial 101 pudieron convertirse en asesinos bajo esas circunstancias, ¿qué grupo de hombres no lo haría?
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Ya desde la tapa se ve chota, pero me quería comprar historietas en Brasil y fue lo que encontré. No me juzguéis. |