miércoles, 31 de enero de 2024

Un hombre ridículo y otros cuentos, de Fedor Dostoievski

 1.

Fedor o Fiódor Mijailovich Dostoievski, qué grande sos, mi escritor decimonónico favorito, cuánto vales. Uno de los cuatro más capos del mundo (según un ranking falopa que establecí en los albores de este blog, hace más de mil años), hace tanto que no te leía. Hace diez años, exactamente. Seguís tan depresivo como siempre, pero a la vez, qué chistoso.

2.

Este tomito de ediciones Terramar, sin corrección alguna (muchos errores de tipeo y quizás de traducción) incluye tres cuentos: el del título, otro más bien largo que se llama "Era cariñosa y humilde" (como ésta), y uno último más cortito (como ésta) intitulado "Bobok (Narración Fantástica)". 

3.

"Un hombre ridículo" empieza como muchas historias de Fiódor, con un protagonista que se desprecia a sí mismo y nos quiere contar una historia. Resulta que el tipo es un miserable, nada le importa del mundo, y decide acabar con su vida. No va de que, frente a la decisión de suicidarse, entra en un colapso filosófico: si me voy a morir dentro de breves instantes, entonces no debería importarme el mundo, que acaba cuando acabo yo; sin embargo, ¿por qué siento cosas por esa niña pobre y descalza en la nieve que me pidió ayuda hace una hora, y a quién desprecié? En esas cavilaciones, se duerme, y casi todo lo que sigue es un sueño: el tipo en el sueño se mata, pero no muere, su alma transmigra por el espacio exterior (medio 2001 Odisea del espacio) y llega a un mundo sin pecado, en el cual vive muchos años (siempre en el sueño) y al que llega a pervertir, porque él trae el pecado. Cuestión que ese mundo, que es a la vez la Tierra pero otra, se termina por convertir en esta misma Tierra. Al hombre ridículo lo condenan por sus pecados, que son los de todos, se jesusiza digamos, y entonces despierta. Ya no quiere suicidarse. Ahora es un profeta errante, convencido de que su sueño no fue tal. Como cuento no es muy bueno, como alegoría cristiana no sé. Qué cristiano que era Fiódor.

4.

"Era cariñosa y humilde" también incluye un suicidio, el de una jovencísima esposa. El narrador es el marido, un típico protagonista que se desprecia a sí mismo, que empieza a contarnos la historia de su matrimonio mientras contempla el cadáver inmaculado de su difunta. Tiene muchos mini capítulos, y dos partes. Como cuento, es buenísimo. Lástima la edición.

5.

El último cuento es muy chistoso: un protagonista que no se desprecia a sí mismo pero que sin embargo es un borracho y quizás un loquiloqui, sale a pasear y recala en el cementerio, donde de casualidad están velando a un pariente suyo. Aburrido de la misa, sale a pasear entre las lápidas, y por motivos que desconocemos, empieza a escuchar la conversación que entre sí mantienen los muertos en sus tumbas. Es bastante chistoso, me reí un poquito para afuera en la Línea B.

6.

Fiódor corazón te amo nos veamo nos besemo.

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