viernes, 10 de diciembre de 2010

Cuarteles de invierno, de Osvaldo Soriano

1. Aventuras en la dictadura

Un cantor de tangos y un boxeador veterano llegan a un pueblo bonaerense, contratados para hacer de atracciones durante los festejos cívico-militares con los que las autoridades planean celebrar el orden imperante. El pueblo se llama Colonia Vela. Mientras Rocha, el boxeador, es un grandote buenudo, el cantor Galván tiene ciertos pruritos respecto a los milicos, pero es trabajo. Rocha y Galván se hacen amigos provisoriamente: ambos suponen partir al día siguiente, después de sus respectivas presentaciones. Sin embargo, (obviamente) las cosas no salen como lo esperaban. Galván le niega un autógrafo a la persona equivocada y se hace amigo de la persona equivocada; Rocha se enamora de la persona equivocada; y sin embargo, los amigos no quieren irse sin primero salvar su honor, a cualquier precio. ¡Amor! ¡Acción! ¡Humor! ¡Apremios ilegales! ¡Tango! ¡Dictadura!

2. Fuera de joda

Yo no había leído a Soriano aún, y lo tenía mal categorizado. No sé por qué lo tenía como a uno medio cursi así medio Becquer. Nada que ver. Soriano es uno de los fundadores de Página/12, y entra más en la bolsa de sus amigos Sasturain y Bayer. La novela está muy buena, está escrita de una manera interesante pero fluida y fácil, sin por eso descuidar descripciones consistentes para personajes y lugares. Tiene algo mínimo de banalización del proceso, pero esto es simplemente por el hecho de ser una ficción en un contexto real, cercano y terrible, sobre el cuál casi simpre se escribe/filma/pinta en un tono mucho más lúgubre. Hay una sola parte de la novela en la que se cuela la parte más violenta de la dictadura en la trama, y alcanza para entender que está bien que no sea ese el tono de la historia. A nivel "moral" (perdón, es que estoy estudiando Durkheim), la historia está perfecta, y me permite felicitar la decisión académica de la escuela secundaria en que trabajo de ponerla como bibliografía obligatoria en Lengua de 3er año. Yo por mi parte se la presté a mi hermano menor benjamín de la familia. Esta novela además tiene la siempre positiva característica de que no podés parar: le pondría la etiqueta droga si no la hubiera utilizado ya para obras de mucha menor estofa literaria. Fin, un beso, Ale.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

La fuente, de César Aira

1. Apología de la Biblioteca Maia Minovich

Hace algunos días, la Biblioteca Maia Minovich se me fue volando como una garza en pleno verano. Anunciada pero inesperadamente dejó los anaqueles que supieron darle cobijo tantos años y se marchó en una valija de viaje a un lugar mejor, donde todos los libros podrían estar juntos y ordenados por género y color. La pila de libros que había separado para leer confluyó casi intacta con los demás: los de la facu, los de Anagrama, los copados, los (muchos) de Benedetti, los de Aliza de psicología, los juveniles, los que sí leí (Las brujas de Dahl, el de Enrique Symns, Los vagabundos del Dharma, El horror de Dunwich, por nombrar los que ahora vienen a mi memoria), los demás. Fue un placer y un honor custodiarte, Biblioteca Maia Minovich. Un minuto de aplausos, salvas de artillería, sueltas de globos, palomas y conejos por tí.

2. Mea Culpa

Una y otra vez recaigo en Aira, como un boludo. Sin embargo, esto de cometer varias veces el mismo error tuvo un efecto inesperado. Ahora leer a César Aira se me ha ido legitimando, como costumbre. Sus libros son tan fáciles de leer... ¡y están por todos lados! Posta que la mayoría de la gente a la que puedo saquearle la biblioteca tiene por lo menos uno. Son tan fáciles de leer, decía, que no importa si uno es malo: igual voy a leer otro pa' probar. Además no te enterás si el libro es malo hasta que no llegás al final.

3. La fuente

La Biblioteca Maia Minovich tenía un libro de Aira en efecto: éste. No lo iba a leer pero cuando la migración, Maia me dijo que podía ir pidiéndole prestados los que no había llegado a leer de mi pila en espera (eran muchos) y yo me quedé con dos. El otro es 62/Modelo para armar, me tengo que obligar a leerlo de una vez por todas. Y éste lo agarré más por lo rápido que lo iba a devolver que por otra cosa: de hecho no lo tenía en la pila. La fuente es de los mejores que leí del muchacho de Pringles. Una virtud: tiene final (que no es poco en Aira). Y no es un final de esos que parecen pensados tres páginas antes del mismo, este parece pensado por lo menos treinta antes. Y aunque al principio parece una grasada, la prosa es muuy buena y la idea del narrador omnisciente con opinión sobre las cosas es divertida. Es un narrador que hace muchas reflexiones acerca de lo que pasa en la historia que está contando, sin hacerse cargo de que es el escritor, salvo en una parte. En el punto 4 va la cita. Buenas noches.

4. Una parte

No hablemos de la impotencia, de la fatalidad. Eso también existe, pero no en las novelas.
Es cierto que yo podría morirme hoy mismo, y dejar esta novela inconclusa. No crean ni por un instante que no lo he tenido en cuenta. Hoy mismo, hace un rato, cuando venía para aquí, tambaleándome, helado bajo el sol de febrero, con el corazón flaqueando, a punto de romperse en cualquier momento, no pensaba en otra cosa. Miraba a toda la gente despreocupada, abstraída, el río de carne, las caras, las manos, y pensaba: ¿por qué yo? ¿por qué no ellos? ¡Yo quiero terminar mi novelita, día de sol! ¡Necesito una semana más, cinco días, tres...!

martes, 30 de noviembre de 2010

Me gustaría ser un animal, de Ezequiel Alemian

1. Me gustaría ser un animal aparenta ser un libro de poesía: vieron que los límites de las cosas no están muy marcados ya, y uno no puede aseverar rotundamente nada. La física cuántica, los ACV y esas cosas. En Me gustaría ser un animal muchos textos son relatos, sólo que se confunden en el contexto. Otros no.

2.
La ama de casa

¿Cuántos días puedo pasar sin hablar?
Sin poner la estufa. Sin comer algo caliente. Sin ordenar la casa. Sin escuchar los mensajes que se acumulan en el contestador. ¿Cuántos días más puedo pasar sin coger?
Sin pagar las cuentas de los servicios. Sin retomar los cuadernos. Sin definir mi situación en el trabajo.
¿Cuántos días puedo estar sin pensar? Sin leer los diarios. Sin ducharme. Sin llamar por teléfono a V.
Sin hundirme en la mierda.
Sin hundirme otra vez en la mierda, ¿cuántos días más puedo pasar sin lavarme las manos?
¿Hasta que aprenda a escribir con los dedos, en las paredes?
Malestares hepáticos y forúnculos, mientras tanto, serán capaces de tejer la mentira de esta pose: ¿cuántos días más podré aguantar antes de volver a hundirme en la mierda de las imágenes?
Pose de feto en formol, inmenso, sobre un pedestal de madera oscura, iluminado desde el techo por un riel de spots incandescentes y exhibido a la voracidad del público de martes a domingo, de 13 a 18.

3. Ese es uno de los más transparentes. Hay otros que a mí no me... Este es de los que sí y (...)

4. En fin. En alguna otra ocasión dije que no reseño los libros de poesía que leo, ahora entienden por qué. Decidí, sin embargo, que quería dejar constancia de que leí Me gustaría ser un animal, porque como habrán visto mis innumerables lectores, esto es también un archivo de los libros que voy leyendo, otro instrumento más para satisfacer el perverso deseo que cultiva la faceta coleccionista de mi personalidad. Como el cuaderno en el que voy pegando las entradas de los recitales a los que fui desde 2003.

5. El del título es muy lindo. De hecho, me compré el libro porque me gustaba el título y lo cacofónico de animal con Alemian.

Me gustaría ser un animal

De vez en cuando, cada vez que puedo, cuando ando por la zona y tengo unos minutos libres, más si necesito salir de mí mismo para encontrar cierta afinación con el pulso de los días, como hoy, vuelvo a este bar y escribo: no importa qué.
Nunca importa qué. Esa es una preocupación anterior a la escritura; es la preocupación que divide a la escritura del tiempo.
La escritura es una práctica primitiva, orgánica, integrada sin solución de continuidad en las sociedades sin estado.
La escritura no tiene tumba: es parte del viento y de la arena, eternamente recombinados en el principio de todo lo que existe.
Sociedad sin estado: aquella en que todos escriben, pero nadie lee.
¡Qué forma de ingratitud más necesaria, si el grano hace a la hormiga, alguien baja apresuradamente por el cerro y unas manos pequeñas intentan sostenerlo tirando de su ropa!
Me gustaría ser un animal.
No un elefante, no un delfín, no un oso, no una rana toro, no una pantera oscura, no un antiguo calamar gigante, no un puma.
Me gustaría ser un perro, o un lobo.
Me gustaría ser una loba.
Iría hacia donde fuera mi presa.

Me gustaría ser el chico que acompaña a la loba.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Damas chinas, de Mario Bellatín

1. Esta es la entrada número cien de RESISTIRSE ES FÚTIL. Iupi!

2. To make it quick, Mario Bellatín es uno que no tiene una mano, ya leí con éste tres libros del manco y debo decir que es desparejo: pero va ganando 2 a 1, porque este me gustó mucho, más aún que el primero que leí, que se llama Salón de belleza. (El que no me gustó, nada de nada, es Jacobo el mutante). De este sólo os adelanto el principito: Un médico ginecólogo tiene su propia clínica y una vida económicamente estable. Se acuesta con prostitutas regularmente. Su hija se casó con un sujeto, su hijo anda en algo turbio. El hijo de una paciente le empieza a contar, en la sala de espera, una historia que tiene puntos de contacto con la suya propia.

3. Salió con la colección de P/12 y por ahora es uno de los que más vale la pena.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Cosmética del enemigo, de Amélie Nothomb

1. No me gustó demasiado. Aguante Houellebecq.

2. ¡Sí! ¡Aguante Houelebecq! (ruido de monos)

3. ¡Uaah! (ruido de multitud enardecida incendiando el microcentro) ¡Houellebecq! ¡Houellebecq!

4. Quiero leer Antichrista que un día lo empecé en lo de Paco y estaba mucho más mejor que este. Éste es un largo diálogo entre dos personajes en un aeropuerto. Tiene algo de obra de teatro, claro. Por momentos parece que toma una dirección interesante, pero al final todo me resultó un poco soso, y la resolución una boludez. Por otro lado es cortito y rapidón. Si tuviera que adaptarlo a otro formato (amenazado por la Nothomb con una katana) elegiría la obra de títeres. Los personajes serían interpretados por la rana René y Elmo.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Eva Perón para principiantes, de Nerio Tello y Daniel Santoro

1. Esperaba más de los dibujos de Daniel Santoro, y menos de los textos de Nerio Tello, que no sé quién es. El libro lo compré usado en un puesto de Puán.

2. Lo que tiene de destacable es que en la parte del acto del Luna Park en que Perón conoció a Evita y se enamoró de ella, texto y dibujo se fusionan y por un par de páginas el libro se convierte en historieta (no ya en libro con ilustraciones; sólo queda texto como globo de diálogo).

3. A nivel contenidos el libro está muy bien. Ni Perón ni Evita son presentados como héroes o villanos, y se habla tanto de sus virtudes como de sus defectos con una pretensión de objetividad bastante lograda. Como la Eva es lo más, el retrato la favorece, obviamente. Pero el autor no deja de mencionar ni las boludeces que hizo de pendeja con poder (por ejemplo el boicot a la carrera de Libertad Lamarque) ni las del final de su vida cuando reivindica el fanatismo como el ideal del militante político.

4. Una anécdota re linda que no conocía: La condesa de no sé qué verga viene a la Argentina, interesada en la obra de la Fundación Eva Perón. Cuando ve el hogar para ancianos de Burzaco, la condesa se asombra del lujo, y le pregunta si no será un gasto excesivo. Evita le responde: "El rico, cuando piensa en el pobre, piensa en pobre. Las camas de la residencia son las camas que los pobres tendimos para otros. De repente, somos nosotros los que dormimos en ellas".

4. De lo que me dio muchas ganas el libro este es de leer La razón de mi vida. ¿Quién me lo presta?

martes, 9 de noviembre de 2010

Porrovideo, de Jorge Alfonso

1. Alfonso es uruguayo, imagino que rondará los treinta. Porrovideo es un libro de cuentos escritos por el autor desde el fin de su educación obligatoria en adelante, digamo'. En los distintos cuentos, tenemo' situaciones onda 25 watts ("El aire del barrio", "Subir hasta el cielo"; "Pasando la lengua por la tristeza y tragando" es muy bueno) y sino tenemo' unos de fallidas y bukowskianas experiencias laborales ("Ingeniería de las naranjas salvajes"). Si esto no le convence... yo sabía, por eso le reservé estos que son pa' los que saben: en este ("Cómo se baila en candombe"), el final es buenísimo, hay una negra que baila en patas; este ("Soledad a la manera de Chéjov en los tiempos que corren") genera una tensión muy buena y es muy triste; y este es el mejor ("En busca del elefante blanco"), hay un casamiento, una gorda y unos chicos re outcast.

2. Los cuentos de Porrovideo tienen, me pareció, mucho que ver con los de Villa Celina de Incardona. No en el tono, que es muy diferente. El de Incardona es mucho más ooooooouooouuuuuoooooooo... (como más Night Shyamalan), y también es más político, mientras que el de Alfonso es más chokocrispies. Pero desde el título ya tienen algo en común, y en lo temático, entre la reivindicación implícita del propio pago y el hecho de la juventud, y quizás también el de la clase social.

3. La tapa es re linda mirá:



4. Este libro se lo regalé a Joni en su onomástico, porque me pareció que debía estar bueno en base a esta nota, de A. Soifer.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Visitando a Mrs. Nabokov y otras excursiones, de Martin Amis

1. Compilado de artículos de Amis publicados en revistas como Esquire y Vogue a lo largo de la década del '80. Algunos son interesantes, otros son un embole, y otros simplemente han perdido toda actualidad al punto de que quedan como curiosidades históricas (como el que habla de los peligros de la bomba atómica en el marco de la Guerra Fría).

2. Hay uno sobre un torneo de tennis femenino en Miami, que es entretenido, y en el que uno de los personajes es Gabriela Sabatini (me dejó su agua, la que tiene bajo sodio) que juega la final con Steffi Graf.

3. El mejor es uno sobre un partido de ajedrez que dura como seis meses en el que juegan Kazparov contra Karpov.

4. Están buenos los de entrevistas a escritores. Además del de la señora de Nabokov, hay uno de John Updike, uno de Ballard y uno de Graham Green.

5. El libro está bien. Sin embargo nunca se lo voy a recomendar a nadie. Fin.

viernes, 29 de octubre de 2010

Ansia/4.48 Psicosis, de Sarah Kane

1. Un miércoles se murió Néstor Kirchner. Al día siguiente me pidieron que fuera a la Plaza de Mayo para asistir a Juan Pablo (JP) que quería tomar imágenes y testimonios de la gente en la Plaza y en la cola para entrar a la Casa Rosada. Entonces me vestí de boludo, me puse el morral marrón no hippie y en su interior dispuse un cuaderno, una birome (invento argentino), los auriculares y el libro de Sarah Kane que me prestó Mer: Ansia/4.48 Psicosis. Fui, muy confiado, hasta la estación del subte A en la que me encontraba con JP, leyendo la primera de las dos obras que componen el libro. Sarah Kane es una dramaturga inglesa que se suicidó a sus 28 años, en 1999. Dejó pocas obras escritas, dos de las cuales son Ansia(Crave, en idioma original) y 4.48 Psicosis. De estás dos, la segunda no fue llevada a escena en vida de Sarita.

2. El teatro escrito de Sarah Kane tiene unas cuantas particularidad notable. En primer lugar, no hay didascalias (esas anotaciones en cursiva que indican acciones a ser realizadas, o detalles de vestuario y escenografía, o etc.) en ninguna de las dos obras. El texto de Ansia consiste en la sucesión de parlamentos de cuatro personajes (A, B, C, y M). Por los diálogos se evidencia que A y B son varones y que C y M son mujeres. Los personajes no necesariamente están hablando entre sí, seguramente eso pueda ser decidido por el potencial director que la quiera llevar a escena. A mí me dio la impresión de que se trata de cuatro monólogos que se entrecruzan, formando en muchas partes una unidad en la mezcla, como si los cuatro estuvieran diciendo en esas partes juntos un mismo monólogo (aunque me parece que claramente hay cuatro personajes y que no se podría suprimir ninguno en una puesta). La segunda obra, 4.48 Psicosis, deriba su nombre de que según estudios estadísticos esa es la hora de la madrugada en la que más gente adivinen qué hace... No, la respuesta no es "Se unta una tostada". Me parece interesante, y tal vez algo buscado, que a simple vista me haya parecido que el título debía ser un juego de palabras con un versículo bíblico. En 4.48 Psicosis se suprime casi todo (sino todo) lo que forma parte de un texto dramatúrgico: además de no haber didascalias o indicaciones de ningún tipo, quedan suprimidos también los personajes. Es todo un mismo texto, con párrafos separados por espacios en blanco. En algunas partes el texto se dispone en el espacio de la hoja como lo hace la poesía. En un momento, el texto son números. De hecho, me parece que si alguien dedice decir que 4.48 Psicosis no es teatro sino prosa o poesía (yo más bien diría esto último), está en todo su derecho. Nevertheless, no me acuerdo si el prologuista (Jorge Dubatti, porfesor de la UBA y columnista de la Ñ) o el traductor (Rafael Spregelburd en un trabajo que se merece todo mi aplauso), uno de los dos dice que la obra está escrita de tal forma que algunas partes podrían ser consideradas didascalia por el potencial director. Resulta una idea interesante cuando uno lee el libro, porque en efecto es así, aunque se trataría de didascalias poéticas, necesitadas de exégesis o libradas a la interpretación subjetiva de cada uno.

3. Estuve todo el día en la Plaza y a la una de la mañana me tomé el 106 para mi casa. Terminé de leer Ansia. Al día siguiente leí 4.48 Psicosis en el largo viaje hacia Barrancas y luego en el más largo aún viaje hacia Puán. Terminé de leerlo también. Leí las notas del traductor mientras volvía a mi casa de la facu. A la noche estaba deprimido. El día entero pasado en la Plaza hablando -entrevistando- a la gente que viajó de todo el país para ver el féretro, gente que lloraba; mi propia tristeza previa por la muerte de Néstor pero más por Cristina; cosas movilizantes. La lectura de Kane fue como un potenciador de la tristeza. En Ansia hay un personaje que suplica a su amor que no lo deje, qué no podría vivir, literalmente, sin ella (o él, no recuerdo), y yo me acordaba de Cristina cada vez que el personaje decía "¡¿Qué voy a hacer?!". 4.48 Psicosis es tristeza en estado puro, tristeza y desesperación, pero también es muy, muy linda.

martes, 26 de octubre de 2010

Bonsái, de Alejandro Zambra

1. Ahora sí nadie lee este blog, a mí no me jodás. Tengo acumuladas un millón de reseñas y a las últimas les presté demasiada atención así que voy a liquidar las siete entradas en lo que lleve esta mañana.

2. Bonsái lo leí porque lo tenía y me dijeron que era una pelotudez, entonces me dio curiosidad. No me pareció una pelotudez, me pareció entretenida (y punto). Es una novela que dura nada, tiene ponele que 70 páginas, y está editada por Anagrama: eso es medio una chantada. Es como ir a una recital y que dure hora diez: una estafa. Pero para obtenerlo en la edición kiosquera no está mal. En cuanto a lo que hay entre tapa y contratapa, se trata de un chico y una chica que leen libros juntos cuando son jóvenes y están enamorados, y después se separan; el muchacho deviene un fracasado, un día un escritor famoso lo entrevista para ser su escriba, el muchacho no queda pero le inventa a alguien que sí y entonces escribe una novela como si se la estuvieran dictando. Zambra (chileno) wanna be Bolaño, but Bolaño ya estuvo aquí y además ya se robó de Borges todo lo que de ese género de cosas encontró, así que Zambra no busques más.

lunes, 25 de octubre de 2010

Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: Una introducción, de Jerome David Salinger

1. La Universidad Ale Schonfeld de Magia y Hechicería, por la dignidad que la reviste, nombra en este acto a Jeromo David Salinger miembro honorario de la etiqueta "uno de los cuatro más capos del mundo" (miembro quinto, con carácter retroactivo).

2. Con éste, he leído todos los libros de Salinger publicados durante su vida. Me congratulo de no haberlos leído uno detrás del otro y así haber ganado más tiempo de estar leyendo a Salinger. Cuando terminé Seymour: Una introducción, me sentí un poco triste. Ya sólo me queda releer Salinger en idioma original ahora. O leer los cosos post mortem que saquen (se murió en enero pasado). Creo que iba a salir un compendio de artículos que publicó en revistas y que por decisión suya no se habían reeditado hasta ahora.

3. Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: Una introducción es un libro que contiene dos novelas cortas y que así fue publicado originalmente en 1963. La primera (Levantad...) es la mejor de las dos. Buddy Glass va al casamiento de su hermano Seymour pero éste no aparece a la boda. Los invitados son subidos a coches para ir a la casa de la novia, y Buddy se encuentra de pronto en uno de los coches, con un grupo de personas que se convertirá por el resto de la novela en un equipo que debe resolver unido los sencillos pero épicos problemas que se le presentan. A todo esto, Buddy no revela su indentidad de hermano del desertor: escucha pasivamente a la dama de honor de la novia, que se dedica a defenestrar a Seymour citando los sabios comentarios psicológicos de la madre de la novia, para los oídos obsecuentes de su esposo y de la señora Silsburn. Completa el grupo este personaje:
Por primera vez en varios minutos eché una mirada al minúsculo viejecito que tenía el cigarro sin encender. El retraso no parecía afectarle. Su manera de sentarse en el asiento trasero de los coches (coches en movimiento, coches estacionados e incluso, era inevitable imaginarlo, coches saltando de un puente al río) parecía una norma establecida. Era maravillosamente sencillo. Simplemente, había que sentarse muy derecho, manteniendo una distancia de diez o doce centímetros entre la copa del sombrero y el techo, y mirar ferozmente hacia delante, al parabrisas. Si la muerte (que estaba allí fuera todo el tiempo, posiblemente sentada en el capó), si la muerte atravesaba misteriosamente el espejo y entraba en busca de uno, bastaba con ponerse de pie e irse con ella, feroz pero tranquilamente.
Antes de continuar vamos a dedicarle todos juntos un aplauso al quinto miembro de los cuatro más capos del mundo. Ahí va. Muy bien. Podría seguir copiando citas porque es todo genial, pero en realidad es más genial todo en el contesssto, vió. Por ejemplo: el coche queda varado en el tránsito porque un policía corta la calle para esperar la llegada de un desfile "de tropas, o enfermeras, o boy scouts, o lo que fuese". Cabe aclarar que la novela ocurre durante la época de la economía de guerra: las fábricas tienen que producir al máximo por la patria, todos van de uniforme por la vida saludando a sus superiores jerárquicos y recibiendo castigos por llevar mal puesto el sombrero estén donde estén. El propio Buddy Glass es un soldado que está de permiso por el casamiento de su hermano, y el esposo de la dama de honor también es un militar, de mayor rango. El conteßto de la guerra sumado al calor proverbial y obviamente a la forma de escribir de Salinger resultan en la sensación de una ciudad de Nueva York vacía y en el umbral de algo, o más bien en la espera entre un algo y otro algo. Como un limbo, que tal vez sea el limbo entre la normalidad de la paz de preguerra y la normalidad de la paz de posguerra. Esa sensación que el lector percibe, a los personajes parece afectarlos en su comportamiento, aunque de una forma sutil. Tal vez sea una sensación mía nomás, me gustaría que algún otro lector me diera su opinión al respecto. Lo que digo es esto: toda la charla superficial, los comentarios acerca de la vida, parecen estar siendo dichos en una sala de espera. En particular en el coche, cuando esperan que pase el desfile, pero también después en el departamento. Los personajes durante la historia están de hecho entre cosas, en el tránsito entre la boda no concretada y el festejo de la nada misma, así que bueno, eso demuestra que soy un capo.

4. El lomo del libro (Buenos Aires, Editorial Edhasa, 1era edición, 2004, ISBN 950-9009-10-5) dice "Semour: Una introducción", así, sin esa letra que hasta hace no mucho llamábamos "i griega" pero que ahora la RAE denominó "ye". ¡Devuelvan-los-ahorros! ¡Devuelvan-los-ahorros!

5. Seymour: Una introducción me gustó bastante menos. Está bueno, ojo, pero no me rompió la cabeza como las otras cosas de Salinger. El narrador es Buddy Glass, que cuenta en primera persona, desde su adultez de profesor de secundario y escritor, muchos datos biográficos para hacer una semblanza de su hermano suicidado Seymour. Eso es, básicamente. Es divertido. Le falta un nudo igual. En esta novela, y también en Levantad..., hay un momento en que aparece la voz del propio Seymour, transcripta del diario personal del personaje o de cartas mandadas entre los hermanos. Siempre es interesante cuando aparece la vos de Seymour: después de que Buddy Glass/Salinger se encarga de erigirlo en semidios, uno quiere ver cómo hace para sostenerlo en primera persona.

sábado, 9 de octubre de 2010

Aventuras de un novelista atonal, de Alberto Laiseca

1. Lo que él hace es lo más parecido a lo que yo trato de hacer cuando trato de escribo un cuento.

2. Yo lo tenía de los micros de I-Sat, que me caían bien aunque no les cazaba mucho la onda. (¿Estarán en youtube? (Alejandro se fija) ¡Sí están! Hay un montón!). Un día me encontré con el libro de cuentos En sueños he llorado, y me flasheó zarpado. Laiseca tiene algo muy interesante en como un mismo narrador cambia de registro y puede pasar de estar contando una historia digamos convencional, a hacer foco en lo que piensa el gato del protagonista y que el gato crea ser un soldado en la guerra de Vietnam.

3. Aventuras de un novelista atonal es la historia de un escritor que intenta hacer una novela aplicando a la literatura las ideas de Arnold Schönberg sobre la música atonal, en la que se abandona la jerarquización normal de las notas en la música clásica, así como se dejan de lado las resoluciones comunes (tal y como sucede en varias de las historias de Laiseca). El novelista pasa de la miseria a la fama y el éxito gracias a la idiotez de un editor masoquista (onda la película El Artista, en la que actúa Laiseca).

4. La segunda parte del libro, "La epopeya del rey Teobaldo", es el único fragmento de la novela atonal del título que sobrevivió a un terrible accidente. Es decir que no tiene nada que ver. Batallas medievales con dinosaurios. Muy copado.

5. Hay prólogo de Fogwil.

6. En los guiones que yo escribí de Noticias del Bicentenario, a uno de los "especialistas en asuntos de la región" le puse de nombre Alberto Laiseca. A mi jefe le pareció mucho y se lo cambió a Ezequiel Laiseca.

7. Acá se puede leer el principio de Aventuras de un novelista atonal.

8. Mejor la interpretación de Laiseca que el cuento mismo. Atención al excelente sonido: recomiendo escuchar con auriculares.



Dato de color: el programa de Laiseca era de Cohen y Duprat. Último:

jueves, 7 de octubre de 2010

El hombre en el castillo, de Philip Kindred Dick

1. The Man in the High Castle, by Felipe K. Pito.

2. Resulta que el Eje ganó la Segunda Guerra Mundial, y los ponjas y los nazis se repartieron el territorio de los Estados Unidos. La costa oeste es de los alemanes y se llama Estados Unidos de América. La costa este es de los japoneses y se llama algo del Pacífico. En el medio, en la zona de las Rocosas, los estados son independientes y hacen de tapón. El libro sigue las historias de unos cuantos personajes, que se mueven entre los estados tapón y el territorio ponja. Tenemos primero a Frank Frink, que en realidad se llama Frank Fink y es un judío secreto (un criptojudío). No puede revelar su judeidad porque los ponjas lo deportan a Alemania y ahí le aplican la Solución Final al Problema Judío. Es obrero metalúrgico, y lo acaban de despedir por bardear a su jefe. No sabe qué va a hacer, y consulta obsesivamente El Libro de las Mutaciones, es decir el I Ching, libro oráculo que es en la realidad y en la ficción el más antiguo de la humanidad y que en la ficción es de consulta obligada por todos los habitantes de territorio ponjanés. Frank Frink pregunta al oráculo por su trabajo, pero también por su mujer, que se fue y lo dejó solo solo solo. Otro personaje, entonces, es Juliana, casada con Frank Frink. Vive en un estado de las Rocosas, dando clases de judo. Desde que dejó a Frank vive de garche en garche, y está muy deprimida. En una cantina rutera bien yanqui, Juliana conoce a un misterioso y garchable camionero italiano fascista, ex combatiente en África al servicio de Rohmer, el general nazi que en la ficción ganó la guerra y en la realidad no... Por otro lado que nada que ver, el tercer personaje es Robert Childan, quien tiene exitosamente un negocio de antiguedades. Las antiguedades, en muchos casos no son tan antiguas: un reloj de Mickey Mouse es una de las piezas de arte más valiosas que se pueden conseguir, sólo hay diez en el mundo. Childan está desesperado por conseguir alguna posición social en la muy estratificada sociedad de los Estados del Pacífico, donde los japoneses ocupan un lugar de preeminencia sobre los blancos, que a su vez están sobre los negros. Los negros, obviamente son esclavos. Quedan dos personajes. Herr Baynes es un sueco que llega a San Francisco para hacer negocios con el encargado de la misión comercial japonesa en ese país. Bueno, en realidad viene a hacer algo re turbio que no les puedo decir. Y el otro personaje (mi favorito) es el señor Tagomi Nobusuke (siendo el primero el apellido), jefe de la misión comercial japonesa en tierras americanas. Tagomi, que espera a Bynes, requiere de los servicios de Childan para ofrecerle al sueco Bynes un regalo que propicie fluidas relaciones comerciales.

3. Así arranca: después todas las líneas narrativas se van encontrando en algún punto y se cruzan de formas bastante inesperadas. El señor Tagomi es el mejor: hay una parte del libro en que el tipo tiene un mambo místico y la re flashea así como re guachi uuu uaua, y está muy bueno.

4. Detrás de la historia de los personajes está el trasfondo geopolítico del mundo en que el Eje ganó la guerra. Martin Bormann, el Führer desde que Hitler quedó imbécil por una sífilis cerebral, murió. Ahora los candidatos (Goebels, Menguele, Heydrich, entre otros) miden fuerzas para ver quién será el nuevo Führer del imperio nazi: un imperio que drenó el Mediterraneo para cultivar grano y cometió un genocidio total en África, y que ahora va por el espacio exterior.

5. Último sobre la trama, prometo: En el libro, los personajes leen un libro, La langosta se ha posado. En el libro dentro del libro, los Estados Unidos ganaron la guerra y a partir de entonces los ingleses y los yanquis se disputan la hegemonia mundial. El libro dentro del libro está prohibido, pero igual todos lo leen. Fue escrito por un hombre que vive en una casa en la cima de una colina: la casa se llama "el castillo". En un determinado momento Julia y el italiano discuten si La langosta es o no un libro de ciencia ficción: ella dice que no, porque no habla del futuro, ni hay robots ni nada, es solo un qué hubiera pasado si. Una ucronía.

6. El hombre en el castillo es en efecto una ucronía. Yo no sé qué opino sobre si eso es o no ciencia ficción, pero no me importa demasiado. Un dato a tener en cuenta es que la novela ganó el premio Hugo en 1963, que se entrega a libros de ci-fi y fantasía... no sé, fijate. Philip K. Dick, para quien no lo supiera o supiese, es una autor casi siempre de ciencia ficción, que escribió muchos libros y cuentos que luego se llevaron al cine (Blade Runner, Minority Report, Paycheck, A Scanner Darkly). Tenía algunas psicopatologías, como una paranoia heavy, que lo llevaron a drogarse con cosas que a su vez lo llevaron a estar más loco. En la peli de A Scanner Darkly, dirigida por Richard Linklater (Ricardo Vínculo Tardío, Una mirada en la oscuridad) eso se nota. Está buenísima la peli, a todo esto.

7. Philip K. Dick contó después que escribió El hombre en el castillo consultando al I Ching para saber cómo seguir. También contó que estaba planeando una secuela que nunca escribió.

martes, 5 de octubre de 2010

Risperidona, de Seba Kirzner

1. Lo terminé ahora, ya, hace instantes, así que impresiones inmediatas: ESTÁ BUENO. Esas son las impresiones inmediatas.

2. En mi muro del caralibro: Sebakis Poesia ale, lei tu blog, se que no debia, pero me chupa, y decirte, que no solo me gusto y eso que no leo blogs, porque me parecen de ´puto tragasable, pero comparto muchos puntos en comun, lei casi todas las notitas y quisiera que hagas una nota de mi libro den arrativa nuevo, para que no lo lea nadie, querras? p.d: creo que tu hermano fuma porro

3. Hace unos seis años Maia Loy organizó en El Marquee una fecha con dos bandas y un presentador, Negligence, Labaina y Seba. En su performance entre las bandas, Seba improvisó un monólogo en el que se presentaba como Orni Flexx, artista conceptual. Según él mismo me había dicho, Orni Flexx era un nombre derivado del mío, Ale Schonfeld. Tiempo después descubrí que Orniflex es una marca de algo que se vende en ferreterías, creo que tubos de plástico, y que hay un cartel grande que dice Orniflex en una ferretería del Cid Campeador. En Negligence tocaba mi amigo Nico Balé: después lo echaron, y después la banda dejó de existir. Labaina se convirtió en Chau Pekín, cambio un poquito de integrantes y toca en La Trastienda el 13 de noviembre, el mismo día que el Indio en Tandil y Fat Boy Slim en la Creamfields. Seba trabajó en varios programas de televisión, escribió cuatro libros de poesía, dos de narrativa (La salidera y éste, Risperidona) y también de próxima publicación está METAJARRA, primer antología americana de novísima poesía villera, trisexual, visual, urpop y tranquipiola, que se puede bajar de acá en .pdf (recomiendo al azar lo que comienza en la pág. 817). Además fundó junto a otros humanos la editorial independiente Milena Caserola.

4. Risperidona, hay que decirlo, es un libro blogger. Por la forma y el formato de los capítulos, independientes entre sí, muy autoreferenciales, llenos de listas, podría ser un (muy buen, muy mejor que el promedio) blog, a pesar de la opinión que Seba guarda de los blogs y que puede apreciarse en el punto 2 (by the way, ¿alguién entiende por qué Seba dice "se que no debia"?). Pero no es un blog porque: A) es un libro; B) la existencia de los capítulos responde a una decisión y no a un impulso, o por lo menos eso parece.

5. Risperidona tiene prólogo de Juan Diego Incardona.

6. Los epígrafes de los episodios merecen un punto aparte porque son muy buenos. Hay uno genial, adjudicado al escritor argentino Sebastián Bruzzese: "Hay dos cosas posibles de hacer con el tiempo. Una es esto: perderlo comentando pelotudeces. O sea: también se puede escribir un libro, llamado ocio, que diga como uno se pajea y escucha abbey road y casi se muere y sus amigos se mueren. Pero ya no escuchamos esos discos ni leemos esos escritores. Ahora comentamos en facebook". El mejor epígrafe, sin embargo, es este: "Yo voy a entrar haciendo así y si te pego, va a ser tu culpa". Lisa Simpson.

7. Bueno, yendo a los bifes. Los dos temas principales de Risperidona son la obesidad y los consumos culturales de Seba Kirzner. Tres temas: la obesidad, los consumos culturales y la fobia social. Cuatro: Internet, los consumos, la fobia, la obesidad. Casi que es un solo tema igual. Bueno, me aburrí de la parte de contarte de qué se trata, si querés leelo. Le decimos a Joni que te lo preste. Algunos capítulos están requete buenos, otros no me gustaron. Por ejemplo no me gustó el capítulo de listas, el que se titula 603 (todos los capítulos llevan por nombre un número). Sí me gustaron mucho el segundo capítulo, el 428, y el tercero, el 319, que incluye la cita de la contratapa acerca de la secreta utilidad de la tecla F9 y también esto:
Se conecta una chica, le escribo Hola, te amo. Luego se conecta otra chica, le escribo Hola, te amo. Con la tercera y cuarta chica ocurre lo mismo, ¿cómo se llama la obra? La obra lleva dos nombres opuestos complementarios: o bien se llama Tengo una maravillosa capacidad de amar, o bien se desglosa bajo el título Mi amor vale mierda.
Otro gran capítulo, pero eso parece que ya es vox populi (hace unos días que quiero escribir vox populi) es el 546, el de Natasha, que incluye la frase "Ahora lo comprendo, estoy destinado a convertime en el hijo down de John Kennedy Tool".

8. Joni dice que Seba tiene una ideología que desarrolló al tiempo que leía Homo Sampler, acerca de la generación nuestra de cada día, con el ahora y el a todos nos gusta todo y todos tomamos todo, y que en este libro intentó trabajar esa idea, y por eso por ejemplo está el capítulo de las listas (son las listas de lo que le gusta, y es verdad que yo encontré muuuchos puntos en común con su lista) (igual hacer una lista me parece medio de mail en cadena) o el epigrafe del capítulo 967 que dice "Me pidieron que explicara en una hoja el término generación. Yo les anoté el link a mis videos favoritos de youtube". Me parece que le voy a preguntar directamente a él.

9. Ya que estamos con las citas, algunas más que me gustaron mucho y basta eh, basta. La cortamos acá. Del capítulo 333:
Sigo con mi extraña teoría de que el Indio Solari es el narrador omnisciente de la Historia Argentina Contemporánea. Pensalo así, antes de la gripe porcina, el Indio saca Porco Rex, disco que viene con dibujos de cerditos y gente con barbijos, y el Indio vive encerrado en una casa llena de cámaras de seguridad. ¿Qué oculta? El futuro, ¿me seguís? ¿Me estás siguiendo? ¿Hola?
Del 857:
Parece que la razón por la que duermo tan mal es que tengo apnea del sueño. Eso quiere decir, en lenguaje sencillo, que cuando estoy acostado mi peso corporal me aplasta los pulmones y mi cerebro me despierta, para avisar que me estoy muriendo. Esto no me lo dijo un médico, me lo dijeron algunos amigos con los que comparto, entre otras cosas, problemas de sobrepeso. Debería constatarlo con un médico clínico, pero el carnet de la obra social lo perdí en algún momento a principio de año y hacer el trámite para sacarlo nuevamente me da pánico. Me da pánico ir al edificio de la obra social, me da pánico entrar, me da pánico recorrer los pasillos, me da pánico pedir autorización de recetas y me da pánico salir. Maldito círculo del pánico.

martes, 28 de septiembre de 2010

Néstor Kirchner: un muchacho peronista y la oportunidad del poder, de Valeria Garrone y Laura Rocha



1. Acabo de terminar de leer este libro que estuve llevando al baño para hacer caca, unas veces más concreta, otras veces más abstracta. Es un libro que tomé prestado de la casa del hermano de mi amigo Paco, el que trabaja en una librería. El verdadero chiste del libro, muy muy gracioso (conceptualmente), es que es del 2003. Cuenta los primeros 100 días del gobierno de Néstor. Es decir, ¡el libro no sabe nada! No sabe que Cris es presi presi, para empezar. Piensa que Alberto Fernández es el más kirchnerista (bueno, parece que así era). Duhalde es amigo. Zaffaroni es medio anti-kircherista. Lavagna es ministro de economía. Con Scioli está todo mal, es el vicepresidente rebelde (de Cobos ni noticia). Bueno, todo eso es gracioso. Es un plato.

2. Las que lo escribieron son dos señoritas periodistas que antes hicieron uno sobre la gordi Carrió (Yo soy esta), también editado por Planeta, y no sé qué habrán hecho después. Como investigadoras están bien, qué se yo, por lo menos hay un apartado con las fuentes al final del libro, en el que detallan quién les contó cada cosa. Ahora, como redactoras dejan mucho que desear. Hay más de una información y más de una anécdota que aparece por duplicado a lo largo del texto, como si hubieran construido cada capítulo por separado de la totalidad. O sea, no está bien escrito. Se puede leer, de todos modos.

3. Resulta, eso sí, todo muy informativo. Los capítulos sobre la niñez/juventud del compañero Néstor, su desempeño en la militancia universitaria, son interesantes. También está bueno un capítulo en el que desglosan todo el plantel de ministros y afines uno por uno, como un mini perfil de cada uno de ellos (de Vido, Parrilli, Acevedo, Alicia, Aníbal, Bielsa, Filmus, ¡Gustavo Béliz!, entre otros). Así uno se entera quiénes están con los Kirchner desde Santa Cruz, quiénes aparecieron después. Es interesante. También es interesante un capítulo en el que se habla mucho de la labor parlamentaria de Cris. Imperdible la anécdota de cuando Cris y Carrió encabezaron juntas una comisión en el Senado y se terminaron peleando (obvio). También es imperdible la anécdota del programa de televisión que condujeron juntos el hijoeputa de Mariano Grondona y CFK desde el Glaciar Perito Moreno, como parte de la campaña de los K para conseguir no me acuerdó qué ley que Menen se negaba a aprobar. Me aburrió bastante la parte del gobierno en Santa Cruz. El último capítulo que habla de cosas que pasaron en los primeros cien días de Néstor, está más entretenido.

4.
Cristina comenzó el entredicho:
-Necesito leerlo antes de firmar -objetó.
-No hay tiempo para eso -dijo la chaqueña.
-No te pido más que el fin de semana y después hablamos -insistió Cristina.
-¿Estás loca? No. Si yo soy la pelotuda que se queda toda la noche trabajando para que vos me vengas a pedir esto -le gritó Carrió.
-¿Quién mierda te creés que sos? ¿Qué pensás que somos, cadetes tuyos?
-Sos una traidora hija de puta.

(...)

Para colmo eran la antítesis en el cuidado personal. Cristina siempre impecable, maquillada y perfumada; mientras que Lilita día a día se vestía peor y su cuidado y aseo personal iban quedando de lado.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Arenas movedizas/La hija de Rapaccini, de Octavio Paz

1. Es uno de los libros chiquitos de Alianza 100 que usé de lectura-cuando-no-hay-mochila. Son dos libros en uno.

2. Había que leer a Octavio Paz desde que leíamos Rayuela. El capítulo 149 de Rayuela es pura y exclusivamente un poema suyo, que siempre me flasheaba por que por su disposición (y por la mía a esa edad y leyendo Rayuela), si uno se salteaba una línea o cambiaba el orden, tenía un poema nuevo.
Mis pasos en esta calle
Resuenan
        En otra calle
Donde
      Oigo mis pasos
Pasar en esta calle
Donde
Sólo es real la niebla
(Acabo de lograr la disposición de eso que ven arriba gracias al lenguaje html y me siento un campeón.)
Con más razón había que leer a Octavio Paz después de que lo encontramos como personaje nuevamente en Los detectives salvajes. O sea, a ver, dos de los mejores libros del mundo, escritos por dos de los cuatro más capos del mundo (ver etiqueta del mismo nombre) lo mencionan de una forma u otra. Había que leerlo.

3. Pero al mismo tiempo listo, ya lo leí.

4. Arenas movedizas es un libro de poemas o de prosa poética o algo así. Hay un poema/cuento sobre un tipo que se enamora de una ola, que está bueno. Se llama "Mi vida con la ola". También hay un cuento buenísimo espectacular que se llama "Cabeza de ángel" y no usa puntos, ese es el que más me gustó. El primero, "El ramo azul", también está bien. Los demás me resultaron empalagosos.

5. La hija de Rapaccini es una pieza teatral basada en un cuento de Nathaniel Hawthorne. Está linda. Y eso es todo lo que tengo que decir sobre eso.

martes, 14 de septiembre de 2010

El Golem, de Gustav Meyrink

1.
...poco a poco comencé a asustarme de por qué no me asustaba cuando a través de los muros llegó hasta mis oídos claramente el ruido de unos pasos contenidos.
Hace mucho tiempo, cuando la inundación, me llevé de la biblioteca El Golem, de Gustav Meyrink, y lo puse en mi estante y lo dejé ahí, sin la intención real de leerlo nunca. Sabía del libro dos cosas: que era linda la edición (de esas a cuadritos blancos y negros de Tusquets, aunque toda mocha por el agua), y que era de 1915 (por la contratapa). Después resultó que en el taller de Maru Kogan empecé a escribir algo que en un determinado momento se inclinó hacia el tema del judaísmo mágico. Entonces me acordé de este libro y me pareció que lo podía leer, para no mandar tanta fruta en mi cuento.

2. La primera sorpresa que me llevé es que a pesar del título, no se trata del legendario monstruo judío jasídico medieval. Les cuento, ya que estamos. De la Enciclopedia de la historia y la cultura del pueblo judío (Ed. Carta, Jerusalén):
MAHARAL de Praga (1525-1609), apelativo del rabino Iehudá Leib ben Betzalel (...) El MAHARAL fue un líder venerado del judaísmo ashkenazí. La leyenda popular lo recuerda como un luchador contra los enemigos de los judíos y sus calumnias. Se cuenta que para ello creó un gólem (muñerco con forma humana) de arcilla al que infundía vida colocando en su boca un amuleto con el nombre de Dios. El gólem cumplía todas sus órdenes hasta que una noche el MAHARAL olvidó retirar el amuleto de su boca y el gólem se rebeló contra su creador e hizo estragos en la ciudad, por lo que fue destruido.
Alguna vez en la época de la primaria me contaron la historia del Golem, pero con una variante: la forma de prender el muñeco de arcilla era distinta. En lugar de ponerle un amuleto en la boca, tras unos conjuros se le escribía en la frente la palabra EMET ("verdad", en hebreo). Para apagarlo, se borraba la primera E, con lo que queda la paabra MET ("muerto"). En esa versión, que ahora me suena haberla visto en televisión, el rabino borraba la E porque el Golem mataba algún inocente: al desaparecer la E, el monstruo se volvía arena, y la arena tapaba al rabino que se moría ahogado. Cabe aclarar que lo que se borra no es una E, porque se escribe en hebreo. La palabra EMET se escribe con tres letras (porque el hebreo escrito omite las vocales. En el caso de EMET: una ALEF que es como una hache, una MEM y una TAF) y la palabra MET, con dos. Hago esta aclaración porque obviamente todo el asunto del Golem, por época y lugar, está relacionado con la Cabalá, que se basa en el conocimiento místico del significado numerológico de las palabras hebreas.

3. Decía que en El Golem de Meyrink la leyenda del golem de Praga aparece y atraviesa toda la novela pero como una excusa para hacer literatura fantástica y simbolista con un sentido diferente al que yo hubiera esperado encontrar. Yo esperaba encontrar el Frankenstein judío, pero no. Hay esoterosimo, budismo, judaísmo, miedo a lo desconocido y a la locura, personajes que encarnan el bien y el mal y damicelas en peligro. Meyrink es, según la biografía en la solapa, corresponsal de Kafka: hay algo de eso que está muy claro cuando aparecen los canas, el banco, pero sobretodo la cárcel.
"Bueno, así que ya estamos de acuerdo, señor - Pernath, sí, Pernath. Sí, sí." - El comisario me alargó ambas manos con un impulso de asombrosa amabilidad, como si hubiera recibido la noticia más feliz del mundo, e hizo unos grotescos esfuerzos por poner cara de buena persona.
También hay travestis. Hay judíos buenos que parecen Gandalf y judíos malos que parecen Gollum. Y hay mucha mucha reflexión filosófica; ese tipo de reflexión sobre el hombre que después del Holocausto no se hace más así. Me fascinan los libros de temática judía que fueron escritos en Europa antes del Holocausto: es como que no puedo creer que no sepan lo que va a pasar. Como con la mujer ésta Nemirovsky, que también escribe sobre judíos durante la primera mitad del siglo XX. Ninguno de los dos tiene pudor en utilizar los arquetipos antisemitas del judío, siendo judíos. Es una reflexión para hacer en extenso en otro momento.

4. La novela va de esto: el progonista sueña algo muy extraño, algo acerca de una piedra con grasa (rarísimo y medio asquete). Se despierta en una confusión mental propia de una afasia. Encuentra un sombrero en el que hay una etiqueta con el nombre Athanasius Pernath. Entonces, es Athanasius Pernath. Vive en el ghetto de Praga, en una casa inmunda con personajes inmundos. Es orfebre. Una historia de intrigas y venganzas se entreteje a su alrededor, mientras él cada tanto la flashea mal con el Golem, una especie de doble suyo con cara de chino que no habla. La re flashea un montón. La historia de intrigas y el flash se van mezclando. Después hay una parte re Dr Manhattan, después hay una parte re wanna be Kafka, y al final hay un final de esos que no se deben usar nunca (tipo Lost) y que sin embargo está muy bien.

5. Muy interesante la biografía de Gusta. De pebete tenía esta cara, mirá:



5. Conclusiones: La novela me gustó mucho. Hay cosas que subrayé por lo bien que estaban escritas o lo mucho que me gustó la traducción, en realidad. La novela es en alemán (en Wikipedia dice que Borges decía haber aprendido alemán leyendo esta novela en idioma original, ayudado de un diccionario). (Borges tiene un poema que se llama "El Golem", en El otro, el mismo). (Borges, el cegato). Algo que no me pasaba hace bastantes libros: es una novela que sé que le puede llegar a gustar a ciertas personas en particular (Mer y Magda) y por motivos diferentes. Es decir que es una novela que te permite decirle a alguien en particular "te tengo que prestar un libro que estoy leyendo que a vos te va a re gustar". Es casi una característica superior a la de libro para recomendarle a todo el mundo.

6.
- No hay kitsch, como dicen los pintores, suficientemente infame que no arranque lágrimas de la muchedumbre, mendaz hasta la médula, - ¡y que no le llegue al corazón! ¿Cree que, de no ser así, no se habría acabado con todos los teatros hace ya mucho tiempo? Se reconoce al populacho por su sentimentalismo. Miles de pobres diablos pueden morirse de hambre y nadie llora, pero si a un viejo cabestro pintarrajeado, disfrazado de menegilda, le dan vueltas los ojos en escena, entonces los espectadores lloran como becerros.

miércoles, 25 de agosto de 2010

El año del desierto, de Pedro Mairal

1. Vengo posponiendo la escritura de esta reseña hace mucho (hoy es 4 de octubre - feliz cumple Lauri) porque me parece re difícil: de hecho ya escribí reseñas que van a venir después. En este tiempo ya lo leyó Joni también, y es la primera persona de muchos a los que les voy a prestar este libro porque me parece que es una masa y un must de la literatura argentina. ¡Está tan bueno! Antes que nada, los créditos: se trata de un libro que leí a instancias de Maru Kogan, de quien tenemos al final de esta entrada el vínculo a una nota que publicó en El Interpretador, en la que habla de El año del desierto y otras yerbas. Maru me lo prestó, pero a la mitad de la lectura decidí que me lo tenía que comprar y así lo hice. La novela está editada por Interzona. Interzona cerró y muchos de sus libros quedaron en el limbo: se dice que hay un depósito donde están guardados los libros de Interzona hasta el día que llegue el mesías y suenen las trompetas del Apocalipsis. Mientras tanto, se pueden comprar los que quedaron en stock en librerías: este en particular está agotado, y lo conseguí de pedo (gracias a Germán, ya que estamos repartiendo loas, que lo buscó para comprarselo él y llevarselo a su exilio, y a Paco, que lo fue a comprar aunque no se tratara de la librería en la que él mismo trabaja, porque es mi agente de compras oficial y exclusivo). Shirly Lapides me lo vio en la mochila y me dijo ¡¿por qué vos tenés este libro?! ¡lo estoy buscando hace año y medio!. Así que un saludo a Joni, a Maru Kogan, a Germán, a Paco, a Shirly Lapides, a mi mamá y a Pedro Mairal.

2. María, una minita, vive en San Isidro y trabaja de telefonista en las oficinas de Suárez & Baitos, en una torre de Retiro. Tiene un novio que tiene una moto. Se quiere comprar un vestido. Mientras tanto, la capital se sacude por las protestas en el microcentro, los saqueos y la represión policial. María se hace la boluda ante la situación circundante, todo lo que puede. Espera en una esquina a su novio, que fue a la manifestación a pesar de que ella le pidiera que no fuera. La manifestación es contra el avance de "la intemperie". María espera a su novio en la esquina aún cuando pasa frente a ella un policía montado arrastrando del pelo a una mujer por la calle. Al final, se tiene que ir. A lo largo de la novela, María va cediendo ante las circunstancias, cada vez más extrañas, cediendo ante el cambio y admitiéndolo en su vida, cambiando ella misma ante cada cesión para adaptarse a las circunstancias que vuelven a cambiar en cada nuevo episodio. Creo que Maru dijo alguna vez algo así como que la premisa de la novela es el concepto de que siempre se puede estar peor: puede ser. Otro concepto que claramente se sopesa, se me ocurre ahora, es el famoso dicho de que "todo tiempo pasado fue mejor".

3. Amé El año del desierto porque tiene cuotas de muchos de los géneros que más me gustan. Tiene mucho de literatura fantástica pero el trato es quizás más el de la ciencia ficción. Un trato totalmente realista de situaciones que parten de una premisa totalmente fantástica. Es ciencia ficción en la medida en que la Historia también es una ciencia, es ciencia ficción en la medida en que un libro de historia contrafáctica (como El hombre en el castillo, de Philip K. Dick) puede ser encuadrado dentro de la ciencia ficción. Historia contrafáctica ubicada en el futuro, en este caso, una especie de reorganización de la historia argentina. Por ejemplo:
... ya casi nadie escuchaba ni cantaba tangos. Uno dejó el bandoneón en el Ocean porque no podía pagar las copas, y ahí quedó el instrumento, dando vueltas, hasta que se lo vendieron a un carpintero alemán que lo quería para su hermano que tocaba música sacra en las iglesias de Heidelberg.
¡Es la historia del bandoneón y del tango a la inversa! No voy a revelar más, aunque hay muchas citas que quisiera poner y muchos detalles que me gustaría arruinarles.

4. Siento que debería decir mucho más, pero no sé qué. Joni dice que no hay mucho más para decir.

5. En su nota en El Interpretador, Maru compara El año del desierto con Las viudas de los jueves de Caludia Piñeiro y Plop de Rafael Pinedo. La parte específica de El año del desierto es la II, pero recomiendo leer todo, el análisis de Las viudas... está bueno también aunque como yo no hayan leído el libro ni visto la película. El Interpretador / Marina Kogan: Avatares del realismo inverosimil.

jueves, 19 de agosto de 2010

La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, de Stieg Larsson

1. Pues bueno. Leí la parte dos de la saga Millenium. ¿Qué me pareció? Me pareció bien. Un poco más aburrido que la uno, a pesar de que el argumento estuviera mejor. Tiene mucho relleno: eso de "Lisbeth Salander fue a Ikea y compró esto, esto, esto, esto, esto, esto, esto, esto, esto, esto, eso, aquello color sarasa, y pagó con Visa" sólo se justifica en American Psycho.

2. El argumento es similar al de ese libro de Harry Potter que no recuerdo si es el segundo o el tercero, en que todos piensan que él es el culpable de no sé qué cosas malas y entonces lo odian: es el mismo recurso. Aunque tarda más que el primero en arrancar con la acción, igual se la banca. Es un buen libro para mamás. Tengo cosas más concretas para decir, pero son arruinadoras de tramas, así que sigo acá abajo. Lea bajo su propio riesgo.

3. SPOILER ALERT

lunes, 2 de agosto de 2010

Historia transversal de Floreal Menéndez, de Leo Masliah

1. Este libro me lo compré de cebado nomás, en Puán. Un día lo señé y otro día lo compré, gasté 30 pesos y el libro está usado y hecho mierda, así como si lo hubiera agarrado un perro. Es linda la tapa igual, y es efectivamente la primera edición. Es uno de esos gastos innecesarios, una de esas compras supérfluas que sólo se me justifican si leo el libro, cosa que en general no sucede pero que en este caso sucedió, para tranquilidad de mi conciencia economicista y también para favorable precedente de nuevas compras supérfluas en los puestitos de libros de la facultad.

2. Historia transversal de Floreal Menéndez es algo así como una novela en la que el narrador no puede concentrarse en un protagonista. Empieza con Floreal Menéndez, que juega al ajedrez y pierde, va al médico y espera su turno, pero antes de que Floreal Menéndez entre al médico (o después, no me acuerdo, no importa), el narrador se va con otra persona que está esperando en el lugar. Se va, sigue a otro personaje hasta que este se encuentra con un tercero o no se encuentra sino que se cruza y entonces el narrador sigue al otro y así se construye todo el libro: de historias fragmentarias cual más absurdas de personas casi siempre con nombres y apellidos (aunque a veces sin nombres ni apellidos, con apelativos como "el que no era el plomero de Martínez" por ejemplo) que transitan la ciudad de Montevideo a pie, en taxis, colectivos o bien por misteriosos túneles por debajo de la tierra.

3. Lo fragmentario de la trama lo vuelve un libro ideal para leer cuando uno hace caca. Las pequeñas historias no son necesariamente graciosas (muchas sí) pero la forma en que todo está escrito es ingeniosa a más no poder. Insoportablemente ingeniosa en las dosis propuestas, según mi papá. Es verdad que tanto ingenio todo el tiempo hace que las cosas se pierdan en la masa. En fin, yo lo banco. Si alguien tiene un libro de Leo Masliah para prestarme me chifla.