viernes, 11 de diciembre de 2009

La ley de la ferocidad, de Pablo Ramos

1. Primero quiero decir mis críticas: Hay dos cosas que están mal a mi entender. Por un lado, hay un problema con el tiempo. Las trescientas cincuenta y pico de páginas que tiene el libro dan cuenta de dos días en la vida de Gabriel Reyes, los dos días que dura el velorio de su padre. El narrador es el protagonista, desde un momento posterior al de la historia, quien además recapitula sucesos de su pasado y del de su padre continuamente. Están muy bien todas las transiciones de presente de la escritura a presente de la historia narrada a pasado de ambas, son cosas onda "Escribo 'Camino por Rivadavia' y camino por Rivadavia, ahora cuando debería estar en el velorio de mi padre" (no tengo el libro acá, no es una cita, pero es algo así). Lo que está muy mal es que de tanto moverse, Ramos el autor perdió la noción del tiempo. Todas las cosas que Gabriel Reyes hace en el presente de la narración, ahí donde está su padre muerto, no entran ni en una semana, mucho menos en dos días con sus noches. La cantidad de veces que se sube a autos y viaja de Capital a Avellaneda, de Chacarita a Retiro a la villa de no sé dónde a Plaza Flores a Plaza de Mayo, y encima hay momentos en que duerme y encima tiene que ubicar la acción, los lugares. No dan los tiempos ni ahí. Es muy difícil además seguir el tiempo en el presente, tener idea de si está de día o de noche, en qué día está and staff.
Lo otro que no está bien es que más o menos en la página 335, de pronto y de la nada, el personaje te dice "cuando yo era adolescente me decían Jesús porque era muy católico y un día vi a un cura cojerse a un mogólico" (again, no es cita, acá es sólo la idea). ¡Cualquiera! ¡Súper descolgado! Si la leen van a ver que no tiene nada que ver ni con lo que venía pasando, ni con lo que sabemos del personaje durante toda la novela. Es como que por el final el autor dijo "¡uy, no bardié a los curas!" o algo así. Muy trucho eso.

2. Por lo demás, la novela está muy bien. Está muy bien escrita, como ya dije más arriba las transiciones están re bien; tiene buenas frases. El muchacho este, Gabriel Reyes, quien además creo que protagoniza otra novela de Ramos, es un hijo de puta, y como tal dice cosas graciosas como que unos coreanos, que están en un quilombo, "seguro que tienen la pija como arrolladitos primavera, seguro les piden a las pibas que se metan milanesas de soja en el culo" (no es cita). ¡Ah, la trama!: Gabriel Reyes es guitudo, pero no siempre fue así: su padre siempre fue de clase baja y peronista, obrero de una fábrica, y él mismo nació en el Viaducto, zona horrible de Avellaneda. Su padre muere, y él organiza un velorio de dos días para esperar a un tío de Sicilia. Por el velorio pasarán todo tipo de personajes relacionados con su propio pasado, así como con el de su padre (el énfasis que en la contratapa se da a la aparición de las ex-esposas, es en realidad un capítulo solo, y no tiene ninguna relevancia para la historia general). Gabriel es un alcohólico y merquero asqueroso, muy repugnante, asco caca, (aunque parece que está bueno porque se levanta minitas), y durante los dos días de la acción, va a comenzar a resolver póstumamente su relación con su padre, pasándola muy mal y tomando mucho wisky.

3. La mejor escena es la de las palomas.

4. Joni me dijo que odió a todos los personajes de la novela, pero que de todos modos eso le pasa últimamente con todas las novelas.

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