1. Así como terminé Menos que cero, agarré American Psycho del anaquel de la biblioteca en el que lo veo desde el primer día. Claro que antes de Menos que cero yo tenía una idea sobre American Psycho creada por la película del mismo nombre del año 2000, que me había parecido malísima en su momento. (Ahora sospecho que no debo haber entendido un carajo). Creo que desde Bukowski que no hacía eso, tener ganas de leer uno atrás del otro.
2. American Psycho es un libro muy largo y muy denso, al punto que en un momento de su lectura decidí que era una mierda, y al punto también de que tardé un mes en leerlo, mucho más de lo acostumbrado. Nevertheless (?), no es una mierda, ni ahí. Denso sí es. Es casi una permanente descripción densa de cosas y de marcas: ropa, electrodomésticos, muebles, principalmente.
Una cosa que me parece muy mal de la novela es el título. Si no se llamara así, hasta bien entrada la novela no sabrías de qué va. Los rasgos psicóticos de Bateman aparecen, pero muy bien deslizados en las situaciones, dentro de la marabunta de cosas que se dicen y que por fuerza de repetición se vacían. Si existe la remota posibilidad de que alguien no sepa nada de nada de qué se trata American Psycho, tenga estómago y le gusten las marcas de ropa, le recomiendo que deje de leer esto acá y me pida el libro prestado, porque ahora entramos en SPOILER ALERT.
3. En serio, lean lo que sigue sólo si ya saben de qué se trata el libro
...
¿ya se fueron?
...
Bien.
Patrick Bateman es un asesino serial que hace unas cosas de chanchas... súper chanchas. Un asco. Muy repulsivo. La descripción densa que conforma todo el libraco y que la mayor parte del tiempo se aplica a los trajes Armani o las sofisticadísimas lectoras de CD (y bueno; es que fue publicada en el '92, en los very early noventas: hablando del asunto, eso le suma mucha onda porque por los noventas son los nuevos ochentas...*) de pronto se utiliza para una situación horrible en la que Bateman le saca un ojo a un linyera con un cuchillo, por contar una de las menos horribles. Hay escenas muy REVULSIVAS, un montón de necrofilia entre otras cosas. Asco, guácala, Bret Easton tenés la cabeza llena de mierda. Muy creativa su mierda por cierto. American Psycho es una novela claramente muy planificada, muy investigada. Nada está ahí porque sí, aunque a lo mejor hay cosas de más, partes que me podría haber ahorrado de leer. De hecho hay tres capítulos que se llaman Whitney Houston, una banda y otra banda, que son pura y exclusivamente la historia de esas bandas a lo largo de los discos, con análisis de las canciones detallados y blablabla, que supuestamente son, como el resto de los capítulos, opiniones expresadas por Bateman, aunque no deben diferir mucho de las de Ellis. Ba, no sé. A lo mejor a Ellis no le gustan esas bandas, pero puede ser. El primero lo leí entero. El segundo lo leí hasta la mitad y después en diagonal, para ver si había algo sobre la trama que no perderse. El tercero que apareció lo saltié directamente. Está claro que tiene un sentido que esos capítulos aparezcan en la novela, que aparezcan donde aparecen, no es una decisión caprichosa; pero son un embole. No los lean, salteenlos, son malísimos. Pero ta, es una de las pocas cosas que no me gustaron.
4. Cuando Ellis escribió esta novela ya era famoso. Hasta ya había una película basada en su primer libro. Este es su tercero. Después siguió escribiendo y hay tres o cuatro más para que alguien me regale si quiere. Cuestión que mientras Menos que cero es la novela de un re capo escritor de 20 años, American Psycho es la novela de un treintañero que se tiene que mantener a la altura de las circunstancias. Cumple con eso: el libro fue polémico, fue de culto, fue best seller, estuvo prohibido en algunos países y se vendía embolsado en otros, los dos epígrafes seleccionados están perfectos, la primera y la última frases del libro son relativas (la primera es de la Divina Comedia y la última me hizo acordar, por un lado al "desaparezca aquí" de Menos que cero y por el otro a "'muera el perro', dijo el 18" de Rayuela), la crítica social y el retrato del yuppie de Wall Street están re bien y todo eso. Me lo imagino a Ellis haciendo un cuadro sinóptico en un pizarrón: a ese nivel. De la parte así planeada mi cosa favorita es eso de que nadie sabe quién es nadie nunca (literalmente, los personajes se llaman distinto según con quién hablen porque nadie corrige a nadie cuando lo confunden con otro). Pero lo que más me gustó está en otro lado. En varios momentos me sentí identificado con Bateman. Eso en realidad es de la parte planeada, si la novela está en primera persona todo el tiempo. Pero me sentí identificado de la misma forma que me pasó con algunos personajes en Neon Genesis Evangelion (remember la teoría del erizo) o con Pink en The Wall. No sé si me explico. Me refiero a una forma más recóndita de identificarse, más construida pero más elegida también y para uno mismo, no una imagen exterior, una idea. Justamente, una idea tan para uno mismo que no se puede terminar de explicar a otro. Bueno, esa forma inexplicable de entenderse a veces a uno mismo me hizo sentirme identificado con Patrick Bateman.
5. Me muero por hablar del final así que si alguien lee el libro o ya lo leyó, mándeme un mail o algo.
* Mi teoría sobre las décadas. Las décadas se ponen de moda en intervalos alternados: En los noventa (fines) están de moda los setenta (la falsa moda hippie) y esta moda se extiende hasta principios de la década del 2000 (¿los dosmiles? ¿los ceros? ¿las unidades?). En la década del 2000, se ponen de moda los ochenta, claramente. Hay varios ejemplos en la televisión. Y ahora, fines de la década (sí, en dos años estamos en otra década problemática de nombrar: ¿los diéces?), están de moda los noventas. Hace como un año o dos ya que se consolidó la moda. Diganme si los flogger no son un revival noventoso en cuanto a ropa. En fin, habrá que profundizar la discusión teórica en torno a este importantísimo y controversial tópico.
jueves, 23 de julio de 2009
lunes, 20 de julio de 2009
Tengo miedo torero, de Pedro Lemebel
1. Yo venía leyendo American Psycho, ya estaba tardando mucho en llegar al final y me estaba pudriendo. Un día le pedí a Daro que me preste este libro, y el mismo día lo empecé en un bondi; cuando llegué a mi casa ya había leído 60 páginas. En tres días más lo terminé.
2. Tengo miedo torero es mi primer libro chileno si no contamos a Antonio Skarmeta y su obra de oximorónico título, que puede ser que lo haya leido para la escuela. Lo primero con lo que uno se encuentra es con un mar de a priori incomprensible lunfardo chileno, casi todas las palabras pareciera, pero rápidamente uno se puede dar cuenta que de todas esas palabras incomprensibles, un cincuenta por ciento han de ser inventadas o compuestas por el autor. De todas maneras, ya a las tres páginas uno empieza a decodificar solo y, como dije, se lee rapididísimo.
3. Tengo miedo torero se centra en la Loca del Frente y en su nueva casa, que ella (o él, indistintamente) accede a prestar como refugio y depósito de material ilegal a Carlos, el joven y fachero (y bastante queer: en realidad, todos los chilenos parecen queer en este libro) integrante de un movimiento revolucionario opuesto al régimen pinochetista en 1986. Una de las cosas más grandiosas del libro es que por momentos, el foco deja al cuasi travesti protagonista y se centra en el propio dictador, o mejor aún, en su insoportable mujer que le come la cabeza.
4. Es muy excelente. Leanlon. En el siguiente enlace, un coso que escribió Pedro y me pasó Daro. http://www.taringa.net/posts/arte/1024187/El-Manifiesto-de-Pedro-Lemebel-(Hablo-por-mi-diferencia).html
2. Tengo miedo torero es mi primer libro chileno si no contamos a Antonio Skarmeta y su obra de oximorónico título, que puede ser que lo haya leido para la escuela. Lo primero con lo que uno se encuentra es con un mar de a priori incomprensible lunfardo chileno, casi todas las palabras pareciera, pero rápidamente uno se puede dar cuenta que de todas esas palabras incomprensibles, un cincuenta por ciento han de ser inventadas o compuestas por el autor. De todas maneras, ya a las tres páginas uno empieza a decodificar solo y, como dije, se lee rapididísimo.
3. Tengo miedo torero se centra en la Loca del Frente y en su nueva casa, que ella (o él, indistintamente) accede a prestar como refugio y depósito de material ilegal a Carlos, el joven y fachero (y bastante queer: en realidad, todos los chilenos parecen queer en este libro) integrante de un movimiento revolucionario opuesto al régimen pinochetista en 1986. Una de las cosas más grandiosas del libro es que por momentos, el foco deja al cuasi travesti protagonista y se centra en el propio dictador, o mejor aún, en su insoportable mujer que le come la cabeza.
4. Es muy excelente. Leanlon. En el siguiente enlace, un coso que escribió Pedro y me pasó Daro. http://www.taringa.net/posts/arte/1024187/El-Manifiesto-de-Pedro-Lemebel-(Hablo-por-mi-diferencia).html
miércoles, 24 de junio de 2009
Menos que cero, de Bret Easton Ellis
1. No sé qué esperaba cuando me compré este libro. Esperaba sexo drogas y rock&roll, pero no esto. Menos que cero es un libro que parece superficial y uno lo lee tranca, interesado en que los personajes cojan, y de pronto te encontrás comprometido en una situación heavy. No es que no lo preavisara la contratapa: lo que pasa es que Menos que cero funciona de alguna manera como un espiral descendente. Un libro que empieza bastante lento y plácido (con merca y sexo ambiguo, pero tranca) y se va acelerando hasta que al final ya es un total y muy perturbador quilombo.
2. Es perturbadora, en serio. Bueno, por lo menos para mí. Lo terminé de leer durante un práctico de la facu de esos que no da lo aburridos que son: no es el libro más adecuado para leer en esa situación. A mí me descolocó totalmente. Tampoco es para antes de irse a dormir... En realidad no sé si en alguna situación no sería perturbador.
3. Bret Easton Ellis (cuyo nombre no logro aprenderme bien) escribió esta novela a los veinte y la publicó a los veintiuno, vendió 50.000 copias y se hizo millonario. Hijo de puta.
4. Me gustó mucho el uso que en la novela se hace de la memoria que Clay (el protagonista) tiene, de un pasado feliz y familiar. Está muy buena. Fin.
5. ¡Ah, pará! Se trata de un chico que está en New Hampshire estudiando en el Junior College y vuelve a su Los Ángeles querido por las vacaciones, donde se reencuentra con amigos de la secundaria, ex novias, dealers, sus padres, un montón de nombres y la gente más frivola, vacía y rubia de los EEUU de América de Reagan. Maneja un re coche descapotable y escucha música new wave y toma merca, fuma porro, coje con chicos y chicas y va a muchas, muchas, muchas fiestas y también a tomar vino blanco a lugares y casi siempre la pasa mal. A la larga o a la corta, la cosa se va poniendo pesuti en su ambiente y en su cabeza.
Ahora sí fin.
2. Es perturbadora, en serio. Bueno, por lo menos para mí. Lo terminé de leer durante un práctico de la facu de esos que no da lo aburridos que son: no es el libro más adecuado para leer en esa situación. A mí me descolocó totalmente. Tampoco es para antes de irse a dormir... En realidad no sé si en alguna situación no sería perturbador.
3. Bret Easton Ellis (cuyo nombre no logro aprenderme bien) escribió esta novela a los veinte y la publicó a los veintiuno, vendió 50.000 copias y se hizo millonario. Hijo de puta.
4. Me gustó mucho el uso que en la novela se hace de la memoria que Clay (el protagonista) tiene, de un pasado feliz y familiar. Está muy buena. Fin.
5. ¡Ah, pará! Se trata de un chico que está en New Hampshire estudiando en el Junior College y vuelve a su Los Ángeles querido por las vacaciones, donde se reencuentra con amigos de la secundaria, ex novias, dealers, sus padres, un montón de nombres y la gente más frivola, vacía y rubia de los EEUU de América de Reagan. Maneja un re coche descapotable y escucha música new wave y toma merca, fuma porro, coje con chicos y chicas y va a muchas, muchas, muchas fiestas y también a tomar vino blanco a lugares y casi siempre la pasa mal. A la larga o a la corta, la cosa se va poniendo pesuti en su ambiente y en su cabeza.
Ahora sí fin.
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Bret Easton Ellis,
de los contemporáneos los más capos
viernes, 12 de junio de 2009
The Nimrod flipout, de Etgar Keret
1. ¡AAAA UUUU EEEEE UOUOUOUO!
2. Etgar Keret nació en Israel en el '67 y sacó su primer libro en el '92. Escribe cuentos cortos o microcuentos, aunque también guiones de cómics, de televisión y de cine y sacó una novela. La edición de su obra es un quilombo, porque en cada idioma hicieron compilaciones diferentes de los cuentos que están en sus libros originales en hebreo. Este que leí yo ahora por ejemplo es una compilación y no la traducción de uno tal cual. El otro que leí, La chica sobre la nevera y otros relatos (en castellano, de Ed. Siruela), lo mismo.
3. Soy fan de Etgar Keret, me parece realmente muy bueno. Carver meets los cuentos más extraños de Bukowski (como el del hermano que se materializa mientras se coge a la mina, o el del hijo de satanás, todos los fantásticos, bah) y todo bien israelí post sionista y post judío. Es, por otra parte, el único escritor israelí que leí, así que les debo la comparación.

4. Traduje, de aburrido y gracias a la beca ORT, tres de los cuentos de The Nimrod flipout del inglés al castellano, o sea que no sé qué tan lejos quedaron de los originales en hibrit, pero me parece que quedaron bien. Agrego además uno que no está en este libro, traducido por alguien más y que me encontré en Internet. Este libro, The Nimrod flipout, se puede conseguir prestado en la flamante biblioteca Agustín Jais del Club Cultural Matienzo (Matienzo 2424, esq. Cabildo) (http://clubculturalmatienzo.blogspot.com/)
Traducidos del inglés por Alejandro Schonfeld:
Disfuncción
Ccreo que mi ccomputadora se ccagó. En realidad, no ccreo que sea la ccomputadora en sí: el tecclado nomás. La ccompré no hacce muccho, usada, de los cclasificcados. El tipo que me la vendió era raro. Abrió la puerta vestido con un vestido de seda y un sombrero de fieltro, ccomo una puta con cclase de una pelíccula de ccine-arte en blancco y negro. Me preparó un té, con menta que ccultivaba en el alfeizer de la ventana. "La ccomputadora es una ganga," dijo. "No te vas a arrepentir". Así que le di ccinco mil, y ahora me arrepiento. El aviso deccía que estaban vendiendo todo porque se iban a haccer un viaje largo, pero el tipo del sombrero me ccontó la verdadera razón: se estaba por morir de un momento a otro, y eso no es algo que uno esccribe en un aviso, y menos si pretende que alguien venga. "La verdad es" dijo, "que la muerte es ccomo un viaje, así que el aviso no era falso". Mientras lo deccía, tenía una voz vibrante, optimista, como si por un segundo hubiera visto la muerte ccomo un viaje divertido a un lugar nuevo, y no simplemente una osccuridad buena para nada que te respira en la nucca. "¿Viene con garantía?" pregunté, y él se río. Yo lo deccía en serio, pero ccuando se río, me sentí un pocco raro así que hicce de ccuenta que estaba hacciendo un cchiste.
Mugre
Digamos que yo estoy muerto, o que abrí un laverrap de autoservicio, el primero de Israel. Alquilé un local chico, un poco ruinoso, del lado sur, y pinté todo de azul. Al principio, hay solamente cuatro máquinas y un dispenser especial que vende muestras de jabón. Después pongo una tele y hasta un pinball. O sino estoy en el piso del baño con un tiro en la cabeza. Mi padre me encuentra. Al principio, no se da cuenta de la sangre. Piensa que estoy medio dormido o que estoy haciéndole una joda. Sólo cuando me toca la nuca y siente algo caliente y pegajoso chorreándole por el dedo hasta el brazo descubre que algo está mal. La gente que viene a hacer sus lavados en un laverrap de autoservicio es gente solitaria. No hace falta ser un genio para darse cuenta de eso. Por eso es que siempre trato de crear una atmósfera en el laverrap que haga que la gente se sienta menos sola. Muchas teles. Dispensers que digan gracias con voz humana por comprarle las muestras, fotos de marchas multitudinarias en las paredes. Las mesas para doblar la ropa limpia están puestas como para que mucha gente tenga que usarlas al mismo tiempo. No porque sea amarrete, es a propósito. Muchas parejas se conocen en mi local gracias a esas mesas. Gentes que solían estar solas y ahora tienen a alguien, tal vez más de uno, que yace junto a ellos de noche, los empuja mientras duermen. Lo primero que hace mi padre es lavarse las manos. Sólo después llama a una ambulancia. Ese lavado de manos le va a costar caro. No se lo va a perdonar hasta el día de su muerte. Incluso le va a dar vergüenza decírselo a alguien. Cómo su hijo yace ahí al lado suyo, muriéndose, y él, en lugar de sentir aflicción o compasión o miedo, o algo, todo lo que logra sentir es repulsión. Ese laverrap se va a convertir en una cadena. Un cadena que va a ser grande, especialmente en Tel Aviv, pero también le va a ir bien en los suburbios. La lógica detrás de su éxito va a ser simple: donde sea que haya gente solitaria y ropa sucia, siempre van a venir a mí. Después de la muerte de mi madre, hasta mi papá va a venir a una de las sucursales a lavar su ropa. Nunca va a conocer una mujer o hacer un amigo ahí, pero la posibilidad de que suceda lo va a conducir hasta ahí cada vez, le va a dar una pequeña tajada de esperanza.
Mero
Desde que volví a Israel, todo se ve diferente. Hediondo, triste, tonto. Ahora hasta esos almuerzos con Ari que solían iluminarme el día son un bajón. Él se va a casar con esa Nessia suya; hoy me va a sorprender con la noticia. Y yo, por supuesto, me voy a sorprender, como si Ofer el buchón no me hubiera dicho el secreto hace cuatro días. Él ama a Nessia, dirá, y me mirará a los ojos. "Esta vez," dirá con su profunda y convincente voz, "esta vez es en serio."
Arreglamos para encontrarnos en un restorán de pescado en la playa. La economía está en recesión ahora, y el precio de los platos del día es un chiste, cualquier cosa por atraer gente hasta la puerta del local. Ari dice que la recesión es buena para nosotros, porque nosotros -aunque todavía no nos hayamos dado cuenta- somos ricos. La recesión, explica Ari, es dura con los pobres. Dura no es la palabra -es asesina. Pero, ¿con los ricos? Es como tener puntos de viajero frencuente extras. Podés mejorar todas las cosas que solías hacer, y gratis. Y así nomás, el Johnnie Walker pasa de Etiqueta Roja a Etiqueta Negra, y las promociones por viajes de cuatro días pasan a ser de una semana, lo que sea por atraer gente hasta la puerta del local. Para lograr que traigan sus culos hasta la puta puerta del local. "Odio este país," le digo mientras esperamos nuestros menúes. "Me iría para siempre sino fuera por los negocios." "No jodas" dice Ari, poniendo sus pies con sandalias en la silla de al lado. "¿Dónde más en el mundo podés encontrar playas como esta?"
"En Francia," le digo, "en Tailandia, en Brasil, en Australia, en el Caribe..."
"OK, OK, entonces andate," me interrumpe con orgullo. "¡Terminá tu comida, tomate tu café y andate!"
"Dije" me tenso, "que me iría sino fuera por los negocios..."
"¡Los negocios!" Ari exclama riendo. "Los negocios," dice, y le hace una seña a la moza por los menúes.
La moza se acerca a contarnos cuáles son los especiales del día, y Ari la mira con la mirada desinteresada de quien está enamorado de otra chica. "Y para el plato principal," dice ella, con una sonrisa natural e irresistible, "tenemos rebanadas de atún rojo en manteca y pimienta, mero en una cama de tofu con salsa teriyaki, y pez parlante con limón y sal." "Yo te pido el mero," dice Ari rápidamente. "¿Qué es pez parlante?" pregunto. "Es pez parlante servido crudo. Está ligeramente salteado, pero no condimentado..." "¿Y habla?" la interrumpo. "Yo recomiendo ampliamente el mero," la moza continúa luego de inclinar la cabeza. "Nunca probé el parlante".
Tan pronto como empezamos a comer, Ari me dijo lo de casarse con Nessia, o NASDAQ, como le gusta llamarla. Inventó el nombre cuando el NASDAQ todavía estaba subiendo y nunca se molestó en actualizarlo. "Felicitaciones," dije. "Me alegro mucho." "Yo también," dijo Ari, despatarrándose un poco en su asiento. "Yo también. Tenemos una vida bastante buena, ¿no? Yo y NASDAQ, vos... solo, temporareamente. Una botella de vino blanco, aire acondicionado, el mar."
El pescado llegó quince minutos después. El mero, según Ari, estaba increible. El pez parlante... se mantuvo callado. "Así que no habla," Ari hablaba irritado, "¿y qué? Mierda, no hagas una escena. Lo digo en serio, no tengo paciencia." Y cuando vio que todavía estaba haciéndole señas a la moza, sugirió, "Probalo; si no está bueno, lo devolvés. Pero al menos probalo primero." La moza se acercó con la misma irresistible sonrisa de antes. "El pescado..." le dije. "¿Sí?" preguntó ella, estirando su ya de por sí largo cuello. "No habla." La moza soltó una pequeña y graciosa risa y rápidamente explicó: "El plato se llama pez parlante como una indicación del tipo de pez que es, que en este caso, es del tipo que puede hablar, pero el hecho de que pueda hablar no significa que vaya a hacerlo en un momento dado." "No entiendo..." empecé. "Qué hay que entender," dijo la moza en un tono de voz condescendiente. "Esto es un restaurante, no un karaoke. Pero si no te gusta, estaré encantada de traerte alguna otra cosa. ¿Sabés qué? Estaré encantada de traerte otra cosa de todas formas." "No quiero otra cosa," insistí inútilmente. "Quiero que hable." "Está bien" cortó Ari. "No hace falta que traigas nada más. Todo está perfecto." La moza disparó una tercera sonrisa idéntica y se alejó. Y Ari dijo, "Chabón, me voy a casar. ¿Entendés? Me voy a casar con el amor de mi vida. Y esta vez..." dejó caer una pausa de dos segundos, "esta vez es en serio. Este almuerzo es para festejar, así que dejate de joder y comé conmigo. Sin hacer tanto problema por el pescado y sin estar quejándote del país. Simplemente sé feliz conmigo, sé feliz con tu amigo, ¿OK?" "Yo soy feliz," dije, "de verdad." "Entonces comete ese pescado feo de una vez," me rogó. "No," dije, y rápidamente me corregí. "Todavía no." "Ahora, ahora" Arí me apuró, "ahora, antes de que se enfríe, o devolvelo. Pero no puedo quedarme acá sentado y mirar. El pescado en la mesa y vos sin hablar...""No se está enfriando," lo corregí. "Está crudo. Y no tengo que quedarme callado, podemos hablar..." "Ok," dijo Ari, "ya fue," y se paró enojado, "Perdí el apetito de todos modos." Sacó su billetera, pero lo detuve. "Dejame invitar a mí," dije sin levantarme, "en honor de tu boda." "Andate a la mierda," Ari espetó, pero guardó la billetera. "¿Por qué trato siquiera de explicarte a vos el amor? Puto. ¿Dije puto? Ni siquiera sos puto, sos asexual..." "Ari..." traté de interrumpirlo. "Incluso ahora" dijo Ari sacudiendo un dedo en el aire, "inlusive ahora sé que más tarde voy a lamentar haber dicho eso. Pero lamentarlo no va a hacer que sea menos cierto." "Mazel tov," dije, tratando de darle una de las sonrisas naturales de la moza, y a cambio recibí un medio a-quién-le-importa, medio adiós con la mano, y se fue.
"¿Todo está bien?" me preguntó la moza de lejos con una pantomima. Asentí con la cabeza. "¿Tu cuenta?" continuó con su pantomima. Sacudí la cabeza. Miré el mar por la ventana; se veía un poco lóbrego pero muy poderoso. Bajé la mirada al pescado, yaciendo sobre su estómago con los ojos cerrados, el cuerpo ascendiendo y descendiendo como si estuviera respirando. Yo no sabía si este era el sector fumadores, pero encendí de todos modos uno de esos satisfactorios cigarrillos "post-algo". No estaba enojado realmente. Era agradable estar acá, mirar por la ventana - aunque lamentable que hubiera vidrio y aire acondicionado en lugar de una brisa. Podría quedarme así sentado mirando el mar durante horas. "Largate," me susurró el pescado sin abrir los ojos. "Tomate un taxi al aeropuerto y subite al primer avión que salga, no importa a dónde." "Pero no puedo irme así como así," expliqué en una voz lenta y clara. "Tengo compromisos acá, negocios." El pescado se volvió a callar y yo también. Casi un minuto después, agregó, "No importa, olvidalo. Estoy deprimido."
No pusieron el pescado en la cuenta. En vez, me ofrecieron postre, y cuando dije no, simplemente sustrajeron vienticinco shekels. "Lo lamento..." dijo la moza, y rápidamente explicó. "Lamento que no lo haya disfrutado." Y un segundo más tarde, especificó, "El pescado." "No, no," protesté, marcando en el celular el número de un taxi. "El pescado estaba bueno. En serio, tienen un muy lindo lugar acá."
y traducido por otra persona (Sebastián Kleiman para bamah.org)
La chomba decente
Tengo una chomba de manga corta en el ropero, y un nuevo cumpleaños el próximo 20 de agosto, cinco días después de la desconexión israelí de Gaza. Para serles sinceros, tengo más de una chomba de manga corta, pero la naranja es la única que no tiene manchas y está en condiciones de ser usada en eventos tales como la firma de ejemplares en una librería, la asistencia a un magazín televisivo o, incluso, en el bar-mitzvá de algún primo.
“La chomba decente”. Así la llama mi mamá para distinguirla del resto de mis chombas –en mal estado, raídas, impresentables- parapetadas en el armario. Pero en tiempos como los que corren, tiempos de amargos conflictos y confusiones aquí, en Israel, cuando los colonos y sus seguidores se han apropiado ya del color naranja y lo han tomado para sí como símbolo de la férrea resistencia contra la retirada –blandiendo cintas y calcomanías naranjas frente a automovilistas y transeúntes-, hasta una simple chomba, común y corriente, implica, al parecer, una toma de posición.
El miércoles último, de regreso de una lectura en una librería de Tel-Aviv, me vi abordado por un muchacho gordo, barbudo, que llevaba puesta una kipá color naranja. Me estrechó en un dulce, efusivo abrazo, y me dijo: “Hacé una mitzvá, hermano, ayudanos a repartir las calcomanías.” Entre sus manos regordetas aferraba un puñado de calcomanías con la frase: “Un judío no desaloja a otro judío”.
Porque soy poco afecto a las efusiones de desconocidos, y porque además creo que, de vez en cuando, cuando se pasan de la raya, los judíos de veras necesitan ser desalojados por otros judíos –al menos ser encaminados, a los codazos, en la dirección correcta-, la propuesta me pareció algo desconcertante.
“Disculpe, no puedo ayudarlo”, le confesé a mi sonriente rival político. Como muestra de coraje cívico, agregué: “mi mujer me espera en casa”. “Hermano”, siguió hablando el gordito, empapado de sudor, “querido hermano naranja, dale una mano a este judío. Después de todo, es un deber sagrado.” “Es que ella no se siente bien”, insistí con tono gallardo. “Además, está embarazada. El doctor me ordenó que no la dejara sola mucho tiempo.” “Ella no está sola”, dijo el gordito guiñándome un ojo, “el Todopoderoso está con ella y te envió hacía mí, directo desde el Cielo. Tomá, agarrá unos stickers”.
Antes de que pudiera aclarar mis concepciones agnósticas y sus implicancias ontológicas respecto al supuesto grado de soledad de mi esposa, en compañía del Creador, un grueso manojo de calcomanías aterrizó en el bolsillo de mi chomba naranja. “Vos repartí en la calle Arlózorov”, me ordenó el barbudo, “yo me encargo de Ibn Gavirol. Que Dios nos ayude”. Sonreí de manera forzada, asentí y salí volando de aquel lugar. Una vez en casa, mi inquisitiva mujer mostró un particular interés por aquellas calcomanías que asomaban desde el bolsillo de mi chomba. Cuando intenté explicarle, me conminó a desprenderme cuanto antes de aquella remera.
“Pero no puedo hacerlo”, me defendí. “No puedo tirar esta chomba, es la única buena que tengo”. “Tenés otras remeras”, insistió, “podés usar la negra que tenés”. “Me queda mucho mejor la naranja”, argüí. “Además, la negra tiene una mancha de tjina. “Entonces vas a usar una remera manchada, gruñó mi mujer, “estamos ante una situación de vida o muerte”.
El verdulero árabe estaba de mi lado. “¿Para qué tirarla?”, preguntó. “¿Cuál es el problema que sea naranja? ¿Acaso, debido a este plan de desconexión, se supone que yo debo dejar de vender zanahorias? ¡No es más que un color estúpido! Un color que estaba aquí antes que nosotros y que seguirá existiendo cuando ya no estemos. A mí nadie me va indicar qué color simboliza qué cosa.”
Envalentonado por las palabras del verdulero, y por la media sandía que acababa de comprar, enfilé para casa con la frente bien alta. Pero poco antes de llegar a la senda peatonal, un joven, de rostro pálido, con un cigarrillo entre los labios y una taza de café, de plástico, entre las mano, me reconoció y me espetó. “¿Y vos te considerás un intelectual? ¿Un escritor?” Señalaba el bolsillo de mi chomba, detrás del cual, se suponía, debía de latir mi corazoncito naranja. “Sos un colono ocupante, eso es lo que sos”. “No, no lo soy”, repliqué. “La compré de oferta, a 64 shekels, el verano pasado, mucho antes de que se empezara a hablarse de desconexión. Entonces la gente aún veía el naranja como un color sensual y juvenil, sin ninguna implicancia política.” “Andá a contarle ese cuento a otro, vos sos uno de esos pelotudos fascistas de derecha”, dijo el cara pálida, derramando sobre mí toda clase de insultos y media taza de café. “Ayer te vi en la calle Arlózorov con esas calcomanías en el bolsillo.”
Mi esposa asegura que no hay lavado capaz de borrar las manchas de café. Aunque no le creo del todo, decidí no consultar una segunda opinión y tirar la chomba a la basura. Estamos atravesando tiempos difíciles e imagino que no es el momento indicado para usar chombas decentes. De esta manera, sin haber recibido cobertura de los medios ni llamados de condolencia, me convertí en la primera víctima del plan de desconexión. Apenas una víctima de la moda, es verdad, pero una víctima al fin. Cuando lleguen el tiempo de las próximas ofertas de liquidaciones, ya me juré ir por el amarillo patito, el verde esperanza, el marrón caca, o cualquier otro color lo suficientemente repulsivo como para que a ningún movimiento político se le ocurra ocuparlo y reclamarlo para sí. Ni ahora ni nunca.

FIN DEL POST.
2. Etgar Keret nació en Israel en el '67 y sacó su primer libro en el '92. Escribe cuentos cortos o microcuentos, aunque también guiones de cómics, de televisión y de cine y sacó una novela. La edición de su obra es un quilombo, porque en cada idioma hicieron compilaciones diferentes de los cuentos que están en sus libros originales en hebreo. Este que leí yo ahora por ejemplo es una compilación y no la traducción de uno tal cual. El otro que leí, La chica sobre la nevera y otros relatos (en castellano, de Ed. Siruela), lo mismo.
3. Soy fan de Etgar Keret, me parece realmente muy bueno. Carver meets los cuentos más extraños de Bukowski (como el del hermano que se materializa mientras se coge a la mina, o el del hijo de satanás, todos los fantásticos, bah) y todo bien israelí post sionista y post judío. Es, por otra parte, el único escritor israelí que leí, así que les debo la comparación.

4. Traduje, de aburrido y gracias a la beca ORT, tres de los cuentos de The Nimrod flipout del inglés al castellano, o sea que no sé qué tan lejos quedaron de los originales en hibrit, pero me parece que quedaron bien. Agrego además uno que no está en este libro, traducido por alguien más y que me encontré en Internet. Este libro, The Nimrod flipout, se puede conseguir prestado en la flamante biblioteca Agustín Jais del Club Cultural Matienzo (Matienzo 2424, esq. Cabildo) (http://clubculturalmatienzo.blogspot.com/)
Traducidos del inglés por Alejandro Schonfeld:
Disfuncción
Ccreo que mi ccomputadora se ccagó. En realidad, no ccreo que sea la ccomputadora en sí: el tecclado nomás. La ccompré no hacce muccho, usada, de los cclasificcados. El tipo que me la vendió era raro. Abrió la puerta vestido con un vestido de seda y un sombrero de fieltro, ccomo una puta con cclase de una pelíccula de ccine-arte en blancco y negro. Me preparó un té, con menta que ccultivaba en el alfeizer de la ventana. "La ccomputadora es una ganga," dijo. "No te vas a arrepentir". Así que le di ccinco mil, y ahora me arrepiento. El aviso deccía que estaban vendiendo todo porque se iban a haccer un viaje largo, pero el tipo del sombrero me ccontó la verdadera razón: se estaba por morir de un momento a otro, y eso no es algo que uno esccribe en un aviso, y menos si pretende que alguien venga. "La verdad es" dijo, "que la muerte es ccomo un viaje, así que el aviso no era falso". Mientras lo deccía, tenía una voz vibrante, optimista, como si por un segundo hubiera visto la muerte ccomo un viaje divertido a un lugar nuevo, y no simplemente una osccuridad buena para nada que te respira en la nucca. "¿Viene con garantía?" pregunté, y él se río. Yo lo deccía en serio, pero ccuando se río, me sentí un pocco raro así que hicce de ccuenta que estaba hacciendo un cchiste.
Mugre
Digamos que yo estoy muerto, o que abrí un laverrap de autoservicio, el primero de Israel. Alquilé un local chico, un poco ruinoso, del lado sur, y pinté todo de azul. Al principio, hay solamente cuatro máquinas y un dispenser especial que vende muestras de jabón. Después pongo una tele y hasta un pinball. O sino estoy en el piso del baño con un tiro en la cabeza. Mi padre me encuentra. Al principio, no se da cuenta de la sangre. Piensa que estoy medio dormido o que estoy haciéndole una joda. Sólo cuando me toca la nuca y siente algo caliente y pegajoso chorreándole por el dedo hasta el brazo descubre que algo está mal. La gente que viene a hacer sus lavados en un laverrap de autoservicio es gente solitaria. No hace falta ser un genio para darse cuenta de eso. Por eso es que siempre trato de crear una atmósfera en el laverrap que haga que la gente se sienta menos sola. Muchas teles. Dispensers que digan gracias con voz humana por comprarle las muestras, fotos de marchas multitudinarias en las paredes. Las mesas para doblar la ropa limpia están puestas como para que mucha gente tenga que usarlas al mismo tiempo. No porque sea amarrete, es a propósito. Muchas parejas se conocen en mi local gracias a esas mesas. Gentes que solían estar solas y ahora tienen a alguien, tal vez más de uno, que yace junto a ellos de noche, los empuja mientras duermen. Lo primero que hace mi padre es lavarse las manos. Sólo después llama a una ambulancia. Ese lavado de manos le va a costar caro. No se lo va a perdonar hasta el día de su muerte. Incluso le va a dar vergüenza decírselo a alguien. Cómo su hijo yace ahí al lado suyo, muriéndose, y él, en lugar de sentir aflicción o compasión o miedo, o algo, todo lo que logra sentir es repulsión. Ese laverrap se va a convertir en una cadena. Un cadena que va a ser grande, especialmente en Tel Aviv, pero también le va a ir bien en los suburbios. La lógica detrás de su éxito va a ser simple: donde sea que haya gente solitaria y ropa sucia, siempre van a venir a mí. Después de la muerte de mi madre, hasta mi papá va a venir a una de las sucursales a lavar su ropa. Nunca va a conocer una mujer o hacer un amigo ahí, pero la posibilidad de que suceda lo va a conducir hasta ahí cada vez, le va a dar una pequeña tajada de esperanza.
Mero
Desde que volví a Israel, todo se ve diferente. Hediondo, triste, tonto. Ahora hasta esos almuerzos con Ari que solían iluminarme el día son un bajón. Él se va a casar con esa Nessia suya; hoy me va a sorprender con la noticia. Y yo, por supuesto, me voy a sorprender, como si Ofer el buchón no me hubiera dicho el secreto hace cuatro días. Él ama a Nessia, dirá, y me mirará a los ojos. "Esta vez," dirá con su profunda y convincente voz, "esta vez es en serio."
Arreglamos para encontrarnos en un restorán de pescado en la playa. La economía está en recesión ahora, y el precio de los platos del día es un chiste, cualquier cosa por atraer gente hasta la puerta del local. Ari dice que la recesión es buena para nosotros, porque nosotros -aunque todavía no nos hayamos dado cuenta- somos ricos. La recesión, explica Ari, es dura con los pobres. Dura no es la palabra -es asesina. Pero, ¿con los ricos? Es como tener puntos de viajero frencuente extras. Podés mejorar todas las cosas que solías hacer, y gratis. Y así nomás, el Johnnie Walker pasa de Etiqueta Roja a Etiqueta Negra, y las promociones por viajes de cuatro días pasan a ser de una semana, lo que sea por atraer gente hasta la puerta del local. Para lograr que traigan sus culos hasta la puta puerta del local. "Odio este país," le digo mientras esperamos nuestros menúes. "Me iría para siempre sino fuera por los negocios." "No jodas" dice Ari, poniendo sus pies con sandalias en la silla de al lado. "¿Dónde más en el mundo podés encontrar playas como esta?"
"En Francia," le digo, "en Tailandia, en Brasil, en Australia, en el Caribe..."
"OK, OK, entonces andate," me interrumpe con orgullo. "¡Terminá tu comida, tomate tu café y andate!"
"Dije" me tenso, "que me iría sino fuera por los negocios..."
"¡Los negocios!" Ari exclama riendo. "Los negocios," dice, y le hace una seña a la moza por los menúes.
La moza se acerca a contarnos cuáles son los especiales del día, y Ari la mira con la mirada desinteresada de quien está enamorado de otra chica. "Y para el plato principal," dice ella, con una sonrisa natural e irresistible, "tenemos rebanadas de atún rojo en manteca y pimienta, mero en una cama de tofu con salsa teriyaki, y pez parlante con limón y sal." "Yo te pido el mero," dice Ari rápidamente. "¿Qué es pez parlante?" pregunto. "Es pez parlante servido crudo. Está ligeramente salteado, pero no condimentado..." "¿Y habla?" la interrumpo. "Yo recomiendo ampliamente el mero," la moza continúa luego de inclinar la cabeza. "Nunca probé el parlante".
Tan pronto como empezamos a comer, Ari me dijo lo de casarse con Nessia, o NASDAQ, como le gusta llamarla. Inventó el nombre cuando el NASDAQ todavía estaba subiendo y nunca se molestó en actualizarlo. "Felicitaciones," dije. "Me alegro mucho." "Yo también," dijo Ari, despatarrándose un poco en su asiento. "Yo también. Tenemos una vida bastante buena, ¿no? Yo y NASDAQ, vos... solo, temporareamente. Una botella de vino blanco, aire acondicionado, el mar."
El pescado llegó quince minutos después. El mero, según Ari, estaba increible. El pez parlante... se mantuvo callado. "Así que no habla," Ari hablaba irritado, "¿y qué? Mierda, no hagas una escena. Lo digo en serio, no tengo paciencia." Y cuando vio que todavía estaba haciéndole señas a la moza, sugirió, "Probalo; si no está bueno, lo devolvés. Pero al menos probalo primero." La moza se acercó con la misma irresistible sonrisa de antes. "El pescado..." le dije. "¿Sí?" preguntó ella, estirando su ya de por sí largo cuello. "No habla." La moza soltó una pequeña y graciosa risa y rápidamente explicó: "El plato se llama pez parlante como una indicación del tipo de pez que es, que en este caso, es del tipo que puede hablar, pero el hecho de que pueda hablar no significa que vaya a hacerlo en un momento dado." "No entiendo..." empecé. "Qué hay que entender," dijo la moza en un tono de voz condescendiente. "Esto es un restaurante, no un karaoke. Pero si no te gusta, estaré encantada de traerte alguna otra cosa. ¿Sabés qué? Estaré encantada de traerte otra cosa de todas formas." "No quiero otra cosa," insistí inútilmente. "Quiero que hable." "Está bien" cortó Ari. "No hace falta que traigas nada más. Todo está perfecto." La moza disparó una tercera sonrisa idéntica y se alejó. Y Ari dijo, "Chabón, me voy a casar. ¿Entendés? Me voy a casar con el amor de mi vida. Y esta vez..." dejó caer una pausa de dos segundos, "esta vez es en serio. Este almuerzo es para festejar, así que dejate de joder y comé conmigo. Sin hacer tanto problema por el pescado y sin estar quejándote del país. Simplemente sé feliz conmigo, sé feliz con tu amigo, ¿OK?" "Yo soy feliz," dije, "de verdad." "Entonces comete ese pescado feo de una vez," me rogó. "No," dije, y rápidamente me corregí. "Todavía no." "Ahora, ahora" Arí me apuró, "ahora, antes de que se enfríe, o devolvelo. Pero no puedo quedarme acá sentado y mirar. El pescado en la mesa y vos sin hablar...""No se está enfriando," lo corregí. "Está crudo. Y no tengo que quedarme callado, podemos hablar..." "Ok," dijo Ari, "ya fue," y se paró enojado, "Perdí el apetito de todos modos." Sacó su billetera, pero lo detuve. "Dejame invitar a mí," dije sin levantarme, "en honor de tu boda." "Andate a la mierda," Ari espetó, pero guardó la billetera. "¿Por qué trato siquiera de explicarte a vos el amor? Puto. ¿Dije puto? Ni siquiera sos puto, sos asexual..." "Ari..." traté de interrumpirlo. "Incluso ahora" dijo Ari sacudiendo un dedo en el aire, "inlusive ahora sé que más tarde voy a lamentar haber dicho eso. Pero lamentarlo no va a hacer que sea menos cierto." "Mazel tov," dije, tratando de darle una de las sonrisas naturales de la moza, y a cambio recibí un medio a-quién-le-importa, medio adiós con la mano, y se fue.
"¿Todo está bien?" me preguntó la moza de lejos con una pantomima. Asentí con la cabeza. "¿Tu cuenta?" continuó con su pantomima. Sacudí la cabeza. Miré el mar por la ventana; se veía un poco lóbrego pero muy poderoso. Bajé la mirada al pescado, yaciendo sobre su estómago con los ojos cerrados, el cuerpo ascendiendo y descendiendo como si estuviera respirando. Yo no sabía si este era el sector fumadores, pero encendí de todos modos uno de esos satisfactorios cigarrillos "post-algo". No estaba enojado realmente. Era agradable estar acá, mirar por la ventana - aunque lamentable que hubiera vidrio y aire acondicionado en lugar de una brisa. Podría quedarme así sentado mirando el mar durante horas. "Largate," me susurró el pescado sin abrir los ojos. "Tomate un taxi al aeropuerto y subite al primer avión que salga, no importa a dónde." "Pero no puedo irme así como así," expliqué en una voz lenta y clara. "Tengo compromisos acá, negocios." El pescado se volvió a callar y yo también. Casi un minuto después, agregó, "No importa, olvidalo. Estoy deprimido."
No pusieron el pescado en la cuenta. En vez, me ofrecieron postre, y cuando dije no, simplemente sustrajeron vienticinco shekels. "Lo lamento..." dijo la moza, y rápidamente explicó. "Lamento que no lo haya disfrutado." Y un segundo más tarde, especificó, "El pescado." "No, no," protesté, marcando en el celular el número de un taxi. "El pescado estaba bueno. En serio, tienen un muy lindo lugar acá."
y traducido por otra persona (Sebastián Kleiman para bamah.org)
La chomba decente
Tengo una chomba de manga corta en el ropero, y un nuevo cumpleaños el próximo 20 de agosto, cinco días después de la desconexión israelí de Gaza. Para serles sinceros, tengo más de una chomba de manga corta, pero la naranja es la única que no tiene manchas y está en condiciones de ser usada en eventos tales como la firma de ejemplares en una librería, la asistencia a un magazín televisivo o, incluso, en el bar-mitzvá de algún primo.
“La chomba decente”. Así la llama mi mamá para distinguirla del resto de mis chombas –en mal estado, raídas, impresentables- parapetadas en el armario. Pero en tiempos como los que corren, tiempos de amargos conflictos y confusiones aquí, en Israel, cuando los colonos y sus seguidores se han apropiado ya del color naranja y lo han tomado para sí como símbolo de la férrea resistencia contra la retirada –blandiendo cintas y calcomanías naranjas frente a automovilistas y transeúntes-, hasta una simple chomba, común y corriente, implica, al parecer, una toma de posición.
El miércoles último, de regreso de una lectura en una librería de Tel-Aviv, me vi abordado por un muchacho gordo, barbudo, que llevaba puesta una kipá color naranja. Me estrechó en un dulce, efusivo abrazo, y me dijo: “Hacé una mitzvá, hermano, ayudanos a repartir las calcomanías.” Entre sus manos regordetas aferraba un puñado de calcomanías con la frase: “Un judío no desaloja a otro judío”.
Porque soy poco afecto a las efusiones de desconocidos, y porque además creo que, de vez en cuando, cuando se pasan de la raya, los judíos de veras necesitan ser desalojados por otros judíos –al menos ser encaminados, a los codazos, en la dirección correcta-, la propuesta me pareció algo desconcertante.
“Disculpe, no puedo ayudarlo”, le confesé a mi sonriente rival político. Como muestra de coraje cívico, agregué: “mi mujer me espera en casa”. “Hermano”, siguió hablando el gordito, empapado de sudor, “querido hermano naranja, dale una mano a este judío. Después de todo, es un deber sagrado.” “Es que ella no se siente bien”, insistí con tono gallardo. “Además, está embarazada. El doctor me ordenó que no la dejara sola mucho tiempo.” “Ella no está sola”, dijo el gordito guiñándome un ojo, “el Todopoderoso está con ella y te envió hacía mí, directo desde el Cielo. Tomá, agarrá unos stickers”.
Antes de que pudiera aclarar mis concepciones agnósticas y sus implicancias ontológicas respecto al supuesto grado de soledad de mi esposa, en compañía del Creador, un grueso manojo de calcomanías aterrizó en el bolsillo de mi chomba naranja. “Vos repartí en la calle Arlózorov”, me ordenó el barbudo, “yo me encargo de Ibn Gavirol. Que Dios nos ayude”. Sonreí de manera forzada, asentí y salí volando de aquel lugar. Una vez en casa, mi inquisitiva mujer mostró un particular interés por aquellas calcomanías que asomaban desde el bolsillo de mi chomba. Cuando intenté explicarle, me conminó a desprenderme cuanto antes de aquella remera.
“Pero no puedo hacerlo”, me defendí. “No puedo tirar esta chomba, es la única buena que tengo”. “Tenés otras remeras”, insistió, “podés usar la negra que tenés”. “Me queda mucho mejor la naranja”, argüí. “Además, la negra tiene una mancha de tjina. “Entonces vas a usar una remera manchada, gruñó mi mujer, “estamos ante una situación de vida o muerte”.
El verdulero árabe estaba de mi lado. “¿Para qué tirarla?”, preguntó. “¿Cuál es el problema que sea naranja? ¿Acaso, debido a este plan de desconexión, se supone que yo debo dejar de vender zanahorias? ¡No es más que un color estúpido! Un color que estaba aquí antes que nosotros y que seguirá existiendo cuando ya no estemos. A mí nadie me va indicar qué color simboliza qué cosa.”
Envalentonado por las palabras del verdulero, y por la media sandía que acababa de comprar, enfilé para casa con la frente bien alta. Pero poco antes de llegar a la senda peatonal, un joven, de rostro pálido, con un cigarrillo entre los labios y una taza de café, de plástico, entre las mano, me reconoció y me espetó. “¿Y vos te considerás un intelectual? ¿Un escritor?” Señalaba el bolsillo de mi chomba, detrás del cual, se suponía, debía de latir mi corazoncito naranja. “Sos un colono ocupante, eso es lo que sos”. “No, no lo soy”, repliqué. “La compré de oferta, a 64 shekels, el verano pasado, mucho antes de que se empezara a hablarse de desconexión. Entonces la gente aún veía el naranja como un color sensual y juvenil, sin ninguna implicancia política.” “Andá a contarle ese cuento a otro, vos sos uno de esos pelotudos fascistas de derecha”, dijo el cara pálida, derramando sobre mí toda clase de insultos y media taza de café. “Ayer te vi en la calle Arlózorov con esas calcomanías en el bolsillo.”
Mi esposa asegura que no hay lavado capaz de borrar las manchas de café. Aunque no le creo del todo, decidí no consultar una segunda opinión y tirar la chomba a la basura. Estamos atravesando tiempos difíciles e imagino que no es el momento indicado para usar chombas decentes. De esta manera, sin haber recibido cobertura de los medios ni llamados de condolencia, me convertí en la primera víctima del plan de desconexión. Apenas una víctima de la moda, es verdad, pero una víctima al fin. Cuando lleguen el tiempo de las próximas ofertas de liquidaciones, ya me juré ir por el amarillo patito, el verde esperanza, el marrón caca, o cualquier otro color lo suficientemente repulsivo como para que a ningún movimiento político se le ocurra ocuparlo y reclamarlo para sí. Ni ahora ni nunca.

FIN DEL POST.
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Etgar Keret
viernes, 5 de junio de 2009
Angelitos empantanados (o historias para jovencitos), de Andrés Caicedo
1. Ni ganas de escribir este: sólo por mantener la cronología. La historia corta: Me subí a la ola Caicedo envalentonado por Casas y me compré El atravesado (ver post correspondiente). Como venía bien, me compré éste, que es de los más recomendados en Ensayos bonsai (otra vez, ver post correspondiente). Decepcionante. No es malo, pero tiene muchos problemas: Si Caicedo no se hubiera suicidado (ACHTUNG: historia contrafáctica), es evidente que hubiera llegado a ser un escritor genial, el mejor y más copado y el que todos hubieramos querido ser y tener como amigo y cogernos; y este libro probablemente no se hubiera editado. Vale decir que El atravesado no tiene estos problemas, es genial desde que empieza hasta que termina y nunca es denso y además es original todavía hoy, pero El atravesado no es de publicación póstuma.
2. En esta está fuerte: http://lh6.ggpht.com/_HXKUn4N3zAo/SUb9yN5byTI/AAAAAAAAAbA/bi22TJ6Y2P8/Andres%20Caicedo_thumb%5B3%5D.jpg
En esta se agarra el ganso: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjAglMbqLapznh7MpXBf7_oH1foCy-F1f0DwOeN5WOiQ9kDKSHnskM9Oj9gjYEMP29Ue9Dj2iZZnGeQOPA5z1T6FZCkGUK3u6-vp0DO6wJnrlNPSGblF6zvPKHLuZaUMtDcBVB4lZbnojX/s400/Andr%C3%A9s+1.JPG
En esta se para como Warhol en la película Basquiat: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLgbmA-X8Hh6Ca9xvzdPv3QnRk6p-_DQkAHo2W_5ISW9c26l5svl7CHO20UbEUrRylfyinY5c2SN7I2VztXY7c4kV4ha0ZIvZjKFOgU6s9BYyOZwDUxOu_nEB51cGt_4B_oZcQDUrrhjA/s320/caicedo.jpg
2. En esta está fuerte: http://lh6.ggpht.com/_HXKUn4N3zAo/SUb9yN5byTI/AAAAAAAAAbA/bi22TJ6Y2P8/Andres%20Caicedo_thumb%5B3%5D.jpg
En esta se agarra el ganso: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjAglMbqLapznh7MpXBf7_oH1foCy-F1f0DwOeN5WOiQ9kDKSHnskM9Oj9gjYEMP29Ue9Dj2iZZnGeQOPA5z1T6FZCkGUK3u6-vp0DO6wJnrlNPSGblF6zvPKHLuZaUMtDcBVB4lZbnojX/s400/Andr%C3%A9s+1.JPG
En esta se para como Warhol en la película Basquiat: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLgbmA-X8Hh6Ca9xvzdPv3QnRk6p-_DQkAHo2W_5ISW9c26l5svl7CHO20UbEUrRylfyinY5c2SN7I2VztXY7c4kV4ha0ZIvZjKFOgU6s9BYyOZwDUxOu_nEB51cGt_4B_oZcQDUrrhjA/s320/caicedo.jpg
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para leer esto mejor lean la Viva
jueves, 4 de junio de 2009
El paraíso de los ladrones, de Gilbert Keith Chesterton.
1. Lo leí porque lo agarré de la biblioteca mientras esperaba mi turno en la computadora un día. Es de los de Página 12, la colección esa que tienen propaganda de Aerolíneas Argentinas en la contratapa y a veces en la tapa, de pricipios de los noventa creo.
2. Tiene tres cuentos: "El paraíso de los ladrones", "La ausencia del señor Glass" y "El duelo del doctor Hirsch". El primero me gustó y me sorpendió: los otros dos ya me aburrieron porque me resultó obvio el mecanismo. No sé si todos los cuentos de Chesterton en los que aparece el padre Brown serán así.
3. Chesterton es además un excelente ejemplo de como un tipo bastante atractivo se puede convertir en un pez globo.
2. Tiene tres cuentos: "El paraíso de los ladrones", "La ausencia del señor Glass" y "El duelo del doctor Hirsch". El primero me gustó y me sorpendió: los otros dos ya me aburrieron porque me resultó obvio el mecanismo. No sé si todos los cuentos de Chesterton en los que aparece el padre Brown serán así.
3. Chesterton es además un excelente ejemplo de como un tipo bastante atractivo se puede convertir en un pez globo.
lunes, 25 de mayo de 2009
El cerebro musical, de César Aira
1. Es un cuentito publicado por Eloisa Cartonera. Como es tan corto, no da tiempo a que pase eso que pasa con César Aira que es que uno se pregunta "¿por qué mierda estoy leyendo esto?". Además, el final es bastante bueno, a pesar de ser uno más de los finales absurdos de César Aira: eso sí, es absurdo pero no inconexo, como sí lo es el de Como me hice monja, por ejemplo. Ahora voy a leer La guerra de los gimnasios y después les cuento, mis queridos seguidores inexistentes.
lunes, 18 de mayo de 2009
Los bárbaros, de Alessandro Baricco

1. "Históricamente nunca ha existido una fractura entre un producto de calidad, por un lado, y un producto comercial, por otro: todo lo que nosotros consideramos arte elevado, fuera del alcance de la corrupción mercantil, nació para satisfacer al conjunto de un público, siendo coherente con una lógica comercial que se vio escasamente refrenada por consideraciones artísticas. La ilusión óptica que genera en nosotros la sensación de un objeto sofisticado y elitista nace del hecho de que esos públicos han sido, por lo menos hasta mediados del siglo XX, muy restringidos, efectivamente elitistas: pero lo que los cerraba con respecto al resto del mundo no era tanto su propia elección selectiva de calidad como la realidad social que limitaba su radio de acción a las capas más fuertes de la población".
2. Este blog le va ganando al otro por varios posts. Es porque tiene una premisa y el otro no, obviamente. Y por mi ritmo de lectura. Pero: ¿es más canchero por tener una premisa, o es menos canchero? ¿es canchero decir canchero? ¿es que la premisa lo podría hacer más canchero, pero si fuera otra premisa, no esta premisa nerd?
3. "El aburrimiento era un componente natural del tiempo que pasaba. Era un hábitat, previsto y valorado. [Walter] Benjamin, de nuevo él: 'el aburrimiento es el pájaro encantado que incuba el huevo de la experiencia'. Hermoso. Y el mundo en que crecimos pensaba exactamente así. Ahora coged a un niño de hoy y buscad, en su vida, el aburrimiento. Medid la velocidad con la que la sensación de aburrimiento se dispara en él en cuanto le relentizáis el mundo que lo rodea. Y sobre todo: daos cuenta de lo ajena que le es la hipótesis de que el aburrimiento incube algo distinto a una pérdida de sentido, de intensidad. Una renuncia a la experiencia. ¿No veis al mutante en la hierba?"
4. El libro se llama Los bárbaros y lleva como subtítulo Ensayo sobre la mutación. Lo escribió Alessandro Baricco, que es un muy importante escritor, principalmente de novelas. Este libro se publico originalmente por entregas en el diario la Repubblica, no sé si pensado desde el vamos para luego publicarse como libro o no. Por lo antedicho, (el ser un escritor de literatura + el salir en el diario por entregas) el ritmo de lectura es muy rápido, aunque el nivel del lenguaje y de los planteos no por eso es bajo. Digo, no es bajo, como pueden ver en las citas.
El libro es ágil (tengo un tema con calificar a los libros de ágiles) porque el tema que trata (los bárbaros contemporáneos de la cultura, y eso no significa lo que parece) es muy interesante, y el tipo tiene un excelente manejo de los ejemplos. Los capítulos sobre Google están re buenos.
5. Un párrafo del epílogo: "Quiero decirlo de la forma más sencilla. Sea lo que sea lo que ocurra, cuando empezamos a notar la china en el zapato de alguna rapiña, el movimiento que elegimos realizar es erigir una Gran Muralla. En apariencia, la erigimos para defendernos. Y de buena fe aún estamos convencidos de que es para eso. Y celebramos el doméstico heroísmo de quien la defiende cada día, y de quien la construye, toscamente, durante miles de kilómetros. Ni siquiera la fácil constatación de que esa muralla no ha disminuido lo más mínimo los saqueos nos hace cambiar de idea. Seguimos perdiendo tramos y, a pesar de todo, ese grotesco espectáculo de elegantes ingenieros esforzándose en la construcción de la muralla sigue pareciéndonos loable. Pero la verdad es que no estamos defendiendo una frontera: la estamos inventando. Necesitamos esa muralla, pero no para mantener alejado lo que nos da miedo: es para darle un nombre. Ahí donde se encuentra esa muralla, tenemos nosotros una geografía que conocemos, la única: nosotros de este lado, y del otro, los bárbaros."
6. http://www.youtube.com/watch?v=emy4p2iW7b8
7. http://www.youtube.com/watch?v=PkbB-X9654s
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miércoles, 13 de mayo de 2009
Miss Tacuarembó, de Dani Umpi

1. Lo que Dani Umpi hace como escritor y lo que hace como músico, salvo algunas temáticas, no es parecido. Lo primero que sorprende es que, siendo Dani Umpi el escritor, Dani Umpi no sea el protagonista. Tanto en Miss Tacuarembó como en Aún soltera, los personajes protagónicos son femeninos y los Dani Umpis están en otros personajes, en los secundarios diríamos. Por ejemplo en Miss Tacuarembó se puede interpretar fácilmente que Carlos tiene muchos rasgos de Dani Umpi, pero por ejemplo también en el capítulo de la rave el que les corta las entradas es "muy moderno" y tiene un peinado inclasificable de rastas cibernéticas: por cómo está escrito, hace pensar en Dani Umpi inmediatamente, aunque sólo sea al paso. La protagonista, Natalia, así como la señora de Aún soltera, no son Dani Umpi (aunque la concepción empática sea clara). Este solo detalle ya eleva a Dani Umpi a otro nivel, lo saca del lugar flogger que a veces le pertenece.
2. Dani Umpi tiene varias virtudes como escritor: es (muy) ágil (lo leí en día y medio). Es gracioso. Les pone banda sonora a sus libros (esto en particular está muy bien logrado). Se ve que los piensa y no los vomita (en el tipo de historias que él cuenta, eso es una virtud: no es que necesariamente lo sea siempre). Se ve que hizo como un toque de investigación. El libro es muy legible y muy disfrutable y lo recomiendo. La única contra que tiene (más allá de cierta liviandad, pero eso no es una contra) es que no sabe llevar muy bien las incógnitas, aunque pretende hacerlo. Pero no tiene mucha importancia a los efectos del libro. Además es en Miss Tacuarembó eso que digo: en Aún soltera sí lo hace mucho mejor.
3. No lo leí por esto, sino que ya lo iba a leer de antes (les juro), pero resulta que van a filmar la película y la protagonista va a ser Natalia Oreiro. Puede ser una garcha.
lunes, 4 de mayo de 2009
Eichmann en Jerusalén, de Hannah Arendt

Hannah rock and roll Arendt
1. Durante la presidencia de Arturo Frondizi, el Mosad raptó en el conurbano bonaerense a Adolf Eichmann, el encargado durante el nazismo y durante el Holocausto del traslado forzado de los judíos y otras minorías perseguidas, primero a los guetos y después a los campos de concentración y de exterminio. Su cargo era el de teniente coronel de la SS y era el "especialista en asuntos judíos" del régimen. A pesar de lo rimbombante que suena todo esto, su rango jerárquico no era muy alto, casi nunca tomó decisiones cruciales él solo y muy pocas veces se reunió con verdaderos jerarcas como Himmler, y nunca con Hitler. Cuando terminó la guerra Eichmann huyó a la Argentina bajo una identidad falsa y años después su familia lo siguió. La discreción de Eichmann fue deteriorándose, porque su figura fue agigantada durante los juicios de Nurenberg por otros nazis que lo usaron como chivo expiatorio y llegaron a decir que toda la llamada Solución Final era responsabilidad suya por sobre la de cualquier otro. La personalidad de Eichmann es algo muy raro. Bueno, cuestión que los israelíes lo encontraron, lo secuestraron (porque Argentina no hubiera permitido su captura de otra manera, con la historia de proteger nazis que tenía) y se lo llevaron a Israel; lo juzgaron, lo condenaron y lo ahorcaron. Hannah Arendt, la mejor y más capa, fue corresponsal de un diario yanqui en el juicio de Jerusalén (The New Yorker) y escribió la crónica del asunto, pero a la manera en que la más capa del mundo lo puede hacer, esto es analizando en detalle las actitudes, personalidades, y motivaciones personales y colectivas de los actores principales del juicio (el fiscal Hauser, el abogado defensor Sartorius, los jueces, el propio Eichmann), los argumentos esgrimidos por las partes y por los testigos, la historia del Holocausto, y un montón de cosas más.

2. El título completo del libro es "Eichmann en Jerusalén: Un estudio sobre la banalidad del mal", y al mismo tiempo en que funciona como crónica (una muy ágil), funciona también como un estudio filosófico y político. Cito.
El mal, en el Tercer Reich, había perdido aquella característica por la que generalmente se le distingue, es decir, la característica de constituir una tentación. Muchos alemanes y muchos nazis (...) tuvieron la tentación de no matar, de no robar, de no permitir que sus semejantes fueran enviados al exterminio (...), de no convertirse en cómplices de estos crímenes, al beneficiarse con ellos
Lo más grave, en el caso de Eichmann, era precisamente que hubo muchos hombres como él, y que estos hombres no fueron pervertidos ni sádicos, sino que fueron, y siguen siendo, terrible y terroríficamente normales. (...) esta normalidad resultaba mucho más terrorífica que todas las atrocidades juntas, por cuanto implicaba que este nuevo tipo de delincuente -tal como los acusados y sus defensores dijeron hasta la saciedad, en Nuremberg-, que en realidad merece la calificación de hostis generis humani, comete sus delitos en circunstancias que casi le impiden saber o intuir que realiza actos de maldad
...colapso moral que los nazis produjeron en la respetable sociedad europea, no sólo entre los victimarios, sino también entre las víctimas.
3. Hannah versión reportera es muy rápida de leerse. Lo recomiendo mucho para quien le interese el tema Holocausto.
Un beso.
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martes, 21 de abril de 2009
Momo de Michael Ende
1. Michael Ende es el autor de Die Unendliche Geschichte, novela en la que se basaron las películas La historia sin fin I y II. Cuando yo era chico, La historia sin fin era una de mis películas favoritas. (El perro volador gigante, el hombre también gigante que es de piedras y come piedras, la tortuga (también gigante) que dice "Atreeeeeyuuuuuuuuu"). Lo fascinante acerca de La historia sin fin era, además de los muñecotes, esa dimensión metafísica que tomaban los problemas de Bastian/Atreyu. En la uno, el tema de estar leyendo el libro y estar en el libro, como dos personas diferentes/iguales, el conocido asunto del doppelgänger, Traveler y Oliveira. En la dos, el enemigo a vencer es la nada. Uno veía (y en el libro está mejor) la nada ir comiéndose la materia (o por lo menos así lo recuerdo, no la veo hace mucho).

2. Momo es la historia de una nena, Momo, que tiene una cierra electrica que le sale de la espina dorsal y un rayo laser con el que puede seccionar un sequoya gigante. Sus amigos son tres monos-bomba que a lo largo del libro van explotando en atentados suicidas contra supermercados. Al final, Momo se casa con una cebra. ¡No, mentira! ¡Si todas las cebras son lesbianas! Jajajaja, qué chistoso.
No, en serio. Momo se trata de una nena que tiene que luchar ella sola contra los llamados hombres grises que le roban el tiempo a la gente convirtiéndola en esclavos de sus respectivas ocupaciones y sacándoles la alegría de vivir. No doy más datos porque son cosas que se van develando, pero los hombres grises están re bien construídos. Un capo Michael Ende, su papá era pintor surrealista en la Alemania nazi (y el régimen lo delcaró arte degenerado).
En fin, Momo constituye un libro genial para leer por capítulos a un sobrino, como mi tía que me leía Dailan Kifki. También es buenísima lectura para el baño (cuando cagás; cuando te duchás es más complicado salvo que seas uno de los detectives salvajes).

2. Momo es la historia de una nena, Momo, que tiene una cierra electrica que le sale de la espina dorsal y un rayo laser con el que puede seccionar un sequoya gigante. Sus amigos son tres monos-bomba que a lo largo del libro van explotando en atentados suicidas contra supermercados. Al final, Momo se casa con una cebra. ¡No, mentira! ¡Si todas las cebras son lesbianas! Jajajaja, qué chistoso.
No, en serio. Momo se trata de una nena que tiene que luchar ella sola contra los llamados hombres grises que le roban el tiempo a la gente convirtiéndola en esclavos de sus respectivas ocupaciones y sacándoles la alegría de vivir. No doy más datos porque son cosas que se van develando, pero los hombres grises están re bien construídos. Un capo Michael Ende, su papá era pintor surrealista en la Alemania nazi (y el régimen lo delcaró arte degenerado).
En fin, Momo constituye un libro genial para leer por capítulos a un sobrino, como mi tía que me leía Dailan Kifki. También es buenísima lectura para el baño (cuando cagás; cuando te duchás es más complicado salvo que seas uno de los detectives salvajes).
lunes, 13 de abril de 2009
A sangre fría de Truman Capote
1. Tardé muchísimo en leer este libro, desde que lo empecé hasta que lo terminé pasó como un año o más. Es que toda la primera parte, donde trata de que sientas empatía por la familia Clutter para que después su asesinato te haga llorar en el corazoncito, me aburrió soberanamente. La verdad es que sentí más empatía por Perry Smith.
2. Cuando salieron las dos películas sobre la investigación de Capote para este libro, las personas que escriben en diarios argentinos se apresuraron a comentar que a pesar de que se considere a esta novela como la primera del género de ficción periodísica o novela de no ficción o novela testimonio, en realidad ese puesto le corresponde a Operación Masacre de Rodolfo Walsh, que fue escrita nueve años antes. Algo dice en wikipedia sobre esto en las respectivas entradas.
Está bien, en cuanto al género, estoy de acuerdo.
Tuve presente esta comparación mientras leía A sangre fría, y algo me hacía mucho ruido. Hay algo injusto en la comparación entre los dos libros, pero no es lo estilístico, sino más bien lo ideológico. El hecho narrado. En ambos casos es un crimen, pero son crímenes sustancialmente diferentes. En Operación Masacre, el fusilamiento de civiles por parte de militares luego del levantamiento peronista del general Valle. En A sangre fría, el asesinato de los cuatro miembros de una familia por parte de dos tipos, Perry Smith y Dick Hickock, que buscaban una caja fuerte inexistente. (Adivinen cuál quedó impune y cuál no). La comparación los iguala, de alguna manera.
La intención de Walsh al investigar y escribir está más que clara; la de Capote no. A priori, me parece que la búsqueda de Capote tiene más que ver con la psicología y el morbo que con el esclarecimiento de la verdad o la dubitación moral. No digo que sea cuestionable (en el sentido de condenable) la motivación de Capote, pero ta: si hubiera que elegir uno de los dos libros por su importancia (y no hay que hacerlo, pero imaginense que sí), el de Walsh me parece imprescindible y el de Capote no.
P.D.: Sería muy interesante una película que se llamara Walsh, sobre su investigación para Operación Masacre (y después otra que se llamara Peronist, con actores menos conocidos).
2. Cuando salieron las dos películas sobre la investigación de Capote para este libro, las personas que escriben en diarios argentinos se apresuraron a comentar que a pesar de que se considere a esta novela como la primera del género de ficción periodísica o novela de no ficción o novela testimonio, en realidad ese puesto le corresponde a Operación Masacre de Rodolfo Walsh, que fue escrita nueve años antes. Algo dice en wikipedia sobre esto en las respectivas entradas.
Está bien, en cuanto al género, estoy de acuerdo.
Tuve presente esta comparación mientras leía A sangre fría, y algo me hacía mucho ruido. Hay algo injusto en la comparación entre los dos libros, pero no es lo estilístico, sino más bien lo ideológico. El hecho narrado. En ambos casos es un crimen, pero son crímenes sustancialmente diferentes. En Operación Masacre, el fusilamiento de civiles por parte de militares luego del levantamiento peronista del general Valle. En A sangre fría, el asesinato de los cuatro miembros de una familia por parte de dos tipos, Perry Smith y Dick Hickock, que buscaban una caja fuerte inexistente. (Adivinen cuál quedó impune y cuál no). La comparación los iguala, de alguna manera.
La intención de Walsh al investigar y escribir está más que clara; la de Capote no. A priori, me parece que la búsqueda de Capote tiene más que ver con la psicología y el morbo que con el esclarecimiento de la verdad o la dubitación moral. No digo que sea cuestionable (en el sentido de condenable) la motivación de Capote, pero ta: si hubiera que elegir uno de los dos libros por su importancia (y no hay que hacerlo, pero imaginense que sí), el de Walsh me parece imprescindible y el de Capote no.
P.D.: Sería muy interesante una película que se llamara Walsh, sobre su investigación para Operación Masacre (y después otra que se llamara Peronist, con actores menos conocidos).
jueves, 19 de marzo de 2009
Villa Celina de Juan Diego Incardona
1. Primero pensé que estaba leyendo a un Guillermo De Posfay que tenía un amigo editor, por todo lo de ser artesano y escribir como lo hace en el cuento "El tunel de los nazis". Después me di cuenta que no.
2. Villa Celina es un libro que primero conocí a través de una reseña del Rufián Melancólico (esta reseña). En la contratapa están Cucurto y Mairal diciendo lo bueno que está el libro. Primero me parecía que todos exageraban y que el libro estaba bueno hasta ahí, pero entonces llegué al cuento número 6 y me gustó un poco más, y finalmente llegó al 14 y ya me gustaba mucho, y cuando mencionó al Pity ya me había comprado.
No tengo mucho que agregar, la reseña ya hipervinculada está re buena así que lean esa.
2. Villa Celina es un libro que primero conocí a través de una reseña del Rufián Melancólico (esta reseña). En la contratapa están Cucurto y Mairal diciendo lo bueno que está el libro. Primero me parecía que todos exageraban y que el libro estaba bueno hasta ahí, pero entonces llegué al cuento número 6 y me gustó un poco más, y finalmente llegó al 14 y ya me gustaba mucho, y cuando mencionó al Pity ya me había comprado.
No tengo mucho que agregar, la reseña ya hipervinculada está re buena así que lean esa.
martes, 17 de marzo de 2009
Viaje por el Scriptorium de Paul Auster
1. Esta novelingui de 185 páginas con la letra MUY GRANDE y márgenes MUY AMPLIOS es eso, una novelingui. Vendría a ser una nueva clasificación: novela, novela corta o nouvelle, novelingui. No sé qué características se le deberían atribuir a las novelinguis; supongo que cuando aparezcan otras y tengamos un conjunto vamos a poder aislar sus particularidades, ceteris paribus.
2. Desde Resistirse queremos felicitar a Paul Auster por ser el primer autor en tener dos reseñas en esta página. ¡Felicitaciones! Que todos tus deseos se hagan realidad.
3. En Viaje por el Scriptorium Auster hace una operación que en la página 70 ya me parecía obvia. Todo lo que supongo que a Auster más copado le debía parecer de su novela es en realidad lo más cliché de los libros de Auster. Pero lo bueno es que está lo otro, las cosas originales de esta novela: los highlights son A. el protagonista es un viejo que se hace pis, muy capo; B. el ritmo. Muy recomendable para leer en colectivos. La tapa también me gustó. Y bueno, es un libro de Auster y como ya dije en el post de La noche del oráculo, Auster es uno de los Contemporáneos.
2. Desde Resistirse queremos felicitar a Paul Auster por ser el primer autor en tener dos reseñas en esta página. ¡Felicitaciones! Que todos tus deseos se hagan realidad.
3. En Viaje por el Scriptorium Auster hace una operación que en la página 70 ya me parecía obvia. Todo lo que supongo que a Auster más copado le debía parecer de su novela es en realidad lo más cliché de los libros de Auster. Pero lo bueno es que está lo otro, las cosas originales de esta novela: los highlights son A. el protagonista es un viejo que se hace pis, muy capo; B. el ritmo. Muy recomendable para leer en colectivos. La tapa también me gustó. Y bueno, es un libro de Auster y como ya dije en el post de La noche del oráculo, Auster es uno de los Contemporáneos.
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Paul Auster
martes, 10 de marzo de 2009
Trainspotting de Irvine Welsh
1. Tenía ganas de ver la película de nuevo antes de escribir esta entrada, para hacer la comparación. La película la vi hace mucho tiempo, y después varias veces entera o a pedazos. El libro lo quería leer más o menos desde que vi la película: me habían dicho (Chelo) que existía el libro y que era mucho mejor que la película, que de por sí ya era buena. Finalmente y gracias al nuevo trabajo de Darío lo encontré, y es efectivamente mucho mejor que la película.
2. La novela Trainspotting de Irvine Welsh más que novela es una colección de cuentos que transcurren en Edimburgo y en un mismo período de tiempo, muchos de los cuales pueden pasar por los capítulos de una novela de orden lineal pero muchos otros inconexos con el curso de los acontecimientos en la vida de los personajes principales, a saber, los protagonistas de la película (Renton, Sick Boy, etc). Tienen sí todos algún punto de contacto: el antihéroe de turno menciona en algún momento de su narración a alguno de los otros, casi siempre evocándolos sin que estén presentes. Esta característica del libro es una de las mejores, la del formato. Yo nunca vi un libro así antes.
3. En cada "cuento" (no es exactamente lo que son) y aunque haya una continuidad con uno anterior, el narrador puede cambiar, y de hecho creo que todos los personajes de la pandilla de drogadictos tienen algún capítulo en el que son narradores. Esta característica es la que diferencia más radicalmente al libro de la peli, que obviamente debió perder esto (para hacer todo el foco en Renton, que en el libro podría considerarse el personaje principal pero de una manera bastante laxa).
4. En particular vale la pena hacer la comparación entre libro y peli con dos escenas: la del "desenganche", cuando Renton sufre el síndrome de abstinencia y el bebé camina por el techo, y el de "choose a car, choose a wife (...) I choose not to choose". La del síndrome, que es probablemente una de las escena más memorables de la película, es superada ampliamente en el libro, apelando al amigo Burroughs, y a la exacerbación del estilo oral que por lo demás está en toda la novela (en este momento no tengo el libro para comprobarlo, pero creo que todos los cuentos/capítulos están narrados en primera persona). El de "I choose not to choose", que en la película aparece como monólogo en off de Renton creo que al principio*, en la novela es un capítulo mucho más largo en el que esta parte es el párrafo final, y el capítulo va del análisis por parte de Renton de los diferentes métodos que usaron diferentes personas (un psicólogo, un psiquiatra, un trabajador social, una novia) para explicarle su adicción a la heroína y por qué debía dejarla. No tiene desperdicio ese capítulo. Y está por el medio de la cosa.
En definitiva la novela está mejor que la película porque, como todos saben, con excepciones como La naranja mecánica las verisones originales literarias siempre son mejores que sus adaptaciones al cine, y en este caso también, despite lo buena que pueda ser la peli. Sobre todo, si la peli está tan buena no es por Danny Boyle (que todo muy lindo con el Oscar pero Slumdog Millionaire no es taaan buena) sino que es por el libro.
* Choose life. Choose a job. Choose a career. Choose a family. Choose a fucking big television, Choose washing machines, cars, compact disc players, and electrical tin openers. Choose good health, low cholesterol and dental insurance. Choose fixed- interest mortgage repayments. Choose a starter home. Choose your friends. Choose leisure wear and matching luggage. Choose a three piece suite on hire purchase in a range of fucking fabrics. Choose DIY and wondering who you are on a Sunday morning. Choose sitting on that couch watching mind-numbing sprit- crushing game shows, stuffing fucking junk food into your mouth. Choose rotting away at the end of it all, pishing you last in a miserable home, nothing more than an embarrassment to the selfish, fucked-up brats you have spawned to replace yourself. Choose your future. Choose life... But why would I want to do a thing like that?
I chose not to choose life: I chose something else. And the reasons? There are no reasons. Who need reasons when you've got heroin?
5. La dificultad en Transpoitting está en que la versión original en inglés está en slang escocés en la mayoría de los episodios (¡claro, son episodios!¡qué boludo! "m. Hecho puntual y separado que forma parte de un todo". De todas maneras mantengo lo de que no es común, sobre todo porque los protagonistas sean distintos en cada caso), y la traducción de Anagrama es horrible, está enteramente en un slang supongo que barcelonés y uno tiene que hacer un ligero pero constante trabajo de decodificación al leer. Para mí que no es tan conocido en Argentina el libro (la mayoría de la gente a la que le conté que lo estaba leyendo me preguntó "¿qué? ¿hay un libro también? ¿y es anterior o posterior a la película?") porque para comercializarlo bien hubieran tenido que traducirlo de nuevo en castellano de acá, y para colmo no tenemos lunfardo relacionado con la heroína por causas de público conocimiento.
6. No sé si, como dice la contratapa, "merece vender más ejemplares que la Biblia", pero seguro entró en mi top algo (top ten seguro, a lo mejor top menos también).
2. La novela Trainspotting de Irvine Welsh más que novela es una colección de cuentos que transcurren en Edimburgo y en un mismo período de tiempo, muchos de los cuales pueden pasar por los capítulos de una novela de orden lineal pero muchos otros inconexos con el curso de los acontecimientos en la vida de los personajes principales, a saber, los protagonistas de la película (Renton, Sick Boy, etc). Tienen sí todos algún punto de contacto: el antihéroe de turno menciona en algún momento de su narración a alguno de los otros, casi siempre evocándolos sin que estén presentes. Esta característica del libro es una de las mejores, la del formato. Yo nunca vi un libro así antes.
3. En cada "cuento" (no es exactamente lo que son) y aunque haya una continuidad con uno anterior, el narrador puede cambiar, y de hecho creo que todos los personajes de la pandilla de drogadictos tienen algún capítulo en el que son narradores. Esta característica es la que diferencia más radicalmente al libro de la peli, que obviamente debió perder esto (para hacer todo el foco en Renton, que en el libro podría considerarse el personaje principal pero de una manera bastante laxa).
4. En particular vale la pena hacer la comparación entre libro y peli con dos escenas: la del "desenganche", cuando Renton sufre el síndrome de abstinencia y el bebé camina por el techo, y el de "choose a car, choose a wife (...) I choose not to choose". La del síndrome, que es probablemente una de las escena más memorables de la película, es superada ampliamente en el libro, apelando al amigo Burroughs, y a la exacerbación del estilo oral que por lo demás está en toda la novela (en este momento no tengo el libro para comprobarlo, pero creo que todos los cuentos/capítulos están narrados en primera persona). El de "I choose not to choose", que en la película aparece como monólogo en off de Renton creo que al principio*, en la novela es un capítulo mucho más largo en el que esta parte es el párrafo final, y el capítulo va del análisis por parte de Renton de los diferentes métodos que usaron diferentes personas (un psicólogo, un psiquiatra, un trabajador social, una novia) para explicarle su adicción a la heroína y por qué debía dejarla. No tiene desperdicio ese capítulo. Y está por el medio de la cosa.
En definitiva la novela está mejor que la película porque, como todos saben, con excepciones como La naranja mecánica las verisones originales literarias siempre son mejores que sus adaptaciones al cine, y en este caso también, despite lo buena que pueda ser la peli. Sobre todo, si la peli está tan buena no es por Danny Boyle (que todo muy lindo con el Oscar pero Slumdog Millionaire no es taaan buena) sino que es por el libro.
* Choose life. Choose a job. Choose a career. Choose a family. Choose a fucking big television, Choose washing machines, cars, compact disc players, and electrical tin openers. Choose good health, low cholesterol and dental insurance. Choose fixed- interest mortgage repayments. Choose a starter home. Choose your friends. Choose leisure wear and matching luggage. Choose a three piece suite on hire purchase in a range of fucking fabrics. Choose DIY and wondering who you are on a Sunday morning. Choose sitting on that couch watching mind-numbing sprit- crushing game shows, stuffing fucking junk food into your mouth. Choose rotting away at the end of it all, pishing you last in a miserable home, nothing more than an embarrassment to the selfish, fucked-up brats you have spawned to replace yourself. Choose your future. Choose life... But why would I want to do a thing like that?
I chose not to choose life: I chose something else. And the reasons? There are no reasons. Who need reasons when you've got heroin?
5. La dificultad en Transpoitting está en que la versión original en inglés está en slang escocés en la mayoría de los episodios (¡claro, son episodios!¡qué boludo! "m. Hecho puntual y separado que forma parte de un todo". De todas maneras mantengo lo de que no es común, sobre todo porque los protagonistas sean distintos en cada caso), y la traducción de Anagrama es horrible, está enteramente en un slang supongo que barcelonés y uno tiene que hacer un ligero pero constante trabajo de decodificación al leer. Para mí que no es tan conocido en Argentina el libro (la mayoría de la gente a la que le conté que lo estaba leyendo me preguntó "¿qué? ¿hay un libro también? ¿y es anterior o posterior a la película?") porque para comercializarlo bien hubieran tenido que traducirlo de nuevo en castellano de acá, y para colmo no tenemos lunfardo relacionado con la heroína por causas de público conocimiento.
6. No sé si, como dice la contratapa, "merece vender más ejemplares que la Biblia", pero seguro entró en mi top algo (top ten seguro, a lo mejor top menos también).
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miércoles, 4 de marzo de 2009
El baile de Irène Némirovsky
1. Ayer a la mañana me acordé que por la tarde me quedaba en el trabajo, es decir que hacía doble turno, es decir que trabajaba diez horas. Un montón pasar de cinco a diez. Cinco no es nada. Diez es una barbaridad. La cuestión es que mientras colocaba en su lugar algún libro onda Gioconda Belli en la edición horrible de La Nación o algo similar me encontré con este otro, El baile de Irène Némirovsky, mal ubicado y me llamó mucho la atención. La tapa es muy linda, el tamaño es muy copado, nunca antes lo había visto ni había sentido nombrar a la autora. Seguramente alguien lo devolvió recientemente después de un largo encanute.
2. Irène Némirovsky nació en Rusia en 1903 y era lo suficientemente grande como para entender todo lo que pasaba cuando con su familia tuvieron que rajar por la revolución bolchevique. Rajaron a Finlandia primero, y luego se instalaron en París. La vida de Némirovsky en Francia fue la de una self-hating jew que no se entiende o no se sabe si sólo estaba tratando de zafarla o simplemente era antisemita. Finalmente tuvo que tratar de zafarla, cuando se vinieron los nazis, mandándole cartas a los editores de las revistas antisemitas en las que había publicado cuentos para que la ayuden a ser aceptada como francesa antes que como judía (nunca le dieron la ciudadanía a su familia), pero todos sus denodados esfuerzos terminaron en la cámara de gas en Auschwitz, Polonia, en 1942. Así que se murió (fue asesinada) a los 39. Y era re linda (en realidad re fea pero cool):


Némirovsky tratando de imitar Jùlio Córtazar

Némirovsky tratando de imitar a Darío en su foto del pasaporte polaco

Sí, sí, mirá que no me canso

¡Ca-pa!

Némirovsky tratando de ser un poco Fabiola

3. Miren que espantoso. Me apareció gugleando "nemirovsky"
--> http://palermovalley.com/blog/about/
4. En fin. El baile es una nouvelle según la definición del secundario. Lo más remarcable es su composición: no hay nada sobrante, ningún dato de más: todo está puesto en pos de contar una historia en particular, que además, es una historia del carajo. Buenísima la historia, de esas que se superan a sí mismas en cuanto a significados en varios planos al mismo tiempo, de esas cuyos personajes y situaciones son representativos de una época (los '20), una clase social (los nuevos ricos), una ciudad (París), un pueblo (el judío), una edad (la hija, Antoinette, tiene 14 y la autora, de 27 en ese momento, la construye de una manera soberbia, realmente sorprende su aptitud para la construcción de un personaje con una personalidad muy bien definida también a nivel general, es decir en sus rasgos psicológico-evolutivos de nena de 14 años) (y la madre, de unos cuarenta y pico, tmabién). Etc. Y además de todo eso, a nivel histórico también es relevante, como documento digamos, escrito por una judía convertida al catolicismo y luego antisemita, de una familia guituda, justo antes de la caída de Wall Street (la de 1929, no la de ahora) y en el período de entreguerras y de gestación del nazismo en Europa. Es un libro sólido.
5. Yo sé que casi todos los libros que reseño acá se llevan un buenísimo como calificación y parece que me gusta todo, pero es porque suelo agarrar libros que ya sé que me van a gustar, como me pasó con Matadero Cinco o con Franny y Zooey. Por eso mismo, este que lo agarré por la tapa sin saber nada sobre él me merece mayores elogios, por haberme sorprendido. Un besito.
2. Irène Némirovsky nació en Rusia en 1903 y era lo suficientemente grande como para entender todo lo que pasaba cuando con su familia tuvieron que rajar por la revolución bolchevique. Rajaron a Finlandia primero, y luego se instalaron en París. La vida de Némirovsky en Francia fue la de una self-hating jew que no se entiende o no se sabe si sólo estaba tratando de zafarla o simplemente era antisemita. Finalmente tuvo que tratar de zafarla, cuando se vinieron los nazis, mandándole cartas a los editores de las revistas antisemitas en las que había publicado cuentos para que la ayuden a ser aceptada como francesa antes que como judía (nunca le dieron la ciudadanía a su familia), pero todos sus denodados esfuerzos terminaron en la cámara de gas en Auschwitz, Polonia, en 1942. Así que se murió (fue asesinada) a los 39. Y era re linda (en realidad re fea pero cool):


Némirovsky tratando de imitar Jùlio Córtazar

Némirovsky tratando de imitar a Darío en su foto del pasaporte polaco

Sí, sí, mirá que no me canso

¡Ca-pa!

Némirovsky tratando de ser un poco Fabiola

3. Miren que espantoso. Me apareció gugleando "nemirovsky"
--> http://palermovalley.com/blog/about/
4. En fin. El baile es una nouvelle según la definición del secundario. Lo más remarcable es su composición: no hay nada sobrante, ningún dato de más: todo está puesto en pos de contar una historia en particular, que además, es una historia del carajo. Buenísima la historia, de esas que se superan a sí mismas en cuanto a significados en varios planos al mismo tiempo, de esas cuyos personajes y situaciones son representativos de una época (los '20), una clase social (los nuevos ricos), una ciudad (París), un pueblo (el judío), una edad (la hija, Antoinette, tiene 14 y la autora, de 27 en ese momento, la construye de una manera soberbia, realmente sorprende su aptitud para la construcción de un personaje con una personalidad muy bien definida también a nivel general, es decir en sus rasgos psicológico-evolutivos de nena de 14 años) (y la madre, de unos cuarenta y pico, tmabién). Etc. Y además de todo eso, a nivel histórico también es relevante, como documento digamos, escrito por una judía convertida al catolicismo y luego antisemita, de una familia guituda, justo antes de la caída de Wall Street (la de 1929, no la de ahora) y en el período de entreguerras y de gestación del nazismo en Europa. Es un libro sólido.
5. Yo sé que casi todos los libros que reseño acá se llevan un buenísimo como calificación y parece que me gusta todo, pero es porque suelo agarrar libros que ya sé que me van a gustar, como me pasó con Matadero Cinco o con Franny y Zooey. Por eso mismo, este que lo agarré por la tapa sin saber nada sobre él me merece mayores elogios, por haberme sorprendido. Un besito.
miércoles, 25 de febrero de 2009
Matadero Cinco o La cruzada de los niños de Kurt Vonnegut
1. Si quieren leer un libro realmente lindo, inteligente e importante, acá está y éste es. ¡Ta-tan! Hacía mucho tiempo que no leía un libro así, importante digo. Importante en el sentido opuesto a vanal, importante como necesario. Eso, necesario.
2. Brevemente: Kurt fue a la segunda guerra mundial como soldado yanqui y fue hecho prisionero de guerra. En condición de tal estuvo en Dresde, Alemania, el día de 1945 en que la fuerza aérea de los Estados Unidos tiró 4000 toneladas de bombas y mató (según Matadero Cinco: hay otras versiones, Wikipedia dice que ahora se calcula entre 30.000 y 40.000 pero que primero se calculó que 275.000) 83.793 personas, (y la bomba atómica en Hiroshima mató a 71.379). Durante el bombardeo, estuvo junto a otros prisioneros yanquis refugiado en un matadero, el Matadero Cinco ("Schlachthof-fünf"). Cuando emergió a la superficie (porque el matadero era subterraneo) se encontró con la ciudad completamente asesinada:
Un hecho significativo es que la masacre ocurrida en Dresde fue ocultada a la sociedad yanqui durante muchos años, y por lo tanto Vonnegut (y Billy Pilgrim, el protagonista de la novela) la debe haber pasado un poco peor para digerirlo que de no haber sido así.
3. Dos motivos que explican mi calificación de necesario para este libro: La primera es su sub-título o segundo título, La cruzada de los niños. Kurt fue a la casa de otro veterano que pasó por la experiencia de Dresde junto a él, para hablar de lo vivido y que lo ayudara a cómo encarar el libro.
(del primer capítulo del libro, que es una suerte de introducción).
Ese es el motivo número uno: es un libro sobre la Segunda Guerra Mundial que no es épico. Y tampoco es lastimero. Para nada. De hecho, me olvidaba de decirlo, es un libro de sátira más que cualquier otra cosa. Y esa sátira viene en forma de ciencia ficción.
La segunda no sé. Hay algo más, además de lo ya mencionado, en este libro, que lo hace necesario. En el sentido de útil.
4. A continuación un fragmento que ilustra esto que no sé bien lo que es que tiene este libro y hace que su lectura sea y no sea ociosa (que sí sea, en el sentido positivo del disfrutarlo, que no sea, en el negativo de la vanalidad). El fragmento es lo que más me gustó de todo (de hecho me pareció increíble) y si piensan que van a leer el libro, les recomiendo que no lo lean ahora en el blog porque en su correcto contexto va a estar seguramente mejor. Lo pongo en letra negra así si lo quieren leer lo marcan y si no, no. Ah, no, no sé cómo poner en otro color la letra. Ya fue. Leanlón. Ideal para dar peulá.
2. Brevemente: Kurt fue a la segunda guerra mundial como soldado yanqui y fue hecho prisionero de guerra. En condición de tal estuvo en Dresde, Alemania, el día de 1945 en que la fuerza aérea de los Estados Unidos tiró 4000 toneladas de bombas y mató (según Matadero Cinco: hay otras versiones, Wikipedia dice que ahora se calcula entre 30.000 y 40.000 pero que primero se calculó que 275.000) 83.793 personas, (y la bomba atómica en Hiroshima mató a 71.379). Durante el bombardeo, estuvo junto a otros prisioneros yanquis refugiado en un matadero, el Matadero Cinco ("Schlachthof-fünf"). Cuando emergió a la superficie (porque el matadero era subterraneo) se encontró con la ciudad completamente asesinada:
No pudieron salir del refugio hasta media mañana del día siguiente. Cuando los americanos y sus guardas aparecieron, el cielo estaba negro de humo. El sol era un pequeño punto malhumorado. Dresde parecía un paraje lunar. No quedaba nada, excepto lo mineral. Las piedras estaban calientes. Todos habían muerto.
Así fue.
Un hecho significativo es que la masacre ocurrida en Dresde fue ocultada a la sociedad yanqui durante muchos años, y por lo tanto Vonnegut (y Billy Pilgrim, el protagonista de la novela) la debe haber pasado un poco peor para digerirlo que de no haber sido así.
3. Dos motivos que explican mi calificación de necesario para este libro: La primera es su sub-título o segundo título, La cruzada de los niños. Kurt fue a la casa de otro veterano que pasó por la experiencia de Dresde junto a él, para hablar de lo vivido y que lo ayudara a cómo encarar el libro.
Sólo después de que los niños se hubieran marchado me di cuenta de que yo no le gustaba a Mary, o que no le gustaba algo de aquella noche (...). Estábamos allí intentando recordar, y Mary continuaba haciendo ruido. Al final entró en la cocina otra vez y tomó otra cocacola. De nuevo sacó una bandeja de cubitos de la nevera, a pesar de que aún quedaba un montón de hielo, y la golpeó en la fregadera.
Después se volvió hacia mí, permitiéndome comprobar lo enfadada que estaba y lo culpable que era yo de su enojo. Había estado todo el tiempo hablando consigo misma, de manera que lo que entonces dijo fue sólo un fragmento de una conversación muy larga:
- ¡Entonces no erais más que niños!
- ¿Qué? -pregunté.
- Durante la guerra no erais más que unos niños, como los que ahora juegan arriba.
Asentí. Es cierto, durante la guerra no éramos más que unos necios e ingenuos bebés, recién sacados del regazo de la madre.
- Pero no lo escribirás así, claro -prosiguió. No era una pregunta: era una acusación.
- Yo... no sé -balbucí.
- Pues yo sí que lo sé -exclamó-. Pretenderás hacer creer que erais verdaderos hombres, no unos niños, y un día seréis representados en el cine por Frank Sinatra, John Wayne o cualquier otro de los encantadores y guerreros galanes de la pantalla. Y la guerra parecerá algo tan maravilloso que tendremos muchas más. Y la harán unos niños como los que están jugando arriba.
Entonces comprendí. Era la guerra lo que la ponía fuera de sí. No quería que sus hijos ni los hijos de nadie murieran en la guerra. Y creía que las guerras eran promovidas y alentadas, en parte, por los libros y el cine.
Así pues, levanté mi mano derecha y le hice una promesa.
- Mary -dije-, no creo que nunca llegue a terminar ese libro. (...) Sin embargo, si algún día lo termino, te doy mi palabra de honor de que no habrá ningún papel para Frank Sinatra o John Wayne... Y además -añadí-, lo llamaré La cruzada de los Inocentes.
Después de eso, Mary O'Hare fue amiga mía.
(del primer capítulo del libro, que es una suerte de introducción).
Ese es el motivo número uno: es un libro sobre la Segunda Guerra Mundial que no es épico. Y tampoco es lastimero. Para nada. De hecho, me olvidaba de decirlo, es un libro de sátira más que cualquier otra cosa. Y esa sátira viene en forma de ciencia ficción.
La segunda no sé. Hay algo más, además de lo ya mencionado, en este libro, que lo hace necesario. En el sentido de útil.
4. A continuación un fragmento que ilustra esto que no sé bien lo que es que tiene este libro y hace que su lectura sea y no sea ociosa (que sí sea, en el sentido positivo del disfrutarlo, que no sea, en el negativo de la vanalidad). El fragmento es lo que más me gustó de todo (de hecho me pareció increíble) y si piensan que van a leer el libro, les recomiendo que no lo lean ahora en el blog porque en su correcto contexto va a estar seguramente mejor. Lo pongo en letra negra así si lo quieren leer lo marcan y si no, no. Ah, no, no sé cómo poner en otro color la letra. Ya fue. Leanlón. Ideal para dar peulá.
Entonces, tras haberse aislado ligeramente del tiempo, vió la última película, primero al revés, de fin a principio, y luego otra vez en sentido normal. Era una película sobre la actuación de los bombarderos americanos durante la Segunda Guerra Mundial y sobre los valientes hombres que los tripulaban. Vista hacia atrás, la historia era así:
Aviones americanos llenos de agujeros, de hombres heridos y de cadáveres, despegaban de espaldas en un aeródromo de Inglaterra. Al sobrevolar Francia se encontraban con aviones alemanes de combate que volaban hacia atrás, aspirando balas y trozos de metralla de algunos aviones y dotaciones. Lo mismo se repitió con algunos aviones americanos destrozados en tierra, que alzaron el vuelo hacia atrás y se unieron a la formación.
La formación volaba de espaldas hacia una ciudad alemana que era presa de las llamas. Cuando llegaron, los bombarderos abrieron sus portillones y merced a un milagroso magnetismo redujeron el fuego, concentrándolo en unos cilindros de acero que aspiraron hasta hacerlos entrar en sus entrañas. Los containers fueron almacenados con todo cuidado en hileras. Pero allí abajo, los alemanes también tenían sus propios inventos milagrosos, consistentes en largos tubos de acero que utilizaron para succionar más balas y trozos de metralla de los aviones y de sus tripulantes. Pero todavía quedaban algunos heridos americanos, y algunos de los aviones estaban en mal estado. A pesar de ello, al sobrevolar Francia aparecieron nuevos aviones alemanes que solucionaron el conflicto. Y todo el mundo estuvo de nuevo sano y salvo.
Cuando los bombarderos volvieron a sus bases, los cilindros de acero fueron sacados de sus estuches y devueltos en barcos a los Estados Unidos de América. Allí las fábricas funcionaban de día y de noche extrayendo el peligroso contenido de los recipientes. Lo conmovedor de la escena era que el trabajo lo realizaban, en su mayor parte, mujeres. Los minerales peligrosos eran enviados a especialistas que se encontraban en regiones lejanas. Su tarea consistía en enterrarlos y esconderlos bien para que así no volvieran a hacer daño a nadie.
Los pilotos americanos mudaron sus uniformes para convertirse en muchachos que asistían a a las escuelas superiores. Y Hitler se transformó en niño, según dedujo Billy Pilgrim. En la película no estaba. Porque Billy extrapolaba. Y se imaginó que todos se volvían niños, que toda la humanidad, sin excepción, conspiraba biológicamente para producir dos criaturas perfectas llamadas Adán y Eva.
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domingo, 22 de febrero de 2009
Franny y Zooey de Jerome David Salinger
1. Yo creí que me iba a encontrar con un libro lindo, pero Franny and Zooey no es un libro lindo. Es excelente, pero no es lindo. Franny y Zooey son lo misántropo, Houellebecq es un amigo al lado de ellos. Me caen mal, pero, simultáneamente, me generan mucha empatía. Por ejemplo en esta parte:
La empatía en esta parte la tengo con "todo el mundo" más que con Zooey.
2. Remarcable la estructura del libro y la forma en la que Salinger logra ir cambiando de registro, de persona, de género. El libro arranca con un personaje, y después se va de ese personaje, lo deja en la historia y lo saca de cuadro, y hace eso varias veces, mete y saca de cuadro personajes, y genera muy bien un clima (que me parece debe ser jodidísimo de lograr) de que aunque hayan dos personajes en una escena, y un escenario específico (porque es muy cinematográfica la novela), los otros personajes (los otros hermanos Glass, los padres Glass, Lane) se mantienen como en el éter, como suspendidos en el aire a partir del diálogo de Franny y Zooey, o de Bessie y Zooey. Las cartas, el guión, los personajes que hablan por otros, las citas a otros autores que personajes encuentran dejadas por otros personajes, una maravilla narrativa, realmente. Y además, entre la primera parte ("Franny") y la segunda parte ("Zooey") lo imprevisible del camino que toma la trama me resultó de lo más asombroso.
3. Véase el punto 4 del post de El gran Gatsby.
Puedo decirte qué hago exactamente. Hago que todo el mundo sienta que en realidad no desea hacer un buen trabajo, sino que sólo desea hacer un trabajo que sea considerado bueno por todos aquellos a quienes conoce: los críticos, los patrocinadores, el público, incluso la maestra de sus hijos.
La empatía en esta parte la tengo con "todo el mundo" más que con Zooey.
2. Remarcable la estructura del libro y la forma en la que Salinger logra ir cambiando de registro, de persona, de género. El libro arranca con un personaje, y después se va de ese personaje, lo deja en la historia y lo saca de cuadro, y hace eso varias veces, mete y saca de cuadro personajes, y genera muy bien un clima (que me parece debe ser jodidísimo de lograr) de que aunque hayan dos personajes en una escena, y un escenario específico (porque es muy cinematográfica la novela), los otros personajes (los otros hermanos Glass, los padres Glass, Lane) se mantienen como en el éter, como suspendidos en el aire a partir del diálogo de Franny y Zooey, o de Bessie y Zooey. Las cartas, el guión, los personajes que hablan por otros, las citas a otros autores que personajes encuentran dejadas por otros personajes, una maravilla narrativa, realmente. Y además, entre la primera parte ("Franny") y la segunda parte ("Zooey") lo imprevisible del camino que toma la trama me resultó de lo más asombroso.
3. Véase el punto 4 del post de El gran Gatsby.
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uno de los cuatro más capos del mundo
martes, 10 de febrero de 2009
El atravesado de Andrés Caicedo
1. Primero salió en todos los diarios, la promoción de ¡Qué viva la música!. Después leí el prólogo de Casas, de parado en el mostrador de Gambito. Después creo que salió en Ñ una nota del mismo Casas sobre Caicedo, y después leí el ensayo alusivo en Ensayos bonsai. Así que lo estoy leyendo a Caicedo exclusivamente por sugestión de Casas. Y Casas le robó todo a Caicedo.
2. Eloisa Cartonera publicó El atravesado, de Caicedo. Así que lo leí. Y Casas le robó todo a Caicedo. O mucho. Y Cucurto también. El atravesado es una novela corta (de 50 páginas) que está buenísima, mal (o sea bien). El tipo tiene una cosa muy especial que es como que el interlocutor, o sea el lector... eso, que el lector es el interlocutor. El asunto está en primera persona y se dirige a una segunda persona que sos vos, y te caracteriza, mucho. Por ejemplo en una parte dice (página 41) "Ahora, camarada, dése un vueltón si es que está cansado de tanto oírme decir cosas. O pida una cerveza bien fría. O camine metámonos al cine, que están dando una vieja de vaqueros ¿usted tiene monedas?". Así, con esa puntuación. Eso se lo copia Cucurto, la puntuación. Y Casas le copia los temas, lo de las peleas de barras y hasta lo del amigo oriental. No digo que Casas no haya tenido un amigo oriental, pero debe haber sido un motivo más de indentifiación.
3. Hay que apurarse a leer a Caicedo si se quiere ser cool, que dentro de poco lo van a conocer todos. Como a Onda Vaga, que ya no se lo puede escuchar porque lo conocen todas las chicas de All Stars.
2. Eloisa Cartonera publicó El atravesado, de Caicedo. Así que lo leí. Y Casas le robó todo a Caicedo. O mucho. Y Cucurto también. El atravesado es una novela corta (de 50 páginas) que está buenísima, mal (o sea bien). El tipo tiene una cosa muy especial que es como que el interlocutor, o sea el lector... eso, que el lector es el interlocutor. El asunto está en primera persona y se dirige a una segunda persona que sos vos, y te caracteriza, mucho. Por ejemplo en una parte dice (página 41) "Ahora, camarada, dése un vueltón si es que está cansado de tanto oírme decir cosas. O pida una cerveza bien fría. O camine metámonos al cine, que están dando una vieja de vaqueros ¿usted tiene monedas?". Así, con esa puntuación. Eso se lo copia Cucurto, la puntuación. Y Casas le copia los temas, lo de las peleas de barras y hasta lo del amigo oriental. No digo que Casas no haya tenido un amigo oriental, pero debe haber sido un motivo más de indentifiación.
3. Hay que apurarse a leer a Caicedo si se quiere ser cool, que dentro de poco lo van a conocer todos. Como a Onda Vaga, que ya no se lo puede escuchar porque lo conocen todas las chicas de All Stars.
lunes, 9 de febrero de 2009
Más que humano de Theodore Sturgeon
1. More than human (1953) es uno de los libros de ciencia ficción editados por Minotauro de los que ya hablé en mi mejor y menos leído post (aquel sobre Ciudad de Clifford D. Simak (acá)). Lo primero que debo decir sobre este libro es que los X-Men le deben bastante. Aunque la idea principal no sea la misma, existen los siguientes elementos en común: mutantes, evolución, superpoderes diferentes según cada uno. Se diferencian ampliamente en aquello en lo qué evolucionan, es decir en cuál es el homo posterior al homo sapiens (si les digo les cago el libro, y no quiero hacerlo). En Más que humano es mucho más creativo que en los X-Men. No así los poderes, que sí son más lógicos (nadie tira hielo, ni fuegos artficiales, ni rayos de los ojos, ni le salen espinas del culo, etc.; son más bien los superpoderes con nombres o prefijos en griego) aunque menos originales (a nuestros ojos nerds de hoy día, no así a los del '50)
2. Más que humano ganó un par de premios en su momento, y otros retrospectivos también. Tiene adaptación a novela gráfica (gracias Wikipedia). Y fue elogiado por los diarios que se apresuraban a aclarar que para ser ciencia ficción, estaba muy bien. Porque a la gente la ciencia ficción no le gusta (a la gente bien, a la gente cool) (y los remonto de nuevo al post de Ciudad). Lo cierto es que, para ser ciencia ficción, su prosa está muy bien, y eso sí hay que aclararlo, porque los escritores de ciencia ficción suelen estar más ocupados en su trama que en su prosa. En el caso de Sturgeon, llama la atención lo bien que está escrito. Hasta tiene partes en las que interviene la poesía (por ejemplo "Los bordes y los marcos de las ventanas asomaban entre las puntas del follaje", que en inglés es "The edges of the hedges, the ledges and wedges", con versito y todo) y parece ser que en su idioma original, tiene cierta métrica por la cual el ritmo de lectura no sé qué cosa. Y también nos puede deleitar con líneas que no tenían nada de políticamente incorrectos en los '50 y hasta eran muy progres por su contenido, como este: "En aquella guarida, mitad cabaña y mitad caverna, junto a aquel fuego que humeaba en medio de la habitación y aquella carne que giraba lentamente sobre la llama, con la ayuda de dos negras que apenas sabían hablar, un bebé mongoloide y una niña de lengua afilada que parecía despreciarlo, Lone construyó el aparato". Aclaro que las dos negras también son niñas, de hecho son más niñas.
3. En conclusión: a los amantes de la ciencia ficción les va a gustar seguro, a los no amantes también les puede gustar, pero claro que hay que tener cietos recaudos tomados, saber de antemano que es un libro del '53, con todo lo que eso conlleva en la ciencia ficción yanqui. A mí me gustó. Fin.
2. Más que humano ganó un par de premios en su momento, y otros retrospectivos también. Tiene adaptación a novela gráfica (gracias Wikipedia). Y fue elogiado por los diarios que se apresuraban a aclarar que para ser ciencia ficción, estaba muy bien. Porque a la gente la ciencia ficción no le gusta (a la gente bien, a la gente cool) (y los remonto de nuevo al post de Ciudad). Lo cierto es que, para ser ciencia ficción, su prosa está muy bien, y eso sí hay que aclararlo, porque los escritores de ciencia ficción suelen estar más ocupados en su trama que en su prosa. En el caso de Sturgeon, llama la atención lo bien que está escrito. Hasta tiene partes en las que interviene la poesía (por ejemplo "Los bordes y los marcos de las ventanas asomaban entre las puntas del follaje", que en inglés es "The edges of the hedges, the ledges and wedges", con versito y todo) y parece ser que en su idioma original, tiene cierta métrica por la cual el ritmo de lectura no sé qué cosa. Y también nos puede deleitar con líneas que no tenían nada de políticamente incorrectos en los '50 y hasta eran muy progres por su contenido, como este: "En aquella guarida, mitad cabaña y mitad caverna, junto a aquel fuego que humeaba en medio de la habitación y aquella carne que giraba lentamente sobre la llama, con la ayuda de dos negras que apenas sabían hablar, un bebé mongoloide y una niña de lengua afilada que parecía despreciarlo, Lone construyó el aparato". Aclaro que las dos negras también son niñas, de hecho son más niñas.
3. En conclusión: a los amantes de la ciencia ficción les va a gustar seguro, a los no amantes también les puede gustar, pero claro que hay que tener cietos recaudos tomados, saber de antemano que es un libro del '53, con todo lo que eso conlleva en la ciencia ficción yanqui. A mí me gustó. Fin.
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