martes, 1 de diciembre de 2009

Primer amor, últimos ritos, de Ian McEwan

1. En la biblioteca recibimos los dos diarios horribles todos los días, y los miércoles recibimos además, Página. Es discutible, pero para mí Página es un diario que se puede leer: con La Nación y sobretodo con Clarín no puedo pasar de página sin verme moralmente impelido a comentar en voz alta lo pelotudos que son los periodistas, lo pelotudos que son los titulares, los copetes, las volantas y los etcéteras. Y Nick. Sobre todo Nick. A Nick hay que hacerle un juicio popular y luego aplicarle la justicia popular, condenado por hacer los chistes más pelotudos del mundo. Los que no tienen contenido político son muy pelotudos. Y los que tienen contenido político son tipo: Personaje 1:- Cristina cada vez es más puta. Personaje 2:- Y cómo roban los Kirchner. Personaje 3:- Nunca estuvimos peor, el mundo se ríe de nosotros. Fin. Suele olvidarse de que tiene que hacer un chiste y se queda en eso. Ejemplo (es el del día de hoy; se puede hacer la misma operación con cualquier día, posta):



Bueno. ¿Alguién se río? ¿El chiste está en la cara de Shakira? El chiste podría ser reemplazado por un cartel que dijera: "Los Kirchner llegaron a donde están por la renuncia de De La Rua... SHAKIRA SHAKIRA".
Me fui de tema. Vuelvo. La cuestión es que primero recibíamos el Página por el libro Historia de la economía argentina del siglo XX, que salía en fascículos, y cuando eso se terminó vino lo de Galeano y seguimos. Nunca fue por el diario en sí, eso iría en contra de las estructuras mentales de mi jefa. Un día hace poco salió la propaganda de que Anagrama por su aniversario sacaba una colección de títulos de ellos en formato caca para vender con el diario del domingo por nueve mangos.
Yo no me llevo muy bien con mi jefa, y muchas veces nos peleamos como nenes chiquitos. Pero yo tengo 23 y ella 65. No sé quién de los dos tiene más derecho a comportarse como nene chiquito. Capaz ella. Si yo le propongo algo, ella va a decir "sí pero" más algo que se inventa en el momento. Es muy enervante.
Toda esta introducción no era necesaria salvo para contar que la colección la quiero para leerla YO y sólo YO, y que probablemente vean acá comentados todos los libritos estos porque son muy cortos y los leo en el laburo. Ya leí el primero, que es el del título. En realidad el primero es uno de Auster pero el kioskero, que es un pésimo emprendedor, nunca lo trajo.

2. Primer amor, últimos ritos es un libro de cuentos. Mi primera impresión es que McEwan no es nada original. Pero luego leo que el librito es de 1975, así que debo concluir que a lo mejor es original, pero en el contexto de otros autores posteriores, lo que tiene de transgresor se diluye bastante y el efecto de originalidad chuf chuf. Valen la pena un par de cuentos: me gustaron "Fabricación casera", en el que un chico que descubre la sexualidad empieza a fijarse en su hermanita (menor), y "El último día del verano", también protagonizado por un chico, que es huérfano y que vive con su hermano y otros drogones; es su último verano antes de la secundaria, y se muda con ellos una mujer muy gorda llamada Alice. Alice es un buen personaje, me cayó re bien, qué lulu. Y sobre todo me gustó "Conversaciones con un hombre armario", que está re bueno. Este último es verdaderamente ingenioso, y además la crueldad que el autor intenta transmitir todo el tiempo acá está tataratatá. No adelanto nada. "Pollón en el escenario" es malo (así, categóricamente). "Mariposas" es bueno pero predecible: un tipo raro y casi ermitaño es testigo de la muerte de una nena que se ahoga. Me gusta el título. Y hay dos cuentos más, que están bien pero ta. Un besito.

1 comentario:

Sofía dijo...

Hola, mi nombre es Sofía. Buscando comentarios sobre Ciudad de Clifford Simak encontré tu blog. Me sirvió bastante de referencia. Vi que tenés lecturas muy variadas. En muchos casos, libros que yo leí. De Primer amor, últimos ritos, no te parece que el que le da título al libro es muy bueno?
Bueno, perdón la intromisión. Me pareción muy copado que alguién invirtiera su tiempo reseñando libros. Saludos!