domingo, 28 de abril de 2019

Cuentos en verso para niños perversos, de Roald Dahl

1.
Soy muy fan de Roald, pero no sabía (hasta hoy) que es el creador de los Gremlins. Los de la peli de 1984 están basados ligeramente en los que concibió Dahl, en realidad, que son los protagonistas de un libro infantil de 1943 ambientado en la guerra.

2.
Dahl es como King (Stephen), diversión asegurada. Tengo una fijación por el autor escandinavo-británico: cuando veo un libro suyo en la biblioteca de quien sea tengo el impulso inevitable de pedirlo en préstamo, lo pongo más o menos arriba de todo en la lista de prioridades y me lo como (con los ojos) (figurativamente). Este del que hablaremos en nuestro programa de hoy se llama en realidad Revolting Rhyms, o sea rimas revulsivas, pero no sin tino quien tradujo se lo cambió por este otro título en la misma sintonía, Cuentos en verso para niños perversos. Todo el libro está en verso, y cuando un libro está en verso traducirlo es prácticamente escribirlo de nuevo, así que no sé quién es le traductore porque no me llegué a fijar y ya lo devolví, pero chapeaux. Igual quisiera leerlo en inglés.

3.
Revolting Rhymes reúne versiones dahlescas de cuentos clásicos como Caperucita Roja, Los tres chanchitos, USW, con un giro macabro o chabacano y narrados en rima. Ni más ni menos. Caperucita le pega un tiro en la frente al Lobo, Rizitos de Oro es ajusticiada por los osos por usurpación de morada, Blancanieves y los enanitos se hacen millonarios pidiéndole al espejo que dice la verdad los resultados de las carreras de caballos. 

4.
Todos los libros de Dahl están ilustrados por Quentin Blake. En este video aquí abajito está el cuento de los chanchis, narrado por alguien, y animado con las imágenes de Blake. Viva Roald Dahl. 

miércoles, 24 de abril de 2019

Sobredosis, de Alberto Fuguet

1.
No estaba preparado para un libro tan bueno. Este lo tomé prestado en casa de Shirly Pamela porque no puedo con mi genio y quiero leerlo todo. Vi Fuguet, vi que era un libro viejo y noventoso y supuse que estaría bien y que sería entretenido, pero fue mucho más que eso, fue como leer a Bolaño te diría, un Bolaño también chileno pero cheto y adolescente de los '80s. El ejemplar que leí yo es de 1998, pero el libro es de 1990 y los cinco cuentos son de la segunda mitad de la década anterior, están ambientados en el Chile de los últimos estertores del régimen pinochetista explícito (después vino el implícito), escritos en un slang increíble, chilenísimo y en desuso (el descueve para decir la raja), todos tienen un ritmo trepidante y adictivo -una vez más, droga en la etiqueta de esta reseña corresponde al ritmo de lectura, no al tema del libro, aunque también- y un clima de la San Puta. 

2.
El mejor, lejos, es "Pelando a Rocío". Pelar en chileno es hablar mal de alguien, sacarle el cuero. En primera persona, en una noche de copas en un bar la narradora cuenta con muchos excursus a su interlocutora la historia de Rocío, que era su mejor amiga, poto y calzón, y lo que fue de ella. Aprendí la expresión "te cagái en tres tiempos", mi nueva favorita. 

Todo así, muy en chileno. Medio prohibitivo para quien no cacha nada de chileno.


El cuento lo tiene todo, estilística y contenidísticamente, es tremendo relato enmarcado (y reenmarcado) y no les quiero espoilear nada pero te cagái en tres tiempos. Muy Puig todo. (Y a Puig lo menciona en el cuento siguiente).



3.
El último cuento, el más largo (tiene tres partes), "No hay nadie allá afuera", si bien es interesante y está bueno y todo, no deja de sonarme falso por lo siguiente: Fuguet es gay. O sea, capaz en bi, no es de mi incumbencia, y tampoco manejo su biografía, pero sus pelis (recientemente vi la muy mala y pretenciosa Siempre sí) y su libro No ficción  lo presentan a nosotrxs lxs lectorxs como un escritor gay. Me imagino, supongo, adivino, que no era públicamente gay en los años '80. Y los cuentos, especialmente el último, tienen un contenido gay solapado que en lugar de hacerlos más interesantes por el subtexto, los hace falsos, o por lo menos a este último. Yo, que había leído No ficción, estaba esperando que los viejos amigos reencontrandos en el baño de un aeropuerto de Panamá garcharan, porque era lo más lógico, hay una escena homoerótica (muy buena), que no está ahí por accidente, en la que ambos se secan sendos pares de sobacos con las máquinas secadoras, pensé que me estaba plantando algo ahí el Alberto pero no. Y no les espoileo nada, pero sepan que ni siquiera se hace cargo ni tantito el joven Alberto ochentoso del deseo homosexual de sus protagonistas. Igual el libro está la raja, bacano, chévere, el descueve.  

miércoles, 17 de abril de 2019

Un hombre afortunado, de John Berger

1.
Una cita brillante y aplicable a las clases obreras en general y a los grupos de hombres (varones) de cualquier extracción social:
La dificultad de expresión de los ingleses es objeto de muchos chistes y se suele explicar en términos de puritanismo o de esa timidez que es una característica nacional. Pero esta explicación tiende a ocultar algo más serio. La dificultad de expresión de una gran parte de la clase trabajadora y de la clase media inglesa es el resultado de una privación cultural sistemática. Se les ha privado de los medios para traducir lo que saben a ideas sobre las que puedan pensar. Carecen de ejemplos en los que las palabras clarifican la experiencia. Sus proverbiales tradiciones orales hace tiempo que desaparecieron, y, aunque están alfabetizados en el sentido estricto del término, no han tenido la oportunidad de descubrir la existencia de una herencia cultural escrita.
(...)
La forma de conversación más fácil -con frecuencia la única posible- es aquella relativa a la acción, aquella que describe la actividad desarrollada, ya sea como técnica o como procedimiento. (...) Dichas conversaciones pueden ser vehementes y cálidas y pueden dar lugar a amistades grandes y duraderas. La misma complejidad de los temas parece acercar a los interlocutores. Se diría que éstos se inclinan sobre el tema para examinarlo de cerca, hasta que, así inclinados, sus cabezas se tocan.
2.
Una cita re marxista y bonita:
Se suele creer que el sentido común es práctico. Pero sólo es práctico a corto plazo. El sentido común te dice que es una locura morder la mano que te alimenta. Pero sólo es una locura hasta el momento en que te das cuenta de que podrías estar mucho mejor alimentado. A largo plazo, el sentido común es pasivo, porque está basado en la aceptación de una visión periclitada de lo posible.
"Periclitar": estar en riesgo, en peligro. Decaer o declinar. Cito y googleo para ustedes porque RESISTIRSE ES FÚTIL es un servicio a la comunidad.

3.
No puedo parar de citar:
El sentido común constituye la ideología doméstica de aquellos a quienes se ha privado de unas enseñanzas fundamentales, a aquellos a quienes se ha mantenido en la ignorancia.
(...)
El sentido común es estático. Pertenece a la ideología de quienes son socialmente pasivos, de quienes no llegan a comprender jamás qué o quién ha construido y mantenido la situación en la que se encuentran. 
4.
A Fortunate Man es un libro originalmente publicado en 1966, es decir en otro mundo, en la Inglaterra de los años dorados, antes de la Crisis del Petróleo y el auge del neoliberalismo. John Berger hace un retrato literario y un ensayo de corte marxista-freudiano ligero sobre un médico rural, John Sassall, y su batalla de un hombre solo por mejorar la vida de una comarca atrasada de la campiña inglesa. Al principio del libro nos encontramos lxs lectorxs con una serie de crónicas sobre la labor de Sassall, encuentros con pacientes, diálogos, y con la fotos que sacó el fotógrafo suizo Jean Mohr (si fuera británico tendríamos un tercer John aquí). Todo muy lindo (de verdad). Pero suddenly, a la mitad de lo que parece fuera a ser una novela, el John Berger se pone a analizar, en profundidad, a la persona Sassall, a luz de muchas teorías psicoanalíticas y sociológicas, y se va por las ramas y el libro adquiere una nueva  profundidad que le da otro sentido y otro nivel. Me gustó mucho mucho. Es un gran libro para regalar a cualquiera.

5.
Cómo cambió el mundo de un tiempo a esta parte, eh. La sociedad capitalista de que la habla Berger en el '66 sólo fue de mal en peor. Todxs vamos a morir. Emoji de Sol.

domingo, 7 de abril de 2019

Antología del culo, de Adrián Melo

1.
"Textos de placer anal y orgullo pasivo" es el subtítulo de esta antología de fragmentos de prosa y poesía que se remonta a la Antigua Grecia y llega hasta la literatura argentina pasando por una buena variedad de lugares y fechas, bajo el leit motiv del sexo anal entre hombres. Más allá de algunas decisiones polémicas que procedo a criticar en el punto siguiente, el libro está buenísimo. Tiene como prólogo un ensayo erudito que analiza el lugar que ocupa el culo en las representaciones humanas ("Hay una característica común que enlaza las existencias de los gays con sus culos: en un principio es el insulto") y luego una selección muy bien surtida de autores clásicos y consagrados pero también de otros ignotos y traducidos en España, a muchos de los cuales no conocía, y el formato antología permite leer de corrido pero también de a un pedacito por vez: la pasás bien. Quiero conseguir El vampiro de la Colonia Roma de un mexicano Luis Zapata. También me interesó sobremanera lo que hay de un tal Hervé Guibert. Me hubiera gustado que de los autores dijera la nacionalidad, y también el año de escritura de los textos (en lugar de eso están los años de nacimiento y muerte y de edición de los libros en castellano, que no necesariamente son los años de escritura).

2.
Decisiones polémicas. Primera: en el ensayo erudito, que es erudito por registro y por citas de autor, al final hay un apartado en el que el autor (Melo) se pone romántico y recuerda a un ex. Innecesariamente autorreferencial, pero no me molestó. Sí me pareció más polémica, segundo, la decisión de incluir como anteúltimos textos de la antología dos de producción del propio autor, uno de los cuales no incluye sexo anal (rompiendo la decisión de la antología) y en el caso del otro, un cuento que aparece completo y que calca o plagia frases completas de un texto que aparece en la antología sólo algunas páginas antes (el de un tal Colm Toíbín). Yo venía leyendo de corrido y las copias se me hicieron evidentes. Todo bien con copiar pero que no se note tanto. Tercera decisión polémica, supongo que de la editorial: la foto gigante y pixelada del compilador en la última página del libro (la contra-contratapa, no sé cómo se llama). Nada grave, pero me hace ruido.

Prisión perpetua, de Ricardo Piglia

1.
Dos son las novelas cortas que componen este libro: Prisión perpetua, y Encuentro en Saint-Nazaire. Las dos a su vez están conformadas por muchos micro relatos que se cruzan y confunden. Ha de haber fanas de Piglia que leen a Piglia con la atención que requiere. Yo lo disfruté mucho pero creo que nunca podré contarle a alguien "de qué se tratan" estas dos/varias/múltiples historias.

2.
Hay evidentemente un mundo de escritores argentinos interrelacionados entre sí, no sé cúal sería la genealogía pero arriesgo que viniendo del inefable y nunca Nobelizado J. L. Borges pasamos por Piglia para llegar a por ejemplo el Fresán de La velocidad de las cosas, y más acá en el tiempo la señora Pola Oloixarac. Seguro que todes ustedes ya lo sabían a esto pero yo no lo tengo tan leído a Piglia, sólo había incursionado en Plata quemada pero está buenísimo pero es otra cosa, no es borgeano (en todo caso walsheano).

sábado, 16 de marzo de 2019

Aparecida, de Marta Dillon

1.
Este está buenísimo. No todo el tiempo, por momentos es denso y muy autorreferencial, pero tiene momentos muy brillantes. En especial me gustó el capítulo en el que describe una y otra vez el rollo de Súper 8. 

2.
A la novela la leí en dos partes porque era muy deprimente para una lectura playera (no sé cómo no lo imaginé). Está muy bien escrito y por momentos logra un ritmo de escritura/lectura vertiginoso medio droga muy literario y magistral.

3.
Marta Dillon es una periodista, hija de la abogada desaparecida Marta Taboada, y la novela empieza cuando a la Dillon se le informa que después de 35 años aparecieron (fueron identificados) los huesos (los restos óseos) de su madre muerta. La novela va y vuelve del presente de la narración (los huesos y el duelo y qué hacer con los huesos, pero también el próximo matrimonio "igualitario" de Dillon con su entonces mujer Albertina Carri, y la maternidad de su bebé Furio) al pasado de la infancia como hija en los ochenta, la incertidumbre, la negación, la adolescencia, la búsqueda. Súper autobiográfica, se me hizo un poco pesada la referencia a las amigas con nombre de pila, pero me gustaron mucho los momentos de reflexión, la poesía, el presente continuo como cuando Dillon se despierta en el suelo y entre perras después de una borrachera. Es una gran novela, en fin.

Desayuno en Tiffany's, de Truman Capote

1.
Para ser un clásico, bastante decepcionante. El personaje de ella es muy efectivo y cautivador, pero más allá de eso el cuento/novela breve que da título al tomo no tiene mucha gracia. El clímax es esperable desde muy temprano, hay una supuesta sorpresa que no funcionó conmigo, así que nada, check. Lo más interesante, aunque un poco indignante, es Truman ocultando su homosexualidad en el supuesto enamoramiento del narrador protagonista por la estrella del cuento Holly W. También hay momentos puntuales muy divertidos como cuando habla de las lesbianas o cuando aparece el personaje brasileño. Y la pasé bien y todo. Seguro qué hay extensos tratados sobre este cuento y me pregunto qué dirán. También quiero ver la peli: todo el cuento parece concebido para ser peli de Hollywood de los '50.

2.
Era racista Truman, no sabía. De hecho ni idea cuál era su postura política. ¿Sería facho? No es imposible.

3.
El tomo se completa con tres cuentos más. Ninguno es oh qué maravilla pero se dejan leer. "La casa de las flores" se llama igual que la serie de Netflix que no vi y se trata de una prostituta en Port au Prince que se enamora de un machirulo (y se queda con él). "Una guitarra de diamantes" se trata de dos presos, uno de 18 y otro de 50, que "eran como unos amantes", "excepto que no unían sus cuerpos ni pensaban en hacerlo, aunque tales cosas no eran desconocidas en la granja": dale, Truman, cobarde. Y hay uno más, que es más lindo, que se llama "Recuerdo navideño" y se trata de dos amigues: un niño de 7 años y una mujer de sesenta y pico con un retraso madurativo o algo así. Ese me gustó, la verdad. Tiene gracia y está escrito muy lindo. Igual nada del otro mundo tampoco. Un libro más que leo de Club Bruguera, eso solo ya me hace feliz.

miércoles, 13 de marzo de 2019

La inocencia, de Marina Yuszczuk

1.
Me enamoré de este libro, un montón. Tendría que haber traído más libros como este a estas vacaciones, me dio todo lo que necesitaba. No lo pude dejar de leer, hubiera querido que fuera mucho más largo. Por qué estoy haciendo todas oraciones divididas por una coma, no sé. 

2.
Marina Y. escribe una novela autobiográfica, habla de su infancia, su juventud, y su vínculo en ese tiempo con "la religión", una secta que mi ignorancia me impide saber si se trata de los Testigos de Jehová, o los Adventistas o de cuál, pero una de esas religiones cristianas protestantes con estrictísimas normas de pertenencia y una fuerte separación entre los propios y los ajenos. Marina escribe de memoria, sin constatar los hechos, porque es ella la que escribe y lo que importa es lo que ella recuerda, o inventa, o quiere contar. El presente de la enunciación aparece y reaparece. En un momento Marina dice: "es espantoso quemar la propia vida en una novela, me está dando muchísima pena, así que a partir de ahora voy a empezar a inventar todo". En otro momento dice: "Estoy cansada de escribir este libro y me falta muchísimo". Adorei.

3.
La novela tiene una libertad formal espectacular, se interrumpe por otros relatos que también son hermosos, que tienen que ver y no a la vez, y que me hicieron acordar al libro de cuentos que leí de Gabriela Bejerman.

4.
También me acordé de César Aira mientras leía, casi traigo una novela de ese sujeto infalible y al final no lo hice, y La inocencia cumplió en mis vacaciones con el rol que hubiera esperado de una novela de Aira. 

5.
Está todo bien con este libro. Léanlo. Es de la editorial rosarina muy bonita Ivan Rosado.

martes, 5 de marzo de 2019

Stoner, de John Williams

1.
Es, efectivamente, como dicen las frases hiperbólicas de periodistas en tapa contratapa portada y solapas, una obra maestra. La novela inventa la biografía de William Stoner, un yanqui que nace a fin del siglo XIX en una granja, y que muere unos años después de la Segunda Guerra Mundial, en un hospital, sin épica. Toda la novela carece de épica, en un sentido buscado: a Stoner no le pasan muchas cosas, más bien le pasan pocas y puntuales, y el experimento de John Williams (el escritor norteamericano con el nombre más genérico del mundo) parece ser lograr la totalidad que siempre buscan los yanquis -la gran novela americana- recortada en un tipo a quien las cosas le pasan por adentro. El resumen es simple: Stoner es el hijo único de una pareja de toscos granjeros -a quienes no puedo evitar imaginarme cómo los del famoso cuadro del gótico estadounidense- que a los 18 migra a la vecina ciudad de Columbia para asistir a la novedosa carrera de agronomía. Nevertheless (nunca menos), algo le ocurre: conoce la literatura. Desde entonces dedica su vida a la literatura, dentro de la universidad. Hace una modesta carrera como profesor, escribe un libro, da clases. En un momento se enamora, se casa, el matrimonio va mal, tiene una hija. Se hace dos amigos, uno muere. Se hace un enemigo en la universidad. Les estoy espoileando todo, pero en realidad no importa. Lo grosso de esta novela droga es que, sin espamentos, cada episodio en la vida anodina de William Stoner se vuelve para los lectores de alto impacto, lleno de suspenso. Eso se logra por dos métodos, me parece, o dos recursos: la empatía total con Stoner, y un manejo magistral -creo que ahí está lo que vuelve a la novela una obra maestra- del ritmo de la narración. Pasan años, pero a veces pasan días y a veces minutos. Debía ser amante de los capos rusos tipo el más capo Fédor Dostóievski este John Williams. También debía ser amante, o envidioso, capaz no le gustaba pero usa recursos parecidos y es de la misma época y país, de mi amigo premio novel capo total este de Las uvas de la ira que no recuerdo ahora como se llama. Y ahora sí recuerdo, se llama John Steinbeck. Bueno, eso. La novela es re droga y es muy linda, el final es genial y no tengo nada más que decir sobre esto.

2.
Ah, sí, una cosa más para contar: esta novela es un rescate, como sucedió con por ejemplo La conspiración de los idiotas, una novela publicada sin éxito en su momento, republicada ahora setenta años después y convertida en un best seller.

lunes, 25 de febrero de 2019

Acontecimiento, de Slavoj Zizek

1.
Me fui de viaje y me llevé un libro muy corto, entonces tuve que tomar prestado el de mi amiga Micaela que para mi gran beneficio es una ñoña y había llevado este bello tomo de Sexto Piso escrito por el gran personaje contemporáneo Slavoj Zizek, de quien nunca había leído una nada y a quién no me hubiera animado en condiciones de elegir. Qué difícil es leer filosofía che.



2.
¿Qué es un acontecimiento? Es algo que "no sólo reconfigura el presente y habilita un futuro impensable sin él, sino que redimensiona y articula el pasado que lo precede para que este pasado pueda abrazarlo, encajarlo, explicarlo". Es el amor. Es la revolución. Zizek recorre en sucesivos capítulos la idea del Acontecimiento desde distintos ángulos: el individual, el cristiano, el budista, el de la filosofía occidental (Platón, Descartes, Hegel), el del psicoanálisis lacaniano, y por supuesto el político. Y para explicar, recurre a ejemplos de la cultura popular, mucho cine (grosso el análisis de Melancolía de Lars von Trier), un poco de historia contemporánea, y hasta el ya olvidado Gangnam Style. Me lo pasé muy bien, and so on and so on.

3.
Un video más porque le amo. Es un docu sobre Zizek que empieza en Buenos Aires, con el tipo en Puán. Tan rarísimo. Chau.




jueves, 21 de febrero de 2019

Notas al pie, de Nacha Wollenweider

1.
Una de las novelas gráficas más comentadas de 2018, el libro de Nacha Wollenweider es un contundente tomo de 212 páginas, con un formato a razón de dos cuadros por carilla, cada uno con una línea a modo de epígrafe (o nota al pie) que excepcionalmente es intervenido por otro formato de a varios cuadros y globos de diálogo por carilla, como en una historieta tradicional. Mi amiga negra chaqueña judía y lesbiana, que entró al mundo de las novelas gráficas desde que vive conmigo, está fascinada con el carácter cinematográfico de las mismas, que sin dudas lo tiene. A ella le gustó mucho este libro, al que se refiere como "el de las lesbianas". En la comparación con el cine, el formato sería el de una película testimonial (y familiar), con una voz en off que comenta imágenes diversas, interrumpido por momentos por escenas con diálogo, las de la pareja de chicas que viajan en tren y analizan las diferencias entre Alemania y Argentina. A mí el libro me gustó pero también me dejó gusto a poco: ideas dispersas, falta de unidad temática. Igual está lindo.


martes, 12 de febrero de 2019

Espuma, de María Luque

1.
Galería Editorial, la mejor editorial del mundo, edita por vez primera a la amiga María Luque y no como historietista sino como... ¿escritora? Yo diría que como escritora. Espuma es, según su descripción, "un libro que no nació como tal: a lo largo de dos años, María llenó tres cuadernos de notas y anécdotas, fragmentos de lo cotidiano que en sus manos se transformaron en un pequeño texto dibujado. También inventó un método intuitivo para agrupar las notas en categorías según las cosas que más le importan: los bares, el espacio, el color, los sueños, las coincidencias". Las notas de Espuma están manuscritas, y acompañadas de un dibujo como vemos aquí abajo. Y la encuadernación es superhermosa, con una suerte de cinta gaffer en el lomo.


2.
Les dejo una cita y me voy:
El maní es una legumbre, no lo puedo creer.

jueves, 7 de febrero de 2019

Positivo: crónicas con VIH, de Pablo Pérez

1.
Vengo muy al día con Pablo Pérez. Además, parece que vengo leyendo un libro suyo por año. Este, que salió en 2018 por la editorial De Parado (la editorial más puto), reúne las columnas que publicó en el Soy de Página/12 (primer suplemento sobre diversidad sexual con salida semanal en un diario de tirada nacional do mundo) entre 2010 y 2013, bajo el título "Soy positivo". Son textos de dos, máximo tres carillas. Los primeros tienen forma de cuentos, y de cuentos erótico además, en los que alguno de los personajes vive con VIH: parejas leather, heteromaracos, muchas pijas and staff. Se ve que al poco tiempo cambió el perfil de la columna, y se vuelve un poco más informativa y médica. Aprendí bocha (bocha) de cosas que no sabía y que seguramente no están suficientemente difundidas. Por ejemplo, ¿sabía usted que existe algo llamado re-transmisión, por lo cual también dos personas con VIH deberían cuidarse para tener sexo entre ellxs? Yo no sabía.

2.
Otra cosa interesante pero de las que me interesan a mí es el factor archivo del libro. Varios de los textos hablan de los riesgos de que el Estado interrumpa la entrega de medicamentos para pacientes con VIH-SIDA, pero son de 2010-2013, es decir de la época de Cristina. Las cosas que alarman a Pablo Pérez y a sus lectorxs en esa época son moco de pavo con respecto a las que pasan hoy en día con el asunto. Macri gato.

lunes, 21 de enero de 2019

Memoria de un niño, de Jorge Amado

1.
Es un librito muy chiquitito de esos de Alianza Cien que se consiguen por dos mangos en las librerías de la calle Corrientes. En este caso, unas páginas bastante magras del bahiano Jorge Amado, ese muchacho nacido en 1912 y muerto en 2001 que supo rozar el boom latinoamericano y del que no había leído libro alguno en los últimos diez años, pero de quien supe leer en mis años mozos Tereza Batista cansada de guerra (que estaba buenísimo aunque no me acuerdo nada) y La muerte y la muerte de Quincas Berro Dagua (que ídem). Este tiene jagunços, caboclos, hacendados, prostitutas, milagros, lo de siempre. También tiene algunas reflexiones de Amado muy en el orden de las ideologías son malas, Chaplin es bueno. Nada más.

martes, 15 de enero de 2019

Un hombre enamorado o Mi lucha: 2, de Karl Ove Knausgård

1.
Mi lucha es una saga de libros autobiográficos sobre nada, o sobre la vida cotidiana de un escritor de casi cuarenta años de mediano reconocimiento (por lo menos hasta este tomo segundo), que se enamora, se pelea, tiene momentos depresivos, tiene hijas e hijos, parientes que envejecen, anhelos, nada fuera de lo normal. Es el cotidiano (el cotidiano nórdico) llenándo páginas y páginas. Pero detrás de lo inane, se esconde lo sublime. Porque Mi lucha es súper romántico (en el sentido decimonónico, allà Maeterlinck).
     No podíamos apropiarnos de eso. Podíamos creer que nuestro mundo lo incluía todo, podíamos dedicarnos a nuestras cosas aquí abajo, a la orilla del mar, a dar paseos en nuestros coches, a llamarnos y a visitarnos los unos a los otros, a comer y a beber, a quedarnos sentados dentro, dejándonos llenar de los rostros, opiniones y destinos de los que aparecían en la pantalla de la televisión, en esa simbiosis medio artificial y extraña en la que vivíamos, y quedarnos cada vez más adormecidos, año tras año, en la idea de que eso era todo lo que había, pero si levantábamos la mirada y contemplábamos todo esto, el único pensamiento posible era el de no usurpación e impotencia. ¿No era pequeño y mezquino aquello en lo que nos habíamos adormecido? Pues sí, los dramas que veíamos eran grandiosos, las imágenes que absorbíamos sublimes y de vez en cuando incluso apocalípticas, pero hablando en serio, ¿qué papel desempeñábamos nosotros en eso?
     Ninguno.
     Pero las estrellas brillan sobre nuestras cabezas, el sol arde. La hierba crece y la tierra, bueno, la tierra se traga todo lo que es vida y borra todas las huellas, vomita luego nueva vida en una cascada de miembros y ojos, hojas y uñas, pajas y colas, mejillas, pieles, corteza e intestinos, que se vuelve a tragar. Y lo que nunca llegamos a entender del todo, o no queremos entender, es que todo esto ocurre fuera de nosotros, que nosotros no formamos parte de ello, que no somos más que lo que crece y muere ciegamente, igual que son ciegas las olas del mar.
(p. 478)

2.
Mientas que el tomo primero (La muerte del padre) empezaba en el presente de la narración para después hacer un gran flashback a la infancia, y primera adultez del Karl Ove, este segundo tomo empieza en el mismo presente de la narración del que se había alejado en el primer libro: Karl Ove con casi 40 años, dos hijas y un hijo, casado con Linda, habitando Malmö, no muy satisfecho de la vida. De ahí hace un pequeño o mediano flashback al comienzo de la relación con Linda (a quien conoce cuando abandona a su ex mujer y su vida en Noruega y se lanza a lo desconocido en Estocolmo, Suecia) y remonta todo el curso de su tortuoso vínculo con ella, pasando por el subeybaja emocional de las depresiones de ambos, el nacimiento de su primera hija (clímax absoluto del libro aunque esté antes de la mitad de la novela) y luego de los dos vástagos subsiguientes, hasta terminar donde comenzó, haciendo una suerte de estructura sandwich, al final de la cual los azorados lectores, tras 1200 páginas de la anodina vida del güero escritor noruego, llegamos por fin al punto de su biografía en que comienza a escribir el propio libro que estamos leyendo (o en realidad el tomo 1), logrando el uroboros literario y lanzándonos a la búsqueda del tercer tomo, que se denomina La isla de la infancia.

3.
Un par de cosas interesantes sobre este libro. Primero: nunca más confundiré Noruega con Suecia. Ahora sé la diferencia: Noruega es croto, Suecia es cheto. Segundo: a la mitad del libro pasa algo fenomenal. Karl Ove está aburrido, se mete en Google Earth, viaja por la internet hasta Comodoro Rivadavia (!) y después a Buenos Aires donde sobrevuela La Boca. Impresionante esa irrupción del noruego en mi propio mapa de la nada. Otras inserciones argentinas en la novela: en un momento habla de Borges, Cortázar y Calvino (como parte del mismo universo literario). En otro usa la camiseta de la selección. Creo que Argentina es el país "otro" más mencionado por Karl Ove. Debe ser lo que en su imaginario es el exotismo anhelado, el kibbutz del deseo.

sábado, 12 de enero de 2019

Casa transparente, de María Luque

1.
Casa transparente es un nombre hermoso, de un libro hermoso con el que la María Luque ganó el I Premio Novela Gráfica Ciudades Iberoamericanas, otorgado por un jurado internacional en Madrid. La María real nos cuenta seis historias en cinco ciudades (Buenos Aires, Rosario, Bariloche, Cusco, México) cruzadas por la situación de la casa ajena, del lugar ajeno que se vuelve casa por un rato. "El hotel no es tu casa" le dice una amiga mexicana. "Esta semana vivo ahí", retruca Luque. Los dibujos son hermosos y la sensibilidad que maneja María me deja siempre, no sé cómo decirlo, acongojado pero de lo lulu. Además en uno de los capítulos aparece Ioni.


miércoles, 2 de enero de 2019

La Villa, de César Aira

1.
Una de las mejores novelas que leí de Aira, y van muchas. Es espectacular, un 10, qué digo, un 11. Qué tipo capo, la yuta madre. Esta es de 1998, muy pariente de La guerra de los gimnasios (cuando hice la reseña de La guerra de los gimnasios Aira me caía mal, yo aún no había entendido nada), y comienza con un joven patovica de clase media y del barrio de Flores, Maxi, que por aburrimiento ayuda a las familias de cartoneros que ve por la calle a llevar sus enormes carros hasta la villa. Maxi es una especie de ángel bobo con superfuerza, y en algunos casos lleva en andas el carro con toda la familia de cartoneros encima. Y la villa no es una villa común. La villa tiene un centro secreto, místico. The plot thickens, como suele suceder. Nada de lo que cuente puede explicar la trama de esta novela, ni tendría sentido que lo hiciera, y mucho menos dar cuenta de lo magistral de su prosa. Así que para qué lo voy a intentar. Chau.

martes, 20 de noviembre de 2018

Vida de Quinquela Martín, de Andrés Muñoz

1.
Anduve investigando a Quinquela Martín para un simpático programa de televisión que ahora está próximo a terminar de post producirse (realizado por NUDO Colectivo Audiovisual, persigan nos en las redes para más noticias) (me encanta porque me creo que este es un foro de actualidad y no el archivo de mis lecturas en el que bucearé cuando sea viejo, si sigo vivo, si sigue viva la Internet, si sigue vivo Blogger y si sigue vivo Google, B''H). Primero leí esta cronología y biografía de reciente publicación, y me mandé tremenda reseña, este no va a ser el caso así que vayan para allá.

2.
Y después, o mientras tanto, leí este otro libro, la autobiografía novelada que Quinquela aceptó escribiera en su nombre el periodista Andrés Muñoz en 1948, en la que el pintor habla en primera persona (es loco eso, pero parte de una justificación en un prólogo que sí firma Quinquela: "me animé a contar en sucesivas conversaciones lo que buenamente fui recordando; pero a condición de que fuera otro quien asumiera la responsabilidad de dar forma escrita a mis recuerdos, ya que obligarme a escribir a mí sería como si yo pretendiera obligarles a pintar a ellos"). Le quedaban unos veinte años de vida al pintor de La Boca que había nacido en 1890, pero es como si los hechos se terminaran para esta época. Lo que le quedó por hacer desde entonces y hasta su muerte en 1977 fue visitar provincias argentinas, fundar alguna cosa más, juntarse a comer fideos con sus numerosos amigos varones y sus escasas amigas mujeres, recibir premios a la trayectoria, casarse con la secretaria y morir. Así que la novela va desde su nacimiento hasta sus años de filántropo a orillas del Riachuelo, con un énfasis en su infancia y juventud pre-fama y en sus viajes de exitoso y meritocrático argentino en el exterior en sus numerosos viajes de los '20. Necesito un buen presupuesto y te hago alta peli con esos años de Quinquela. Pero tiene que ser algo así medio Gran Hotel Budapest.

3.
Mi edición es de 1966 (es una versión abreviada de la publicación original, que se había titulado Vida novelesca de Quinquela Martín) y viene firmada por el propio Quinquela en ese año de 1966 en el que tenía 76 años si mis cálculos no me fallan. La rúbrica del maestro no debe ser algo muy difícil de encontrar, porque el libro lo compré por módicos pesos en mediocre librería de usados a través de usuraria plataforma web. 

¿A Carlos Tesieri no le importó nada que se lo hubiera dedicado Quinquela, o fueron sus hijos que no tuvieron corazón?


4.

Hay muchas citas buenas en la novela, que de hecho está bastante bien escrita y reviste no poco interés, aunque le puede quedar un poco alejada a quien no dimensione el peso de quien probablemente haya sido el pintor más importante social y políticamente de la Argentina (no digo artísticamente porque ahí hay debate para rato y no creo que lo haya sido). Importante políticamente no por sus posturas políticas, como lo podría ser un Carpani o alguno así (o Luis Felipe Noé, o etc.), sino de hecho haciéndose el apolítico y siendo un poquito facho. Lo dejo acá porque da para largo, pero yo a Quinquela lo quiero aunque sea facho, mirá lo que te digo.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Historieta LGBTI, de la Editorial Municipal de Rosario

1.
Tercera antología de cómics que publica la Editorial Municipal de Rosario, después de las muy redituables (para lxs lectorxs digo: precio/calidad/cantidad) Informe y El volcán. Las otras dos habían sido editadas por José Sainz, y esta no, esta viene firmada por la Dirección de Diversidad Sexual de Rosario. Los diez cómic que componen el libro ganaron un concurso nacional y fueron seleccionados por un jurado integrado por Mariela Acevedo, el rosarino Max Cachimba y el periodista-crítico-figura pública Diego Trerotola, y lxs autorxs son casi todes argentines (menos, que yo sepa, La Watson, que es colombiana pero vive acá). 

2.
No sé si había orden de mérito, pero el que más me gustó fue el primero. Gana puntos por todo: guión, dibujo, cinematografía. Vieron que la historieta es muy parecida al cine: básicamente un storyboard es una historieta sin globitos. Y lo que emparenta las dos artes es la idea de encuadre. En esta historieta (la primera, "Fabulosa el Dorado", de Sukermercado, alias de Paula Suko), el encuadre lo es todo, y en especial en el gran final. La pueden leer entera, acá.




martes, 30 de octubre de 2018

Un millón de bandas malas, de Lucía Brutta

1.
Para empezar, Brutta es chaqueña, y yo soy chaqueñófilo (y chaqueño honorario). La leí en la antología Informe: historieta argentina del siglo XXI (el cómic que aparece ahí es el capítulo "Las fisu", de este libro) y además de encantarme lo que vi, me encantó que fuera chaqueña. No conozco otros historietistas con ese origen. Sí músicos (bocha), artistas visuales (Milo Lockechi), escritores (Giardinelli, Busqued) y cineastas (Sonia Loba Bertotti) pero historietistas, la primera vez. Leí primero los capítulos unitarios que forman Un millón de bandas malas en el tumblr homónimo, pero luego me enteré que salían en formato físico y se lo regalamos de cumpleaños a la Loba.

2.
Como dice la autora, Un millón de bandas malas no es sobre las bandas sino sobre lo que pasa cuando vas a ver un millón de bandas malas. Hay punkies, fisuras, drogas duras y blandas, pogo, cerveza caliente en vasos de plástico, bondi. Está buenísima, lástima lo breve. Le ponemos muchos aleschonfelds.