martes, 20 de agosto de 2013

El oficinista, de Guillermo Saccomanno

1.
Lorenzo y yo hablamos de literatura argentina. Yo hice una declaración audaz e innecesaria, y afirmé que El año del desierto de Pedro Mairal era la mejor novela argentina de la década del 2000. Lorenzo afirmó a su vez que lo era El oficinista de Guillermo Saccomanno. Ninguno de los dos había leído la otra. Intercambiamos. De más está decir que no soy quién para decidir cuál es la mejor novela argentina de ninguna década, sobre todo porque no leí todas las novelas o siquiera casi todas las novelas de ninguna década, pero lo bueno de la literatura es que podés decir esas cosas y no pasa naranja. En fin. La cuestión es que a los dos nos gustó mucho la novela del otro, y curiosísimamente, tienen muchos puntos de contacto. Tiro ahí la idea para que la agarre algún estudiante de letras en busca de investigación: "El año del desierto y El oficinista: la Argentina post-debacle y la distopía futurista". Seguro que ya existe igual. Y El año del desierto no es exactamente una distopía, aunque sí, y no es futurista, aunque sí. Bueno, dejen.

2.
¡Qué buena que está El oficinista! Lo mejor con las novelas siempre es agarrarlas sin saber nada de sus tramas, y fue mi caso. Por el título y la tapa me imaginaba algo medio Bertleby, y algo de eso hay, pero no me imaginaba la parte cyber-punk del asunto, la parte Neo-Tokio está por explotar. Además, es la primera novela que leo de Saccomanno -había leído cómics- y tenía una idea distinta de su prosa. Como decía antes, lo mejor con las novelas es... así que no digo más nada. Súper recomiendo. Eso.

3.
Cuando la lean discutimos el final.

sábado, 17 de agosto de 2013

Para vivir un gran amor, de Vinicius de Moraes

1.
A mí me gusta Vinicius de Moraes, y me siento un poco hereje por lo que voy a decir, pero este libro es una mierda. No debe haber sido una mierda siempre, ojo: hace cuarenta años, cuando salió por vez primera, debía ser vanguardia (bueno, no tanto), pero ahora es una mierda: es cursi -muy cursi-, es machista, es pretencioso, y es tonto. El humor que tenía se quedó en el tiempo y ahora es tonto. Los poemas que debían ser románticos y caballerescos con un toque de picardía, ahora son cursis y machistas. La comparación de una mujer con una guitarra ya no está buena. Hace poco, en una entrevista que hice, un músico que hasta entonces me había caído muy bien me hizo el elogio de su hermana y me dijo: "Es una mujer muy útil; a mí me es muy útil". ¿No es horrible? Y el tipo creía sinceramente que estaba diciendo algo bueno. Algo así me causan los poemas "románticos" de Vinicius. Eso, y la impresión de que para él todas las mujeres son la misma cosa, la misma mujer.

2.
La historia de la edición argentina de Para vivir un gran amor es que el editor de De la Flor se fue a Río a buscar a Vinicius (al que acá no conocía nadie aún) y a convencerlo para obtener los derechos de este libro, que en su momento fue un éxito arrollador y que hoy día va por su 22a edición (en 2009). Unos años después vendrían los discos en La Fusa: Vinicius entró al público argentino primero como poeta, tal y como se narra en Nuestro Vinicius, reseñado hace un tiempo en este blog. A este libro le siguió otro, Para una muchacha con una flor, y otro, que se titula Antología poética, uno verde que también fue un éxito y que también llevan publicándose más o menos desde entonces por la misma editorial. Son muy lindos todos, y baratos, eso se puede decir en favor.

3.
Tampoco es que todo el libro sea una cagada. Algunos textos son lindos, algunos son interesantes y unos pocos me parecieron excepcionales. "Samba de Breque", un cuento sobre un hombre que a la muerte de su hijo pequeño se pone a cantar una samba, y "La bella ninfa del bosque sagrado", de cuando conoció a Ava Gardner (como diría Rabinovich, qué hembra), son de esos que digo. Pero la mayoría me pareció deplorable. Es un libro que cuenta más como intención. Es un buen regalo por ejemplo para un papá o tío al que le guste mucho Vinicius de Moraes pero que no lo vaya a leer nunca, porque como objeto garpa. He dicho.


4.
P.D.: Aguante Ferreira Gullar.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Hola América, de James Graham Ballard

1.
En este solemne acto, le hacemos entrega al señor Jaime Grajam Ballard, por este libro y, hasta que se redima, por su existencia, del premio al escritor más decepcionante del universo.

2.
Hola América (1981) es una novela de mierda sobre un futuro distópico en el que los Estados Unidos de América fueron destruidos y evacuados por un cataclismo ecológico en los '90s (causado por la URSS). Cien años después, una expedición europea desembarca en el viejo nuevo mundo para investigar unas extrañas emisiones de radiación. Los expedicionarios atraviesan el país, de Nueva York a Las Vegas: en el camino el chiste es que por el drástico cambio climático, en cada lugar se encuentra el bioma opuesto al que hay en el mundo real: la costa este es un desierto de arena, Nevada es una jungla densa y llena de animales salvajes (descendientes de los de los zoológicos... muy dudoso), etc. Hasta ahí, el argumento podría ser el de una buena novela. Quizás todo lo bueno murió en la traducción. No creo.

3.
La historia es errática y muy poco atrapante. Los personajes no tienen personalidad: o sea, tienen una personalidad enunciada, pero, salvo el capitán Steiner, no están realmente caracterizados. Onda, se podrían haber muerto todos y no me hubiera pasado nada como lector. Las referencias a la cultura masiva yanqui son -al contrario de lo que dice en wikipedia, "sutiles"- muy muy obvias y grasa. Los desarrollos de lo que pasó en Estados Unidos en esos cien años -la formación de tribus de "Ejecutivos", "Divorciadas", etcétera-, son muy boludos, porque Ballard no se decidió ni por el chiste ni por la ciencia ficción propiamente dicha, entonces le quedaron algo así como unos retardados mentales que montan en camellos y tienen nombres de marcas y corporaciones. Incluso las referencias a los presidentes norteamericanos, que normalmente me hubieran gustado -hay 43 robots que son los presidentes desde Washington hasta Carter, más uno inventado- está arruinada por unos muy mersas y mal enganchados comentarios políticos para lectores del siglo XX. Y como si todo esto fuera poco, no hay ni un comentario acerca de qué pasó con el resto de América. ¡Es muy imbécil! O sea, se supone que un cataclismo hizo que se pierda América del Norte para sus propios habitantes, así como para europeos y asiáticos. Y cien años después entran a explorar, y se sorprenden de todo porque todo es más o menos inesperado para ellos. De México tampoco explican nada pero se da a entender que sigue habiendo mexicanos en México. ¡¿Y el hemisferio sur?!

4.
Me lo vendió un tipo en una comiquería a la que entré para gastar plata. Me vendió dos libros de Ballard, porque le dije que no había leído nada y bueno, me convenció. La verdad es que pagué 30 pesos por el libro, editorial Minotauro edición de 2003 nuevo. O lo tenía choreado o no sé. La edición es linda.

domingo, 11 de agosto de 2013

Historias negras, de Enrique S. Abulí y Jordi Bernet

1.
Mi papá me prestó este libro que es de Glénat, esa editorial española de cómics que parece que se las trae, porque me vengo topando con sus publicaciones sin cesar y sin intentarlo. Antes fueron mangas: Next World, de Osamu Tezuka, y Relatos insólitos de samurais, de Hiroshi Hirata. Ahora es este libro que reúne historias cortas de estos autores españoles parece que requete exitosos (por lo menos el guionista, Bernet). Son relatos de humor negro, con una vuelta de tuerca casi siempre eficaz en el último cuadrito. El dibujo es muy clásico, blanco y negro.


2.
Me gustó.

jueves, 8 de agosto de 2013

En cinco minutos levántate María, de Pablo Ramos

1.
Orgullosamente: este libro me lo robé de una librería muy conocida, que está (o estaba, ahora en ese local hay un negocio de ropa deportiva) en un shopping muy conocido,de una zona de esta ciudad conocida entre otras cosas por una canción en cuyo título y letra es mencionada, que escribió un músico conocido por haber sido italiano, haber cantado en inglés, haber sido pelado por el asco que da tu sociedad y haber muerto trágicamente de una adicción a algo con lo que había reemplazado una adicción a otro algo, conocido por ser peor que ese primer algo de cuya adicción, al final, murió. El libro me lo robé en un mismo operativo comando junto a De ratones y de hombres, cuya reseña pueden leer en este blog también. Buen choreo, buenos botines. Realizado sólo porque se pudo, y también por la adrenalina. Fue la primera y única vez que hice tal cosa en un shopping. Véase sobre esto -el robo de libros-, este otro escrito mío en este otro, abandonado, blog.

2.
Hace mucho, leí La ley de la ferocidad de Pablo Ramos, y en mi reseña fui excesivamente duro con ella. No la recuerdo con la carga negativa que le puse a la reseña. Por el contrario. Bueno, En cinco minutos levántate María no es una continuación de La ley... (en todo caso, sería eso que ahora se llama precuela), pero participa del mundo de la otra. Y hay una primera (en orden de aparición), que se llama El origen de la tristeza y que ahora quiero leer.

3.
En cinco minutos levántate María es el monólogo interno de la María del título, madre del Gabriel de La ley de la ferocidad: una mujer de sesenta y pico que vive en una habitación sin ventanas en una casa de clase media baja del conurbano bonaerense. María se despierta en medio de la noche, por un presentimiento, o un sueño, no sabe bien; y en vez de levantarse de inmediato de la cama, como hace siempre (porque quedarse en la cama despierta es de enferma), decide quedarse cinco minutos más (muchos cinco minutos), pensando en su vida, en sus hijos, en su nieto, en su marido, en su padre.

4.
Me gustó mucho En cinco minutos. Y lo leí vorazmente, por lo que éste también se gana la etiqueta droga. Y otra virtud: es corto. Hacía tiempo que quería leer una novela corta: leí dos. También lleva la etiqueta afroargentinos, porque, misteriosamente, en cierto momento de la novela, María va a la Sociedad Caboverdiana de Dock Sud, a visitar a un primo negro que le dice que consiguió trabajo en el Congreso de la Nación: dos elementos totalmente afroargentinos y basados en hechos reales, que si no fuera por una mierda legal ustedes podrían ver -esperemos que en un futuro puedan- en la serie Afroargentina de canal Encuentro, en la que participé como guionista. Capaz Pablo Ramos es afro, es muy posible, o capaz es él el que tiene un primo afro. Claramente -digo, no tengo ningún fundamento pero igual- el personaje de Gabriel es autobiográfico, así que puede ser.

5.
De un tiempo a esta parte Los Tipitos leyeron La ley de la ferocidad, e hicieron una canción en base a, en cuyo videoclip actúan el propio Pablo Ramos y, llevando el cajón, el amigo Héctor Raggio.


También de un tiempo a esta parte, Pablo Ramos grabó un disco con letras suyas, junto al capísimo y multitasking Gabo Ferro. Se llama El hambre y las ganas de comer, y lo escuchan acá.

6.
El final, las últimas treinta o cuarenta páginas, las leí hoy, ocho del ocho, caminando del trabajo a casa, como hubiera querido el General. Lloré con la historia de Pablito, en Díaz Vélez y Salguero.

jueves, 1 de agosto de 2013

Crimen en el Barrio del Once : el primer caso del comisario Lascano, de Ernesto Mallo

1.
Muy, muy bien. Buenísima.

2.
¿Se acuerdan que algún tiempo atrás leí y reseñé un libro de un yanqui sobre la dictadura argentina, una novela, ficción, sobre un judío que se llamaba Baruj? No, obvio que no. Bueno, se llamaba Ministerio de Casos Especiales, el autor es un tal Englander, y yo tampoco me acordaba y la tuve que buscar. Es de las reseñas que llevan la etiqueta "para leer esto mejor lean la Viva". El protagonista no se llama Baruj, se llama Kadish: mucho peor. La reseña está buena, soy un groso. En fin, que la novela que nos interesa hoy, Crimen en el Barrio del Once, tiene eso en común: es una historia X en el contexto de la última dictadura argentina (en el '79, más específicamente), que no se puede desarrollar sin que el contexto interceda, porque el contexto es ineludible. Algunos personajes tienen existencia en vínculo directo con el tema de la dictadura: Eva, "subversiva" en fuga, Giribaldi, milico de un grupo de tareas, Biterman, prestamista. Otros no: Pérez Lastra, Lara, el propio Lascano y su circunstancia de viudo. Aunque se trate de un comisario. No es por ser nacionalista, pero mientras el neoyorquino Englander leyó mucho pero no sabe de lo que habla, Mallo nació en La Plata y fue militante de izquierda durante la dictadura. O sea, no tiene que fijarse en Wikipedia para escribir su novela. Opera parecido, pero de forma mucho, mucho más elegante. No sé por qué me molesta tanto lo de Englander. Supongo que por lo pretencioso.

3.
Por ahí leí en una reseña de otro que al autor le interesa más hablar del contexto (o hacer hablar al contexto) que la trama misma. Puede ser. Al otro le parecía mal o algo así. A mí me parece que el libro es lo que es, y está buenísimo.

4.
Tiene un modo muy original de presentar los diálogos. Muy ágil. Y el libro, todo él, es muy droga y además no tiene doscientas páginas. Y es un policial negro. Cumple, creo, las reglas del género. No les voy a decir nada más porque mejor no saber y leer desde ahí. Recomiendo para los que siempre me piden recomendaciones droga.

5.
¿Habrá secuela? No encuentro nada en Internet. El título da a entender eso, pero puede ser un engaña pichanga. Espero que haya. Ernesto si estás leyendo esto respondeme que me muero.

sábado, 20 de julio de 2013

Felices los ñoños, de Juan Vegetal y Grandes vestimentas, de Javier Velasco

1.
Mis amigos Mati y Ioni tienen una editorial que se llama Galería y publica libros hermosos de cómics, humor gráfico e ilustración. Y hace poco publicaron estos dos, mis favoritos hasta la fecha. Esta es la página de Galería Editorial, recientemente renovada.

2.
Felices los ñoños es una selección de dibujos e historietas de Juan Vegetal, un muchacho que tiene mucha actividad en Internet y una habilidad con los marcadores que yo envidio. Acá pueden ver cosas suyas. Tiene muchos chistes de pokemones, pero ojalá tuviera más.


3.
Grandes vestimentas no es historieta, sí es ilustración, y un poco también humor gráfico, pero no solamente. El autor es Javier Velasco, un tipo joven con bastante trayectoria, que tiene otro libro publicado pero en España y de otra cosa. Grandes vestimentas es, sobre todo, una gran, simple y muy original idea. Mejor que explicarlo es mostrar un ejemplo. Estos son huérfanos de ficción:


La edición incluye un índice onomástico que está buenísimo no sólo de por sí sino también porque en distintas páginas/categorías hay personajes que se repiten (con distintas vestimentas), y el índice te permite buscarlos. Y está lindísima. En Internet se encuentran muchas más imágenes, porque este libro como todos los de Galería surge de cosas que circulaban en la web sin soporte material, pero mi recomendación es evitar la navegación zapping y comprarse el libro. Este es uno de los tantos casos en que la sorpresa tiene mucho que ver con el disfrute.


4.
El hit de Felices los ñoños:

viernes, 19 de julio de 2013

Escritos sobre la cocaína (selección), de Sigmund Freud

1.
Aaaah. Qué polémico eh. Bueno, no es polémico. En ese sentido es una decepción. De los nueve textos que contiene, algunos ni hablan de la cocaína: son distintos tipos de textos (ensayos, cartas, artículos, discursos) en los que en algún momento dice la palabra cocaína. El único que realmente justifica el título del libro es el primero, "Über Coca", que es un artículo muy científico para una revista ídem de 1884, en el que habla de los posibles usos medicinales y de otros tipos de la planta de coca y de la cocaína también. Después hay como tres textos que son versiones o agregados al recién mencionado. Y después hay un par de cartas de la época en la que Segismundo usaba cocaína, y un par de textos sobre interpretación de sueños en los que analiza sueños propios, en los cuales o bien aparece mencionada la cocaína, o bien él la trae en su interpretación a partir de un recuerdo. Muy tirado de los pelos para estar incluído en un libro con "escritos sobre la cocaína". Algunos tienen una intro de Anna Freud que justifica la inclusión de los mismos (en las cartas por ejemplo), que más que nada parece todo una operación de Anna para acusar al padre de merquero.

2.
Superada la decepción (-eh, ¿no era como El almuerzo desnudo?-" re tarado el pibe), el libro me resultó interesante. Quizás porque nunca (que yo recuerde) había leído a Freud. En los textos más densos, es más didáctico de lo que esperaba. Y en las cartas observamos la megalomanía del amigo Freud, y también es entretenido eso. Por otro lado, "El sueño de la inyección de Irma" (1895) está muy bueno para conocer el método de interpretación de los sueños de Sigmund, porque es una aplicación muy detallada y explicada del mismo.

3.
De todos modos, es uno de esos libros que sólo me interesan a mí. No lo lean, y serán más felices.

lunes, 15 de julio de 2013

Los pollos no tienen sillas, de Copi

1.
En los primero números de Fierro allá lejos y hace tiempo, solían publicar chistes de Copi, y a mí me parecían fabulosos. Cuál no fue mi sorpresa cuando me enteré de que eran chistes del pasado remoto, y de que Copi no era un dibujante contemporáneo. Después me enteré de quién era Copi, leí una novela que publicó Eloisa Cartonera (La guerra de las mariquitas), dos obras de teatro (Tango-charter y Eva Perón) y un libro de cuentos (Virginia Woolf ataca de nuevo), pero siempre me pregunté por qué no publicaban claramente lo mejor de Copi, sus historietas de la Mujer Sentada. Bueno, por fin lo hicieron, y todo es muy bueno pero sigo pensando que la Mujer Sentada es lo mejor de Copi. Espero que publiquen más.

viernes, 12 de julio de 2013

Danza de dragones, de George R. R. Martin

1.
Meses y meses leyendo al hijo de puta de Jorge Martín. Danza de dragones es el quinto libro de la saga que empieza con Juego de tronos, y está mucho más que a la altura de las circunstancias. Calculo que todos los que leímos hasta acá coincidiremos en que el quinto es mucho mejor que el cuarto, o por lo menos mucho más divertido, pero no mejor que el tres: por ahí le anda, igual. No quiero spoilear nada a nadie así que voy dejando acá. Sólo quiero decir que siento un poquito de alivio de haberlo terminado y de que haya que esperar (probablemente años) para que salga el próximo. En un punto, más de 1000 páginas fue demasiado.

Esta imagen (tomada del fb que ven ahí): muy guena che!


jueves, 11 de julio de 2013

Un día en la vida de Iván Denísovich, de Alexandr Soljenitsin

1.
Cuando me lo compré en España, usado pero como nuevo, en una 1era edición muy bonita de 1970 que dice en la contratapa "obra autorizada por Kruschev", pensé que no lo iba a leer nunca. Pero este año cursé Historia Contemporánea, y decidí que además de la bibliografía obligatoria, voy a aprovechar la preparación del final para leer algunos libros y ver algunas películas que tengo en casa y que si no es con una excusa académica, no voy a ver/leer nunca. Uno es este.

2.
Resumen histórico: En la década del '30, cuando ya había terminado-fusilado-exiliado-encarcelado a la oposición que supo tener en los '20, el camarada Stalin agarró Siberia y la convirtió en el mayor campo de concentración del mundo, donde si un prisionero lograba escapar de alguna manera, igual los miles de kilómetros de estepa rusa funcionaba como reja por sí mismos y los hacían volver o los mataban. Esos eran los gulag. Muchas muchas personas (entiendo que millones -estoy haciendo esta reseña a ojo, para más datos vaya y wikipedie-) fueron enviadas a los gulag por los más variados motivos. Durante la Segunda Guerra Mundial, un motivo para ir al gulag (por traición) era caer prisionero de los alemanes (era una medida para lograr la "lucha hasta el final"). Esa es la causa por la que Iván Denísovich -personaje ficticio- es enviado al gulag. Alexandr Soljentisin -el autor- fue interno de un gulag porque, estando en el frente, envío una carta en la que hacía una crítica al padrecito Stalin. Cuando murió Stalin,
Kruschev profundizó a partir de 1961 en la labor desestalinizadora. No sólo se difundieron con amplitud los crímenes de Stalin, sino que continuó desapareciendo la simbología vinculada a su persona, y se acentuó la lucha contra las situaciones privilegiadas de una nomenklatura encasillada desde los años estalinistas que seguía sirviéndose de su posición en beneficio propio. También el sistema toleró una cierta apertura cultural, cuyo ejemplo más espectacular sería la publicación de Un día en la vida de Iván Denísovich, de Alexander Solzhenitsyn, en Novy Mir -una revista de tirada amplia-, obra en la que la crítica social y política del sistema comunista era muy explícita.
Bueno, eso no fue a ojo. Fue de "La evolución de la Unión Soviética desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días", Ricardo M. Martín de la Guardia. En Historia del mundo actual, Valladolid, blablabla.

3.
En 1970, los liberales de Estocolmo lo convierten en un bastión del liberalismo antisoviético y le dan el Nóbel. Después Soljenitsin escribe una obra onda ladrillo que se llama Archipiélago Gulag, y la nomenkaluta lo expulsa de la URSS. Después se cae la URSS, y Rusia abraza el liberalismo económico y esa versión bastardiada del liberalismo político que también se conoce en otros países, y de paso abraza a Soljenitsin y lo besa en la boca. Murió en 2008.

Soljenitsin con Putin. Qué cara de escritor ruso que tiene.

4.
En el mismo movimiento en que se compara el nazismo con el estalinismo, se suele comprar a Soljenitsin con Primo Levi. La comparación, por supuesto, es posible. Lo que no encuentro posible, si se intenta ser objetivo, es la equiparación. Ni del estalinismo con el nazismo, pero eso lo hablamos otro día, ni de Soljenitsin con Levi, ni de Un día en la vida de Iván Denísovich con Si esto es un hombre o los otros dos libros de la ahora llamada Trilogía de Auschwitz. Vean sino una pavadita como ejemplo de las diferencias: las condiciones de aparición de ambos textos. A lo mejor Archipiélago Gulag es más legítimamente comparable: capaz un día me anime y la lea.

5.
Ahora sí, la novela que nos ocupa. La trama de Un día en la vida... es, ni más ni menos que un "buen" día posible en la vida de un preso de un gulag. Está muy bien escrita, y aunque algunas partes son excesivamente descriptivas, se puede leer considerablemente rápido y sin sufrir traumas. Ah, eso también, no es una novela traumatizante. Calculo que lo lavado de la historia tendrá que ver en parte con una realidad, y en parte con que Soljenitsin pretendiera que la publicasen. Ahí tienen una enorme diferencia con Si esto es un hombre, las secuelas. En fin. Está bien Un día en la vida. Es una buena novela.

jueves, 23 de mayo de 2013

Road Story, de Alberto Fuguet y Gonzalo Martínez

1.
Es una novela gráfica, botín de la Feria del Libro de Buenos Aires. El autor Fuguet me sonaba como cineasta, sabía que era chileno. Después vi que es todo chileno en el libro, hasta la edición (Alfaguara pero impreso en Chile wn): más chileno que los porotos.

2.
Un tipo cuyo matrimonio se terminó deambula por el oeste de los Estados Unidos tras desfalcar la empresa familiar con una depresión a cuestas y ningún contacto personal. Recordará cosas. Conocerá gente.

3.
En un momento hay una boliviana, que dice: "más boliviana que el estaño".

4.
La verdad, está muy bueno el libro. El guión y las elecciones de planos están re bien, es muy cinematográfico todo. Del dibujo hay que decir que las expresiones del rostro, y en particular las del protagonista, me parecieron muy dudosas, pero salvo por eso me gustaron. Hay un cuadrito en el que el cielo tiene textura de papel entelado.


martes, 21 de mayo de 2013

Fusilen a... ¡¡Dorrego!!, de José Massaroli

1.
Sabedores de mi profesión de fe federal, Macha y Guili me regalaron por mi cumpleaños este libro de la editorial La Duendes, de Comodoro Rivadavia. Toda una excentricidad. El regalo ya era genial de por sí porque el libro venía con una divisa punzó. Sí, así es, tengo una divisa punzó. En ella puede leerse: "¡Vivan los federales!!! ¡Mueran los salvajes asquerosos inmundos unitarios! F. ó M.". Así que ya saben a quién acudir en caso de que los aceche La Mazorca.

2.
La publicación original de esta verdadera "novela histórica gráfica" es de 1984: salía por entregas en el diario La Voz. Por lo tanto, es muy anterior a la moda dorreguista repuesta por Cris K. en conversación twitera con el  compañero Chávez, y al libro enseña de esta nueva ola, El loco Dorrego de Hernán Brienza. Lo que no sabemos (probablemente sí, bien vista la oportunidad) es si tal es el caso de la edición del libro, que es de 2011, y tiene prólogo del mencionado historiador. (¿Cuándo fue que Cristina le recomendó públicamente el libro de Brienza a Chávez?). En fin, dejemos la cuestión de lado.

3.
La historieta es muy buena, y eso que no le tenía fe: tardé en leerla. El estilo de dibujo de Massaroli está muy bien, muy de historietista argentino, muy Hora Cero. A primera vista me había parecido un poco estático (tiene MUCHO texto), pero me equivocaba. Algunos cuadros están zarpados, como por ejemplo el de la batalla entre el escuadrón de Olavarría y los indios de Dorrego. Y a nivel guión, tampoco me pareció que fuera estático: desde Resistirse Es Fútil extendemos nuestra felicitación al autor por haber alcanzado un equilibrio entre el buen guión y el cuantioso derroche de información fáctica.

4.
La editorial publicó otro libro del autor, una adaptación de Juan Moreira (que se llama ¡Juan Moreira!, se ve que le gusta exclamar a Massaroli) y que también fue originalmente una tira diaria en La Voz, pero en 1982. Procuraré procurármela.



5.
Para los que se quedaron pensando en La Mazorca: la divisa punzó (y los libros) se consiguen acá.

jueves, 25 de abril de 2013

El hombre que fue viernes, de Juan Forn

1.
No leí El hombre que fue jueves, de Chesterton. Lo tengo, podría leerlo. El título de este libro de Juan Forn, obviamente, remite al de aquel. Forn es el que escribe con notable buen tino las contratapas de los viernes del diario Página/12, y este libro que salió hace dos años reúne una selección de 29 de estos textos de extensión regular, publicados entre 2009 y 2011. Desde una vez que me maravillé por una de estas contratapas (esta), siempre lo leía a Forn. Ahora ya no tanto: es que me parece mucho mejor esperar a que saque otra compilación, para leer de a varias "contratapas" cada vez. Como los seguidores más asiduos de este blog ya saben, la etiqueta que lleva esta reseña está lejos de ser un agravio y habla sólo de formatos: por lo cortos (cuatro carillas) y lo unitarios, este es de los mejores de su categoría. También es un gran libro para leer en la cama antes de dormirse. Es más, en este solemne acto creo la categoría. La diferencia con los de hacer caca no sé cuál es, pero El hombre que fue viernes lo leí en la cama.

2.
Los textos de Forn cuentan casi siempre anécdotas de la biografía de artistas, pintores, escritores, del siglo XX. Hablan mucho del siglo XX, ahora que lo pienso, usando las historias particulares como metonímicos comentarios sobre esa época que ya terminó hace -por lo menos figuradamente- 13 años (oh mi cojiente Dios, en la escuela donde trabajo hay muchos chicos que no vivieron ni un segundo del siglo XX). Mucha URSS, bastante holocausto, bastante guerra civil española. También hay algunos con historias personales del autor, que también me parecen muy lindos. Por ejemplo el ante último, que habla de su madre y su tía, es uno de los más más. Me re gustó el libro. Lo leí prestado y es uno de esos libros que me compraría a pesar de ya haberlo leído. Además la edición es re piola y es del diario mismo.

miércoles, 17 de abril de 2013

La Argentina en pedazos, de Ricardo Piglia

1.
Un día estábamos hablando de El matadero, de Echeverría, y yo confesé que no lo había leído, y que de hecho, creía que era una novela. Entonces Tolca se levanta de la silla y me alcanza del estante el que es, me dijo, su libro favorito. La Argentina en pedazos es un libro que reúne cuentos argentinos violentos, adaptados en historieta por guionistas y dibujantes estrella de ese entonces (hoy ya maestros más que estrellas), precedidos cada uno de los cuentos por un breve ensayo literario de Piglia, de no más de tres carillas cada uno, acerca del autor del cuento original y su literatura. O sea: textos de Piglia sobre Echeverría, Viñas, A. Discépolo, Cortázar, Lugones, Quiroga, Rozenmacher, Borges, Puig, Arlt, seguidos de adaptaciones de cuentos de los mismos por los Breccia, Nine, Trillo, Muñoz, Solano López, Crist, Buscaglia, El Tomi, etc. En blanco y negro. En una librería de Corrientes que vende historietas en saldo (capaz la tienen vista) encontré, nuevo, este libro de última edición a comienzos de los '90s. Lo que se dice, un hallazgo. Y a un precio razonable además. Si yo fuera un inescrupuloso y vil mercader, tendría que haberlo preservado intacto, para venderlo en unos años. Yo ya sabía, por haber visto el ejemplar de Tolca, que la encuadernación era una bosta. Pero nada, la mía es un alma pura y sensible, así que no sólo lo leí sino que además lo presté. Todas las hojas sueltas. TODAS.


Me lo debería comprar de nuevo, y tener dos.

2.
Los ensayos de Piglia están buenísimos. Las adaptaciones también. De los cuentos que leí y de los que no. Además de cuentos hay una adaptación de un tango ("La gayola"), de una obra de teatro (Mustafá), y de un fragmento de novela (el de Arlt es el fragmento del rufián melancólico de Los siete locos). Justo ese es el peor, demasiado arty, no se entiende nada (aunque está muy lindo). Los mejores son de los Breccia. "La gallina degollada", por Alberto B., con guión de Trillo, es fabuloso. Acá una página.

Y el otro es el famosísimo y archi-editado "El matadero" de Echeverría por Enrique B. Acá una página.


3.
Acá lo tienen en línea. Parece que íntegro. Eres buenísima onda Internet. 

Un hombre que duerme, de Georges Perec

1.
Te despertás un día y en vez de ir a dar un examen, no vas. Empezás a evitar a todos tus conocidos, te quedás días encerrado en tu cuarto alquilado de París y no hacés nada. O hacés cosas que son iguales a nada. Te psicotizás. En un momento no aguantás más y te vas al campo, a la casa de tus padres, pero no hablás con ellos. Después volvés a la ciudad. Seguís igual.
Así, todo el libro.

2.
Un hombre que duerme es una novela sobre la depresión, en segunda persona. Está muy bien. La edición conseguible es la de No te tomes tan en serio, que en mi biblioteca está en la sección de los libros chiquitos que te podés llevar en el bolsillo. Yo creo que lo ideal es leerla toda de corrido, el efecto debe ser muy poderoso. Poéticamente, la novela está genial. Yo la leí toda cortada, durante demasiado tiempo, y se disiparon sus efectos. Así que diría que es ideal para un viaje largo en micro, por ejemplo. Igual, no la lean si ya vienen deprimidos. O sí, a lo mejor justamente sí. No sé, ustedes vean.

Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams

1.
Hay algunos libros de ciencia ficción que son clásicos: Yo, robot, por ejemplo. Crónicas marcianas. Ya tu sabes. Y después hay una segunda categoría, algo así como sub-clásicos, o clásicos que sólo lo son si sos lo suficientemente ñoño como para considerarlos tales. Por ejemplo, Starship troopers. O Mundo Anillo. Esos dos son libros que no leí pero que siento que debería haberlos leído. Guía del autoestopista galáctico (The Hitchhiker's Guide to the Galaxy es el título original) formaba parte de mi lista de sub-clásicos por leer, y cuando ví que Dani lo tenía en su mesa de luz me lo llevé y esa es la historia.

2.
Guía del autoestopista galáctico es una novela de ciencia ficción y humor, muy conocida y hasta de culto en los países angloparlantes. No es muy conseguible, nunca lo vi usado (y seguro que hay ediciones de los '80), seguramente por ser "de culto". Pero ahora hay una edición de Anagrama que se consigue nueva. La edición de Anagrama tiene 289 páginas. La novela termina en la 190. Por alguna extrañísima razón, las siguientes 101 páginas son cosas (un epílogo, entrevistas, anexos) que hablan exclusivamente de la película que -después de muchas peripecias, sí- se hizo del libro en 2005. Lo leí todo, y mi opinión es:

3.
La novela es divertidísima. Tiene un notable humor inglés, a lo Monty Python, y también tiene resonancias vonnegutianas. De hecho, diría que el humor tiene hasta más peso que la ciencia ficción, en la mezcla. Si pueden leanla. Yo me maté -qué fuerte- de la risa.

4.
¿Qué onda Anagrama editando así, con una entrevista a cada actor de la película? Me parece rarísimo. Además, es una película de Touchstone y Disney, no es que la hizo Pedro Almodóvar. Debe estar buena igual, qué se yo. La voy a ver. Lo más interesante que tiene como propuesta es que en vez de hacerla toda de compu, contrataron al taller de Jim Henson e hicieron muñecos y marionetas para los monstruos y demaces. Creo que si no fuera por eso, ni la vería. Sin embargo, el lado positivo: el epílogo del amigo de Adams-productor de la película, en el que habla básicamente de lo que es el desarrollo de una superproducción (las idas y venidas de contratos, búsquedas, directores, guionistas, inversores) es muy interesante si, como es mi caso, sos estudiante de cine. No está mal, en ese caso. Lo mismo con la entrevista al guionista, que terminó siendo un tal Kirkpatrick, el guionista de Pollitos en fuga. Pero si no son aficionados a los problemas de la producción cinematográfica, manténganse alejados de las últimas 101 páginas, cierren el libro donde termina la novela y felicítense de hacerlo así.

martes, 9 de abril de 2013

El astillero, de Juan Carlos Onetti

1.
Hay una película, un documental, (¿vieron que hay gente que te pregunta: es una película o un documental?), que se llama Jamás leí a Onetti. Se puede ver entero acá. Obvio que vi el documental sin haber jamás leído a Onetti. El título funciona eh. Bueno, lo leí por eso. La película tiene un acierto, que es el de casi no poner archivo de Onetti hablando, excepto por uno: el del cassette de la entrevista que una periodista le había realizado una vez en un bar de Montevideo. Eso genera buena parte de la intriga. Además, lo ves a Onetti y es un embole bárbaro.

2.
Me está costando horrores escribir esta reseña. Creo que me siento intimidado. La verdad, tengo pocas cosas para decir sobre El astillero: Onetti es el padrino dark del boom latinoamericano (y se los digo con dos palabras en inglés). Onetti es el Borges uruguayo -o Borges es el Onetti argentino-. Hay una anécdota, creo que está en la película, de que Borges y Onetti se encuentran y comparten un taxi o algo así, y no hablan de nada (capaz estoy inventando). El astillero es un libro denso que se lee rápido, lo cual es raro. Pero es denso, eso seguro. Dicen que se parece a Faulkner (yo no lo leí). Larsen, el protagonista, en mi imaginación siempre fue igual a Torrente. La historia existe, aunque es muy rara y tiene muchos baches que hay que sortear para poder seguir el hilo: baches que son referencias a otras historias, anteriores, pero que no sé si están escritas en otros libros o son simplemente cabos sueltos. Voy a volver a leer a Onetti. Hay un libro que se llama Juntacadáveres. El título es espectacular: además, Juntacadáveres es Larsen, y en El astillero nunca te dicen por qué (y re quiero saber). Bueno, ahí está, lo escribí. Que me perdonen los onettistas.

lunes, 8 de abril de 2013

Cuentos orientales, de Marguerite Yourcenar

1.
¡A qué usted también se confunde las Marguerites, y no sabe cuál es cuál! ¡A que sí! No espere más, acá está la respuesta: Yourcenar es la de Memorias de Adriano y Duras la de Hiroshima mon amour. Además, Yorucernar nació diez años antes ue Duras, y empezó a intervenir en el campo cultural veinte años antes que su tocaya. Así que ya está, acuerdensé. Además Duras nació en Vietnam. Se pueden inventar una regla mnemotécnica entre Vietnam e Hiroshima.

2.
Uno que era hincha de Yourcenar es Julio Cortázar. Es el que tradujo Memorias de Adriano (1951), por ejemplo. Ese fue el primer hit de la Yourcenar. Cuentos orientales es anterior, de 1938. Se trata de una colección de cuentos tradicionales de muchos países al este de Francia -desde los Balcanes hasta Japón- versionados o adaptados por la Margarita. El primer cuento es impresionante, y seguramente el más conocido. Se llama "Cómo se salvó Wang-Fô": acá está completo. Es una adaptación libre de un cuento taoísta chino. Todos están buenos igual. Y todos están escritos de manera magistral, onda clase de redacción. La Marga sí que elegía las palabras. Mis otros favoritos fueron "La viuda Afrodisia" (sobre sucesos griegos) y sobre todo "Nuesta Señora de las Golondrinas", cuento basado en nada más que en el nombre de una capilla. Muy lindo libro. Regalable, además. Al que le interese la Marga Y., atención que salieron los Cuentos completos por Alfaguara y la edición es mucho más linda y no debe ser tanto más cara que comprarse sólo los Cuentos orientales.

http://www.letralia.com/204/yourcenar.jpg
La Margarita Y. con su perro lulu.

martes, 2 de abril de 2013

Estupor y temblores, de Amélie Nothomb

1.
Si se fijan, hace poco leí otra novela de Nothomb, Diario de Golondrina. No me voló la peluca, pero sí me dio ganas de seguirla leyendo, así que le pedí a Paco que eligiera de su completa colección de obras de Nothomb el que más le hubiera gustado. El puesto número uno era Antichrista, late (o repe, según la escuela a la que haya ido cada uno). Y el segundo que más le había gustado es éste, Estupor y temblores. Acuerdo con Paco, y Estupor y temblores pasa a estar segundo en el ranking de obras de Nothomb, una de las más capas contemporáneas. Aparentemente, el tercero está entre Metafísica de los tubos, Biografía del hambre y Ácido sulfúrico. Veremos.

2.
Estupor y temblores es la reacción que, según la tradición, se esperaba que tuvieran los súbditos al comparecer ante el emperador del Japón. De ahí el título de Estupor y temblores, la novela autobiográfica (no sabemos hasta qué punto) de Nothomb en la que la escritora belga nacida en Kobe narra su experiencia como empleada de una gran empresa japonesa. Por lo menos en la novela, Nothomb entra a trabajar en el escalafón más bajo del departamento de contabilidad, y desde ahí, desde el escalafón más bajo, comienza a descender, junto con su dignidad.

3.
Es una novela muuuy divertida, y un poquito desesperante, y también es droga y la leés en un rato. Y también sirve para recordar que los japoneses no son todos tan copados y que el racismo es una de sus características, como sociedad, destacadas. Es muy corta, como todas sus novelas. Si la van a leer, eviten la contratapa.