jueves, 20 de junio de 2024

Linterna mágica, de Ingmar Bergman

 1.

La pasé bárbaro con este libro errático, detallista y un poco (a veces) aburrido. Bergman eligió un montaje paralelo para sus memorias: pasa de hablar de su nacimiento en 1918 (el mismo día que yo, aguante yo), de su padre pastor protestante y su madre reticente al cariño, a la puesta de Strindberg que está haciendo en 1986, ya retirado del cine post Fanny och Alexander. De ahí salta a su infancia y el descubrimiento de la imagen en movimiento (vía linterna mágica, increíble capítulo), después salta a 1955, vuelve a la pubertad y todo así, espasmódico. A veces se pone chismográfico (hay un capítulo en particular donde cuenta sus encuentros con Chaplin, Garbo, Olivier, otros) pero no es lo que más hace. Lo que más hace es hablar de su vida en el teatro, que evidentemente ocupó mucho más tiempo y espacio en su existencia que el cine. Como al comienzo lo quería leer para preparar una clase sobre Persona me saltié un par de partes sobre teatro, pero antes de terminar de leerlo volví para atrás para no perderme nada. Me re enganché.

2.

Hay un capítulo tremendo sobre su visita adolescente a la Alemania nazi (tremendo mal). Un Ingmar de 16 años viaja a un pueblo en Alemania en un plan de intercambio estudiantil, y para en la casa de una familia alemana (también de un pastor) que es, por supuesto, nazi. Corre el año 1934 o 35. Justo justo uno de los días que Ingmar pasa en Alemania, se celebra un desfile nazi en una ciudad cercana (ni más ni menos que en Weimar) con la presencia de Adolf Hitler. Cuestión: Bergman vio a Hitler en persona, bastante de cerca, dar un discurso frente a miles de personas en estado de éxtasis religioso. "Yo no había visto jamás nada parecido a este estallido de fuerza incontenible. Grité como todos, alcé la mano como todos, rugí como todos, amé como todos". El día de su cumpleaños lo pasa estando allá y la familia alemana le regala una foto de Hitler. Obviamente, alcanza con ver El huevo de la serpiente para saber qué pensó el Ingmar adulto de todo eso, pero es zarpada la confesión de fascinación adolescente que hace el hombre cincuenta años después de los hechos, y cómo está escrito... Bueno, todo el libro, qué bien escrito. (Y traducido, supongo). 

3.

Ingmar es alto forro y me gusta que no se preocupe demasiado de pintarse con mejores colores. Tuvo muchos hijos, que probablemente lo odien, más abandónico no se consigue. Encima va tirando el datito de cuando nace uno u otra, pero nunca los menciona con nombre, ni los vuelve a mencionar después de nacidos. Cancelado Ingmar.

4.

Hay un capítulo muy divertido sobre su enfrentamiento con la AFIP de allá. Incluye un exilio y a Barbra Streisand.

sábado, 15 de junio de 2024

El hombre nuevo y Pretty Baby de Ralf König

 1.

En 1987 el Quino de los trolos alemanes occidentales publicó las dos novelas gráficas que nos ocupan, Der bewegte Mann (cuya traducción literal sería "El hombre en movimiento", traducido en España como "El hombre nuevo" supongo que como chiste guevarista, y en inglés como "Maybe...Maybe not" para los yanquis y "The Most Desired Man" para los ingleses). En 1988 publicó su secuela, Pretty Baby (en inglés, en el original y en todas sus traducciones). Resulta que son de los títulos más conocidos de este capo máximo, porque fueron llevadas a LA GRAN PANTALLA como una sola película en el año 1994, con actores de carne y hueso, bajo el título original de Der bewegte Mann (con todas sus traducciones antes mencionadas; en castellano igual la película se llama El hombre deseado). Cuestión que la película suprascripta es la más taquillera de la historia alemana. Qué me contursi. Yo la vi con Gonza en el Club de Osos de Buenos Aires y fue un planazo.

2.

Sinopsis: El paki Axel simula un intento de suicidio, para llamar la atención de su novia Doro, que lo quiere dejar. La marica Waltrud asiste como invitado especial a un grupo de varones "antipatriarcales" que, diríamos hoy, se quieren deconstruir, y en esa casa conoce a Axel, que está durmiendo en el sillón, y que es un chongazo. Sin embargo, hasta acá no nombramos el protagonista, Norbert, amigo de Waltrud y eventualmente de Axel... pero no les cuento nada más. Eso es sólo el punto de partida de El hombre nuevo. De la secuela sólo decirles que la leí primero, sin saber que era secuela de otro libro, y me funcionó igual.

3.

Ambas historietas tocan todas las teclas de las grandes obras de König: te reís, te calentás, empatizás y tomás partido. Es un capo del guión König, insisto en que no es uno de los historietistas más famosos de la industria nomás porque es de nicho.

4.

A todo esto, la adaptación a cine está muy bien. Obvio que está mejor la historieta, pero está muy bien. Le falta sexo, claro. 

jueves, 6 de junio de 2024

El corazón de un perro, de Laurie Anderson

 1.

Tremendo libro de ¿poesía? que se lee en un día y cuya muy linda edición PARAGUAYA (¡de Ciudad del Este!) es además bilingüe (en inglés original y castellano trucho), lo que es una suerte porque a mí gusto la traducción está bastante mal hecha, con perdón del traductor. (Es el riesgo de hacer una edición bilingüe, ¿no? que te juzguen la labor traductora).

2.

Laurie Anderson (música, performer, escritora y cineasta neoyorquina viva) habla en El corazón de un perro de: 

- Su perra rat terrier Lolabelle.

- Su madre.

- El Nine Eleven.

- La sociedad vigilada.

- Su infancia.

- El Libro Tibetano de la Vida y la Muerte.

- La muerte.

Es en general muy conmovedor. También en algún momento es gracioso. Y una parte, la del hospital en su infancia, cuando se rompió la espalda en un accidente y debió permanecer internada mucho tiempo, conviviendo con niños quemados y agonizantes, es de terror.

3.

Hay una película, también de Laurie Anderson, que es una versión audiovisual de este mismo libro, aunque no sé qué fue primero y qué después. Me imagino que el libro fue primero. La película también es muy hermosa y conmovedora, pero creo que el libro me impactó más. Si mal no recuerdo, en la película (que le produjo HBO) también se habla de la muerte de Lou Reed, marido de la Anderson, que en el libro no aparece.

4.

Me lo regaló Florencia Noemí, a quien le mando un besito.

miércoles, 5 de junio de 2024

El resplandor, de Stephen King

 1.

Lo primero que tengo para decir sobre este libro es que se lo compré a una persona en situación de calle. En Corrientes casi Yatay hicieron un edificio monstruoso y repugnante, que probablemente esté habitado por las mismas fuerzas inmemoriales que ocupaban el Hotel Overlook, pero hace un año o dos estaba en obra y en la vereda del mismo se había instalado un pibe de mi edad (o sea un señor) que además de dormir ahí había hecho una suerte de altar a la Virgen, con cajones de frutas y una estampita, adornado con algunas flores de plástico y objetos rándom, como por ejemplo este ejemplar de El resplandor de Stephen King. Lo cierto es que me confundí y pensé que el libro estaba en exposición para su venta, pero cuando le pregunté al señor este me dijo que no, que era parte del altar. ¿Me lo vendés?, le pregunté no obstante, a lo que me respondió que sí, "yo ya lo leí". Fin de la historia de origen.

2.

Todavía no volví a ver la película -seguramente la última y única vez que la vi haya sido en mi adolescencia- pero de todos modos voy a decir que el libro pierde gracia porque uno ya sabe lo que va a pasar. Hay diferencias grandes en cuanto a cómo pasan las cosas, tanto al comienzo como al final (no tanto en el de mientras) pero siento que me hubiera gustado mucho más sin el spoiler, y eso es un punto en contra de la novela. 

3.

La película empieza ya en el hotel: en la novela hay por lo menos cien páginas previas que están muy bien, todo la historia de Jack y Wendy, de sus padres, del alcoholismo, lo del bracito de Danny. Voy a empezar a contar todo porque sino no estoy diciendo nada así que SPOILERU ALERTU. 

4.

En comparación, creo que la diferencia más estructural es que Kubrick le quitó importancia a la telepatía de Danny y al rol del señor Hallorann -que en la película, por mi recuerdo, está pero no se entiende nada-, cuando en la novela todo lo del "esplendor" está explicadísimo y justifica el título. Y como decía, le retiró todo el juego previo a la novela, pero esa es una decisión óptima e inapelable para una película: que todo empiece y todo termine en el Overlook. Lo que sí que es icónico en la película, y en la novela está desaprovechado o mal usado directamente, es el tema de la escritura y el bloqueo de escritor. Por qué digo mal usado: porque está planteadísimo, y después se lo olvida. Abandona la cuestión de la obra de teatro que Jack está escribiendo y que en un principio es tan importante. ¡En la novela no está lo de "Sin televisión y sin cerveza Homero pierde la cabeza"! Quién lo hubiera dicho. 

5.

Y después, acá entre nos, tiene un par de paparruchadas la novela: lo de la caldera es la sorpresa peor escondida de la historia de la literatura universal (ah re exagerado), y lo del REDRUM, buoh. Traté de  pensar de verdad cómo sería si uno no supiera la respuesta del acertijo, ¿la revelación resulta realmente tal? Me suena que no. En fin, la pasé re bien, pero no está en mi ranking del Estebancito Rey. Muy por debajo de Tommyknockers, que crece en el recuerdo.

viernes, 24 de mayo de 2024

Los arreglos, de Marina Yuszczuk

 1.

Una hipótesis: es un libro sobre casas. La del primer cuento, que necesita los arreglos del título. La del vecino asesino, allende la medianera. La casa con los terroríficos ruidos nocturnos, en el segundo cuento. La que está en venta sobre la avenida Entre Ríos, con las habitantes cripis. La que es un monoambiente con un fondo enorme con parrilla, en el cuento lesbiano del tomo. El depto de la tallerista de poesía, en un barrio lejano. La casa que está en calma cuando están solamente las mujeres. Y la del jardín frontal con las flores que dan nombre a la editorial de este libro, Rosa Iceberg. 

En este re-cuento me quedaron sólo dos cuentos afuera, así que casi casi que podemos dar la hipótesis por probada.

2.

Esta es una reseña express así que sólo agregaré que ayer en lo de Josefina (la montajista bahiense) me di cuenta que hay un par de títulos viejos de Marina (la escritora bahiense), anteriores a Madre soltera, que nunca leí. Y también que ayer, cuando me fui de la casa de la montajista bahiense, como si estuviera en Bahía me encontré de la nada con Mati (el editor bahiense), Andrés (el historietista bahiense) y Emilia (la periodista bahiense) y charlando me contaron que Marina está por sacar un libro nuevo. Primicias bahienses.

domingo, 5 de mayo de 2024

Nunca nunca nunca quisiera volver a casa, de Martín Villagarcía

 1.

Ahora vomito, después edito. Terminé hoy de leer este libro de editorial De Parado (la editorial más puto de la Argentina) después de muchos muchos meses de agarrarla de a puchitos. Qué pasa: resulta que (como todo el mundo) leo varios libros a la vez, y avanzo con uno u otro según me haya enganchado y también según sus dimensiones y peso y la relación de eso con mi mochila y tipo de salida de mi casa. Porque casi no leo en mi casa, excepto cuando hago caca. Leo más que nada en los tránsitos por la ciudad, salvo en las escasas ocasiones en que un libro es tan DROGA que lo quiero leer todo el tiempo, también en los momentos en que normalmente vería una serie o una película. Cuestión que los libros de De Parado son compactos, tamaño bolsillo de campera, y hasta ahora me venían gustando todos y cada uno de los hasta aquí leídos (revísense sino mis reseñas bajo la etiqueta correspondiente). Este me lo compré usado en La Libre hace por lo menos un año, y en algún momento en que quería llevar un libro pequeño conmigo, lo empecé. Cuál fue el problema:

2.

El problema fue que el libro no anda. No va para atrás ni para adelante. Primer problema, grave: está sobrecargado de escenas de sexo, pero no calientan, más bien aburren, y eso es por un lado por la propia sobreabundancia, y por el otro por lo genérico de las mismas -de las situaciones descriptas en sí, todas citas de Grindr por el mundo, y de la forma en que están escritas -todos los chicos son "hermosos" (mil veces el mismo adjetivo), la mitad son lampiños, el 30% de los susodichos se dilatan solos cuando el protagonista hurga (esa palabra es mía, creo que nunca dice "hurga") sus anos con los dedos ensalivados, etc. etc. Obvio que algunas escenas se desarrollan de otra manera, pero son TANTAS las escenas de sexo (¿serán 100? no las voy a contar, pero arriesgo ese número) que si sólo la mitad son como las describo, ya abruma. Y no se juega nada literario en esos encuentros, eso también: no hay conflicto dramático; tal vez por eso no calienta. Les digo más: la primera escena erótica del libro, y la última, fueron las únicas que me pararon la pija. La primera (página 1) es un cruising en el baño del aeropuerto, que sigue en el avión. Él no sabe con quién se está cruzando, hay un peligro, al toque descubre que la persona tiene un novio, y aunque no pasa nada, hubo riesgo, como lector no sabés qué esperar. La última escena tiene algo parecido: se encuentra con un ex en el último avión, se tapan con una manta y se manosean cual adolescentes en los asientos: hay algo pasando. 

3.

Segundo problema: todo lo que no es sexo es namedropping de marcas, de sitios turísticos y de películas, libros o artistas sobre los que casi nunca se problematiza nada (hay alguna excepción). O sino, descripciones de comidas. O sea: el libro es un diario de viaje, o tiene la forma de un diario de viaje, pero proponeme algo amigo, un conflicto, uno te pido. ¿Qué le pasa al personaje? ¿Va a aprender algo, o amagar a aprender algo? En un momento se atisba la puntita de algo que podía desarrollarse y volverse interesante, una mención a la depresión, al contraste entre la vida para el personaje monótona y gris en Argentina y la exaltación del turismo, pero no se problematiza, no se analiza, no se nada. El personaje toma medio Clonazepan por día. Eso es todo, no lleva a ningún lado. Y entonces lo que termina pasando es que -muy lamentablemente- la mención constante a "cuánto me gusta viajar" y "qué feliz que soy" y "me siento que estoy justo donde debería estar" queda lisa y llanamente en una enorme tilinguería, y nada más. 

4.

En fin, un libro que no me gustó, no pasa nada. Había leído de Villagarcía un cuento, me entero revisando mi blog, que no sólo me gustó sino que fue el que más me gustó de una antología de por sí muy buena. Así que bueno, lo volveré a intentar.

sábado, 13 de abril de 2024

Jorge, el nadador, de Leopoldo Torre Nilsson

 1.

Hubo un tiempo, situado en la década de 1960, en que la pareja conformada por Leopoldo Torre Nilsson y Beatriz Guido era a la cultura argentina lo que hoy, no sé, digamos Pepe Rosenblat y Lali, Martín y Alexandra Kohan, Javier y Fátima. Quiero decir que eran gente culturalmente relevante, cada unx con su kiosko, muy arriba en lo suyo para el ojo público, y a la vez eran pareja. Ella era una escritora muy bestseleruda, como lo eran las también aristócratas Silvina Bullrich y Martha Lynch. Las tres, Silvina, Martha y Beartiz, conforman ese universo de escritores que fueron muy leídos en otro momento y que hoy brillan por sus ausencias en el canon literario argentino, como también le pasa a Dalmiro Sáenz, por ejemplo, o en un caso más resonante, a Manucho Mujica Láinez, que cuando yo era chico estaba re adentro del canon con Borges, Sabato y Cortázar, y veinte años después se cayó a los márgenes. Yo creo que es una posición temporal: todos siempre vuelven. A Beatriz la re-editaron hace poquito. El caso de Leopoldo es un poco diferente. Vamos al punto 2.

2.

Leopoldo Torre Nilsson era en los '60s el epítome del autor cinematográfico argentino. O sea: su cine se consideraba "de autor" (¡y lo era! Miren La terraza, peliculón). Pero pasó que en los '70s hizo dos o tres superproducciones sobre próceres y mitos nacionales (Martín Fierro, El santo de la espada, Güemes), y los cineastas rebeldes de la época pasaron a considerarlo un viejo vinagre, o, también podríamos decir, un viejo meado. El podio de autor nacional lo ocupó su discípulo Leonardo Favio, y fin. Para las señoras mis alumnas, que vivieron sus juventudes en los '70s y '80s, Torre Nilsson era sobre todo el director de El santo de la espada. Qué loco, ¿no? Never Deleuze, Torre Nilsson no sufrió el olvido que creo que sí sufrió la Betty Guido, porque sus películas se han seguido estudiando en las facus de cine. En fin, capo Leopoldo, me gustaría saber más de él.

3.

Por ejemplo, ahora sé que también publicó literatura. Jorge, el nadador, es una novela de LTN, que reúne las características de ser su última novela (en Wikipedia no figura otra, ¿será su única novela?), y su última obra en general. Se publicó en diciembre de 1978, y el susodicho había muerto en septiembre. Gonza (que me recomendó el libro y lo fue a buscar a Merlo para que lo leyéramos, hola te amo <3) dice que es la novela de alguien que sabe que se está muriendo. 

4.

Jorge no es el nombre del nadador: es el seudónimo que se inventa para no decir su verdadero a una chica que le gusta, porque los muchachos le dijeron que a las chicas hay que mentirles ("-El nombre de uno es para la vieja y los amigos nomás. Si no, te enganchan"). En cambio, sí que es nadador, y uno sobrenatural: nada desde Camet hasta los acantilados de La Serena en Mar del Plata sin cansarse y sin hundir el torso. Su amigo tullido, Polio, admira a Jorge sin saber que el nadador prodigioso es su amigo. Jorge tiene un padre muerto -que se suicidó, para oprobio de la familia- y una madre amorosa, dificultades sociales, en un momento un perro (que parece Óptimo Máximo de El barón rampante), y un trabajo de cuidador de casas de veraneo en invierno con algunos avatares como cuando una turba iracunda ataca una de las casas tras la caída del peronismo (porque todo sucede en los años '50). También es una novela contra la edificación descontrolada de Mar del Plata. Y también aparece el cine, de varias maneras. Es una novela breve: 112 páginas por todo concepto. Merecería ser reeditada y leída hoy. Abajo, espoilers:

5.

Lo mejor y más hermoso de la novela es todo lo fantástico e inexplicado. Y entonces lo peor es el final, con una shyamalaneada onda todo fue un sueño que me da una bronca que notexplico. En un libro me da menos bronca que en una película igual, porque un libro se lee y disfruta a lo largo del tiempo, y el final no me caga lo anterior como sí me pasa con una película como la nefasta All of us strangers (Aftersun meets Un buen día) que vi anteayer, qué final de hijo de yuta.

martes, 9 de abril de 2024

Actualización pendiente, de Magrio González y Marcos Krivocapich

1.

Magrio y Marcos escribieron esta novela, según contaron en la presentación, como un cadáver exquisito de capítulos: sin planteo previo, respondiéndose el uno al otro por vía postal virtual, en plena pandemia. Teniendo la data se me hacía al principio muy difícil no querer adivinar quién estaba escribiendo en cada caso (en algunos casos estoy seguro). También dijeron en la misma presentación que la novela tardaba 40 páginas en arrancar. Yo creo que tarda un poco más, pero es verdad que eventualmente arranca y se acelera. Buena lectura, la pase muy bien. Siempre a favor de las novelas con capítulos breves que te permites disfrutarla en el Throne. 

2.

La novela cuenta con: 

- una imprudente cantidad de chistes, que juegan a favor y en contra de la novela; 

- una importante cantidad de tramas, que hacen peligrar la estructura (pero no colapsa); 

- un buen nivel meta, de lo mejor del asunto; 

- un protagonista tipo Shinji, que no me terminó de gustar (o era muy boludo, o hacía disquisiciones filosóficas; lo escribieron muy inteligente para lo boludo que debía ser);

- un personaje, narrador eventual, que sólo conoce la primera persona (nice);

- cacofonías con el videojuego (de los mismos autores) Ciudad Anómala de Buenos Aires;

- unos dibujos INCREÍBLES de Andrés Toledo Margalef;

- una besha factura, admirable sobre todo en su carácter de autoedición.

3.

Se lo compran a los autores, chiflándoles. Miren, prueben.

lunes, 1 de abril de 2024

La Sudestada, de Juan Sáenz Valiente

 1.

El extraño caso de la novela gráfica argentina adaptada a cine (argentino). Ahora está por pasar con El Eternauta (que no es estrictamente una novela gráfica sino una tira diaria que después se publicó en libro, y no está siendo llevada a cine sino a serie para ver en plataforma, o sea, nada que ver), pero no es lo habitual: la producción de cómics argentinos es muy abundante, y las transposiciones las contamos con los dedos de la mano (ahora y de memoria no se me ocurre ninguna novela gráfica, aunque sí personajes de cómics como Cazador, Boogie, Inodoro Pereyra... ¿hay más?... Zenitram, que salía por entregas en la Fierro de los 2000 y tiene una película con Juan Minujín... Y bueno, Cyber-six, que llegó a la tele argentina en un piloto único pero famoso, y después al animé francófono creo, pero esa es otra historia). O sea, basándonos sólo en mi memoria en este momento, esta es la única novela gráfica argentina llevada a cine argentino. (No puede ser, comentennn).

2.

Cuestión que hace un par de baficis asistí en la Alianza Francesa a la proyección de La Sudestada (Dieleke y Casabé, 2023), película buenísima que representó el regreso al cine de la grandísima Katja Alemann. Me gustó mucho, y entonces fui y me compré el libro, que no sé porque no tenía ni había leído siendo como es un imbatible. Qué bien que dibuja este tipo, y qué curioso cómo cambia de estilo de proyecto a proyecto. Hace poco leí y reseñé acá Sarna, y aunque los dos tienen ese clima de film noir, también nada que ver. En La Sudestada hay viejos, danza, sueños, planos generales de techos y terrazas casi seguro de que Villa Crespo, lanchas colectivo que surcan el Delta, y un misterio. Lindísimo libro.

martes, 26 de marzo de 2024

Trelew: la pasión fusilada, de Lautaro Fiszman y Mariana Arruti

 1.

Aterrador pero vigorizante leer esta historieta de Lautaro Fiszman con textos de Mariana Arruti y edición del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, en esta semana post primer 24 de marzo de la era Milei, cuando ese ministerio ya no es de Derechos Humanos y el gobierno de los opas nos quiere distraer con un video mal hecho por la "memoria completa". 


2.

Lo de Lautaro ya sabemos que es de otro planeta: tenemos en Argentina un historietista que pinta. Pueden chequearse las reseñas previas en este mismo blog, de Náufrago Morris y Nuda Vida, dos libros-proeza, como puse ahí un día que estaba inspirado. Esta vez Lautaro aborda otro hecho real, otra página negra de nuestra historia argentina, en asociación con la investigadora Mariana Arruti, y a instancias como decía más arriba de una convocatoria estatal para contar esto: la masacre de Trelew de agosto de 1972, en el aniversario número 50. Los cuadritos de la historieta, que son como siempre pinturas al oleo una más increíble que la otra, esta vez tienen sustento en fotografías o imágenes televisivas (y en esos casos, pasan al blanco y negro), y es la primera vez que se lo veo a Lautaro porque hasta ahora -en lo que leí- trabajaba temas decimonónicos o incluso anteriores. En medio del libro, a doble página, Lautaro pintó la foto más famosa del hecho, la de los 19 guerrilleros evadidos en el momento en que deponen las armas, y es un impacto que recién vuelve con otra doble página, que no sé si está basada en una foto: la del pueblo de Trelew en asamblea en la Plaza Independencia de esa ciudad, reclamando la liberación de los "Presos de la solidaridad". 


3.
Si bien no sabía mucho de esta historia en general, lo que no conocía para nada era la perspectiva de los vecinos de Trelew, y con ello los hechos posteriores a los fusilamientos: la huelga, las protestas, los logros de la lucha. Muy atinadamente Lautaro Fiszman y Mariana Arruti incluyen esta trama como tercer acto de un relato que de esa forma gana en luminosidad, en esperanza. La cárcel, la tortura y los fusilamientos conforman una historia terrible, de derrota del pueblo frente a los tiranos, pero con la decisión de no convertir la muerte en el final del relato, de contar qué pasó después, la tónica cambia por completo. Qué curioso.

4.
La historieta se hizo con la nuestra, qué ganas de que la nuestra vuelva a servir para cosas como esta y no para que se la timbee Toto. Cuestión que es un bien de uso público, y se puede leer íntegra y legalmente descargándola de este link.

martes, 5 de marzo de 2024

Caín, de Ricardo Barreiro y Eduardo Risso

 1.

Se podrían compilar las historias donde Buenos Aires levanta una barrera física que la separa del "interior", en un futuro distópico con ecos del XIX. Entrarían la reciente y excelente novela de Gonzalo Pardo (Cualquier lugar es bueno para morir), el de Mairal que en este blog es de culto (El año del desierto) y ahora sumemos esta historieta, once capítulos aparecidos en la Fierro ochentera y reunidos en este tomo de Ediciones de la Urraca 1993, que compré en la calle a un hombre que evidentemente estaba vendiendo los libros de su colección personal para solventar algo de la crisis vergonzante en la que nos ha sumido a todEs el gobiernos de Javier Gerardo. 

2.

No la conocía, pero sí a su autor, guionista de los clásicos también distópicos y también con culos Ministerio y El Instituto. Obvio que hay algo de esos libros en este (el reformatorio, por ejemplo, al que mandan a Caín en los primeros capítulos) pero en realidad no sé por qué, creo que por el dibujo, pensé más en Cybersix, súperhistorieta de Trillo y Meglia. Y también pensé, con más justificación, en otros dos clásicos del futuro en los '80s (qué lindo el futuro representado en los '80s) como son V de Venganza y Akira. Deberíamos meter el Blade Runner de Ridley Scott, ahora que lo pienso, por el uso gráfico de las marcas, que acá hablan del postcapitalismo del horror en el que todavía vivimos.

3.

Algo que no señalaría por obvio, pero en este caso señalaré por específico, es el quantum de machismo que había en estas historietas. No me acuerdo si en Ministerio era tan campal, a pesar del erotismo, los culos y el clima sadomasoquista general. En Caín todos los personajes femeninos son deleznables (la periodista -cuyo castigo es morir de sida-, la madre, la hermana, no sé si hay más) salvo por la "novia" que no habla hasta que no garchan y a la que por suerte le dio el autor UNA acción útil por si misma en la batalla final. Me chocó un poco, pero porque en esta historieta con este argumento y este nivel de denuncia y progresismo hoy tendríamos travas con lanzallamas como mínimo (y no el otro castigado, que tras la psicosis provocada el chiste es que se cree "la reina del carnaval"). No juzgo a Barreiro, entiendo que el contexto y etc., aunque sí podría juzgarlo porque Cyber-six no tiene estos pequeños problemitas, ahora que lo pienso. En fin, lo antedicho no arruina la diversión de la lectura.


jueves, 29 de febrero de 2024

Los compañeros, de Santiago Llach

 1.

Que belleza cómo la poesía se engarza a la época en que fue escrita. Este libro es muy 2015. A la vez, cuán el pasado es ya el 2015.

2.

Este me lo regaló Ioni, gracias Ionito.

sábado, 24 de febrero de 2024

Las locas, de Dolores Alcatena

 1.

Ahora amo a las hienas. Lo lograste, Dolores Alcatena.

2.

Leí dos novelas gráficas de la misma autora en un período relativamente corto de tiempo. La otra fue Manos horribles, que reseñé en su momento pero muy poquito, con un parrafito de nada. Y es que no le había sacado la ficha: me gustó, sí, pero algo no me terminaba de convocar. Y ahora que leí la segunda -y me encantó- creo que también quiero más a la primera.

3.

De hecho, hace poco (hoy es 11 de octubre, terminé de leer Las locas el 24 de febrero) tuve la suerte de leer otra historieta de Alcatena, una sobre gatitos que publicó en un fanzine y que yo me leí de un tirón en una actividad que hizo Mati Duarte, en la que Juan Vegetal compartió su colección privada de fanzines con el público. Habiendo entonces leído tres historietas de Doli Alcatena, puedo decir que: aguantes los animalitos, crecer, tener miedo y superarlo, y apoyarse en los demás. Y la autoedición.

martes, 20 de febrero de 2024

Uno no decide lo que ama, de Ignacio Veliz

 1.

Bueno, no me gustó, che. Ya lo sabía a la mitad del libro (largo libro, cerca de las 300 páginas con letra peque) pero lo terminé igual para corroborarlo. Tiene, obvio, rasgos que lo redimen, pero a veces son los mismos que hicieron que no me gustara: algo de la prosa tan barroca y constante (no sé qué palabra usar) es interesante y atrapa, aunque a la vez es insoportable y sofoca (¿por qué las mujeres son las "fems"? ¿quién les dice así? Se entiende que el narrador protagonista, Valentín, pero ¿cuándo? ¿Se supone que es la forma de hablar del Valentín que recuerda? O sea el Valentín que chupa "pija de bebé" (¿no había una expresión más desagradable?) al final de todo (que es el comienzo)?. Esa interpretación hice, pero no me cierra. Lo de las "fems" es un ejemplo, debe haber otros, pero eso de la prosa fue uno de los escollos, como que se me interponía con el relato. 

2.

Después, me parece que la novela tiene dos problemas más o menos objetivos. Uno de contenido, otro de forma. El primero es que es tan, tan cínica, que no deja nada del lado de acá, del lado de la empatía, o sea, digamos. Si fuera cínica y con humor, sería una cosa, pero no tiene humor la novela. Si fuera cínica todo el tiempo -onda Irvine Welsh, se me ocurre- capaz la entendería como eso, y no lo consideraría un problema objetivamente, sino una cuestión más a gusto de cada lector. O sea, si fuera sólo cínica, sería gorila y punto, tipo Pola Oloixarac que, por las dos novelas que leí, es una muy buena gorilona que escribe bárbaro, no me parece que una cosa se oponga a la otra. Pero no. La historia misma se basa en la tragedia íntima que implica para el protagonista haber creído en "el proyecto" y haberse decepcionado de él, haberse vuelto el traidor. Siendo así, aparece el problema objetivo al que me refiero. Y es que la novela por un lado odia a los pobres, y por el otro odia al kirchnerismo. Estoy SEGURO de que el autor negaría que su novela odie a los pobres, igual que Pablo Trapero cree que Elefante Blanco es una película valiosa por su contenido sociopolítico. Los pobres en esta novela son eso que huele mal y se deja acarrear. Los únicos negros cabeza con algo de entidad, con nombre y características, son o  terminan siendo matones, o violines, o similar; y de las mujeres pobres de la novela mejor no hablemos. De nuevo: si fuera PURO CINÍSMO la novela, si fuera Boogie el Aceitoso, o una de Laiseca, o de Osvaldo Lamborghini, bueno, de una. Pero la novela tiene una bajada, y creo haber entendido que no es la bajada de "Casa tomada" o "Las puertas del cielo" de Julio Florencio Cortázar. Así que es un problema.

3.

Amplío: Hay en Uno no decide lo que ama unos resquicios por los que se cuela una intención, que uno tiene que elegir ver, de decir otra cosa, de salvar algo de ese kirchnerismo conurbanense símil La Cámpora o símil no sé qué agrupación que la novela construye. Uno es el título, claro, que además está explicado innecesariamente en uno de los últimos capítulos. Pero más allá del título, hay un ejemplo más fuerte en el capítulo que se titula "Gestión o creación" y que es un diálogo entre Valentín y Gonzalo, donde el protagonista tiene la última palabra (el autor se la concede) y para oponerse a su compañero posibilista y rosquero dice: "Nosotros trabajamos con lo que no hay, si queremos crear otra cosa" (p. 190). Buen capítulo ese, por cierto, aunque sean dos carillas. Si el protagonista piensa así, si es importante contar que en un momento Valentín realmente creía en "el proyecto", ¿por qué todo lo que está en on en la novela es la imagen lanatesca de los doce años de Néstor Carlos y Cristina Elizabeth? Los doce años de kirchnerismo en esta novela son nada más que gente peleando por la caja y el cargo. A riesgo de ser reiterativo: Si fuera la novela de Carrió, sería una cosa, pero está contado tan "desde adentro", es tan el relato "realista" del crecimiento de una célula kirchnerista en el tercer cordón del conurbano bonaerense, que el hecho de que ninguno de los protagonistas en ningún momento haga una reivindicación de nada de lo obrado por Néstor y Cristina, que sólo hablen de los frentes y todo eso, es un problema de la novela.

4.

Que quizás se vincule con el problema de forma que mencionaba en el punto dos: a la novela le faltan escenas, y le sobran explicaciones. En el afán de contar una historia que ocurre a lo largo de más de diez años, y de llenarla de personajes, quedó una novela llena de "en esa época Pirulo solía hacer esto y aquello", con personajes que te los cuentan pero no los ves, no los escuchás. Al principio te dibuja cuatro amigos principales, y hay dos que se desdibujan fuerte incluso aunque termines con mucha "información" sobre ellos: Javier y el Chino. Él único que está bien desarrollado es Gonzalo, pero es un estereotipo. Hasta Valentín está mal desarrollado. Su sexualidad es un re tema del libro (¡en la primera oración está chupando pija!) pero no tiene arco. Y sobre sus ideas políticas no queda claro si hay una transformación, si no la hay, cuáles eran sus valores, si no los tenía en realidad. Nada. Ni siquiera tiene una gran ambición de poder. Ni siquiera ama a nadie. A su mamá, capaz, únicamente. Y volviendo a lo de las escenas, es una lástima, porque las escenas están buenas en muchas ocasiones. Pero no abundan. Casi todo lo importante pasa fuera de campo, es un racconto al principio del capítulo siguiente.

5.

Pido perdón si me equivoco, que me juzgue la historia, mi voto es no positivo, es en contra.

jueves, 8 de febrero de 2024

Historias extraordinarias, de Roald Dahl, seguido de The Magic Finger

 1.

¿Cuál es tu récord de tiempo máximo entre haber adquirido un libro y haberlo leído? Este tomito de cuentos de Dahl en forma de Compactos Anagrama azul eléctrico debía andar por los quince años, fácil, capaz dieciséis. No puedo recordar si me lo compré en 2006 o 2009 en España, o si me lo robé del gift shop del museo Picasso en enero de 2005, o pensé en robarlo pero al final lo compré, o si... MOMENTO. Hace muchos muchos años, en una galaxia muy muy lejana, cuando los blogs eran la onda y yo escribía (no como ahora, esto no cuenta), hice un posteo sobre robar, en el que quizás hablé de este libro. Voy a mi viejo blog. Encuentro el posteo. Es del 14 de febrero de 2008 (se cumplieron, ayer, dieciséis años, la puta madre). Aquí el fragmento con la data histórica:

(...) Un lomo de color con una barra negra en el medio, un apellido y un título. Y otro. Y otro. Había encontrando los libros de la Editorial Anagrama. Los precios: 6 euros, 7 euros, 8 euros con cincuenta. Agarré uno, Lanzarote de Houllebecq, dispuesto a comprarlo. Pero entonces, encontré más, y más. Agarré Espera a la primavera, Bandini de Fante. Y Pulp de Carlos Bukowski. Pensé en robármelos todos. Finalmente agarré uno más, Historias extraordinarias de Dahl. Si me robaba cuatro, y me agarraban, iba preso en vida y después al infierno cuando muriese. Pero no podía pagar todo eso.

El plan del robo era simple, y estaba seguro de que funcionaría salvo por un ítem. Yo quería salir caminando, con los libros en la mano. Qué mejor forma de robar que en actitud de viandante inocente. No es un concepto mío, lo sé, pero que es cierto es cierto. Pero no sabía si sonaban. Siempre sospecho que no, si a la ropa le ponen todo ese coso grande que hay que sacar con una máquina especial, es obvio que las etiquetas con un código de barras no suenan. Pero, nunca se sabe. A qué arriesgarse, cuatro libros es mucho. Decidí que lo decidiera el destino. Fui a la cajera y le pregunté "¿Se puede pagar abajo?". Si la respuesta era sí, bajaba con los libros y me iba caminando. La respuesta fue no. Quedé atontado. Todavía no había decidido si quería robarlos, pagarlos, dejarlos o quedarme a vivir en El Corte Inglés, cuando otra cajera me dice "¿Me acompañás?". Ya no tenía escapatoria. No necesitaba ninguno de esos libros, pero a la vez sí. Y si pagaba por todos, más allá del dolor de bolsillo, me iba a pesar en la conciencia (sí, así y no al revés). Le entregué tres, todos menos el de Houllebecq, más el Ásterix. El restante quedó en mi mano. "Son 30 euros" "¿30 euros justo?" "Le has pegado, 30 justo". Pagué con una mano, mientras con la otra sostenía el librito celeste. Me da una bolsa, me da el ticket, me da las gracias.

Mientras bajo por las escaleras mecánicas el único tramo que me separa de la calle, meto el libro impago con los libros legalmente adquiridos y con el ticket en la bolsa. Los pasos que di hasta la calle, aunque comunes a la vista de la gente, fueron pesados y reflexivos. Vi la línea de meta entre las dos columnas que activarían la alarma. Estaba jugado. Cinco pasos, película de un futuro cercano humillante, repleto de explicaciones y gallegos enojados, y tal vez algún madero y una multa, un paso, CLIMAX,

salida sin complicaciones, cigarrillo triunfal en la puerta de El Corte Inglés, pensando en el próximo golpe,
en pilas y pilas de libros de colores.

Así que, en resumen, me compré el libro en El Corte Inglés, en 2008, lo pagué 6 euros, y nunca lo leí. (Los de Houellebecq y Bukowski los leí al toque, el de Fante nunca lo leí y eventualmente lo vendí  por Internet durante la mala del macrismo)

2.

Lo más raro es que me encanta Roald Dahl: libro suyo que tengo a mano va a parar al asador (figurativo). En inglés o castellano (circula mucho en inglés), infantil o no tanto, como cuando leí sus memorias de niñato, Boy, prestado por la gran Iael Raij oriunda de Montevideo. Sin ir más lejos, en este blog hay cinco libros suyos reseñados por este reseñista, y con este ya son seis. Entonces, ¿por qué no leí antes Historias extraordinarias? Tengo la sospecha de que alguna vez lo empecé pero me abataté, me inventé que era medio aburrido, o alguien me dijo que era medio aburrido. Lo peor, LO PEOR, el castigo merecido por tamaño abatatamiento, fue también el motivo por el que finalmente lo leí. Resulta que Netflix le dio plata a Wes Anderson (viejo conocido de las adaptaciones de Dahl, hizo Fantastic Mr. Fox hace una década y pico) para que adaptara cuatro cuentos del británico escandinavo este a cuatro cortometrajes que me entero existen porque le gustaron a mi mamá. No va que miro uno (La maravillosa historia de Henry Sugar), miro otro (El cisne, excelente) y redepente me acuerdo de este librito. ¿Estarán estos cuentos? Me pregunto. Y antes de seguir mirando, me aprompicuo a la biblioteca donde constato, consternado, que sí, que no solo están sino que los otros dos que aún no vi, no están. Estos sí, los otros no. Me autoespoilié los cuentos, so cretino. Igual los cortos están muy bien.

3.

En fin, no es tan grave, tampoco es que se dejan de disfrutan por conocer su trama. Agarré el libro  y lo devoré. El compendio, que en inglés lleva el título original del cuento más largo (The Wonderful Story of Henry Sugar, si se lo dejaban no me pasaba lo que me pasó) incluye: un par de cuentos propiamente dichos, una especie de crónica periodística, y como frutilla del postre un texto intitulado "Racha de suerte: cómo me hice escritor" que es un poco memoria, un poco consejos, y un poco un cuento que además, conduce a otro cuento, que cierra el libro. Se llama "Pan comido" y es el primer cuento que publicó Roald en su vida. El mejor cuento es "El cisne", tremendo, violencia infantil y magia, piña en la cara. El del título original también está buenísimo, pero es tan largo y tiene tantos recovecos que casi diría que es una novela corta. Hermosísimo el juego de relato enmarcado que tiene (el cuento de Henry Sugar, que está leyendo el cuadrno del doctor Cartwright, que está transcribiendo el relato de Imhrat Khan) y cómo se desenvuelven.

4.

Una adenda: mientras leía este, o justo después, leí un cuento de Dahl en inglés, "The Magic Finger", publicado como un librito con ilustraciones del gran Quentin Blake. Como siempre, no se anda con chiquitas, tiene muerte y destrucción y aunque termina bien nada vuelve a ser como antes. ¿Sería vegetariano, Dahl? Porque es un cuento anti-caza y casi casi anti especista.



 

miércoles, 31 de enero de 2024

Nada se pierde con vivir, de Enrique Lihn y Jorge Quien

1.

Nada se pierde con vivir lleva como aclaración inmediata, debajo de su título, la repartija de responsabilidades entre los autores arriba citados: son tres monólogos del poeta chileno Enrique Lihn, dibujados por el ilustrador argentino Jorge Quien. En 2023 apareció esta reedición a cargo de la editorial Tren en movimiento, que engorda a la original -aparecida hace una década por Loco Rabia- con un prólogo del chileno Guillermo Valenzuela (que se suma al del argentino Pablo de Santis), y un texto postrero o epílogo del argentino Lautaro Ortiz, que se suma al del chileno Rodrigo Olavarría. De esa manera se mantiene la armonía transcordillerana. El libro me lo regaló Beladrich, hola Beladrich.

2.

Los tres poemas-monólogos que Jorge Quien eligió para ilustrar (o para volver historieta) son, diría, poco menos que imbatibles. O sea, el libro para fallar tenía que fallar en lo gráfico, y, pues, no falla. Así que el libro se mantiene invicto. Mientras leía no lloré porque los machos no lloran, pero ta' para llorar un poquito. Sobre todo el primero y más conocido, "Monólogo del padre con el hijo de meses" (La pieza oscura, 1963), del que me habló hace poco Marcos Krivocapich a propósito de su novela Ésta ciudad es hermosa. Los otros dos poemonólogos mortuorios, "Monólogo del viejo con la muerte" y "Monólogo del poeta con su muerte", son igual de lindos, o quizás una partícula menos. En fin, librazo (y van...).



Un hombre ridículo y otros cuentos, de Fedor Dostoievski

 1.

Fedor o Fiódor Mijailovich Dostoievski, qué grande sos, mi escritor decimonónico favorito, cuánto vales. Uno de los cuatro más capos del mundo (según un ranking falopa que establecí en los albores de este blog, hace más de mil años), hace tanto que no te leía. Hace diez años, exactamente. Seguís tan depresivo como siempre, pero a la vez, qué chistoso.

2.

Este tomito de ediciones Terramar, sin corrección alguna (muchos errores de tipeo y quizás de traducción) incluye tres cuentos: el del título, otro más bien largo que se llama "Era cariñosa y humilde" (como ésta), y uno último más cortito (como ésta) intitulado "Bobok (Narración Fantástica)". 

3.

"Un hombre ridículo" empieza como muchas historias de Fiódor, con un protagonista que se desprecia a sí mismo y nos quiere contar una historia. Resulta que el tipo es un miserable, nada le importa del mundo, y decide acabar con su vida. No va de que, frente a la decisión de suicidarse, entra en un colapso filosófico: si me voy a morir dentro de breves instantes, entonces no debería importarme el mundo, que acaba cuando acabo yo; sin embargo, ¿por qué siento cosas por esa niña pobre y descalza en la nieve que me pidió ayuda hace una hora, y a quién desprecié? En esas cavilaciones, se duerme, y casi todo lo que sigue es un sueño: el tipo en el sueño se mata, pero no muere, su alma transmigra por el espacio exterior (medio 2001 Odisea del espacio) y llega a un mundo sin pecado, en el cual vive muchos años (siempre en el sueño) y al que llega a pervertir, porque él trae el pecado. Cuestión que ese mundo, que es a la vez la Tierra pero otra, se termina por convertir en esta misma Tierra. Al hombre ridículo lo condenan por sus pecados, que son los de todos, se jesusiza digamos, y entonces despierta. Ya no quiere suicidarse. Ahora es un profeta errante, convencido de que su sueño no fue tal. Como cuento no es muy bueno, como alegoría cristiana no sé. Qué cristiano que era Fiódor.

4.

"Era cariñosa y humilde" también incluye un suicidio, el de una jovencísima esposa. El narrador es el marido, un típico protagonista que se desprecia a sí mismo, que empieza a contarnos la historia de su matrimonio mientras contempla el cadáver inmaculado de su difunta. Tiene muchos mini capítulos, y dos partes. Como cuento, es buenísimo. Lástima la edición.

5.

El último cuento es muy chistoso: un protagonista que no se desprecia a sí mismo pero que sin embargo es un borracho y quizás un loquiloqui, sale a pasear y recala en el cementerio, donde de casualidad están velando a un pariente suyo. Aburrido de la misa, sale a pasear entre las lápidas, y por motivos que desconocemos, empieza a escuchar la conversación que entre sí mantienen los muertos en sus tumbas. Es bastante chistoso, me reí un poquito para afuera en la Línea B.

6.

Fiódor corazón te amo nos veamo nos besemo.

Almer definitivo, de Manuel Loza

 1.

Lo más importante que tengo para decir sobre este libro es que lo encontré casi enterrado en el estante de abajo de todo en una librería muy bonita de Baradero, PBA, a precio diría que de 2022. Así que tremendo éxito. Por lo que tengo entendido, está agotado este, el primer libro del también autor de Estrella Roja.

2.

Almer es un caballero de la Mesa Redonda, devoto del Rey Arturo, no sé si apócrifo o canónico pero rodeado de personajes conocidos de la leyenda inglesa, como Sir Gawain y la bruja Nyneve (por cierto, ¿vieron The Green Knight? qué buena peli). Tiene aventuras y aprende cosas. A veces es muy criptoperonista, otras sólo un poco. Hay magia, pero no en todos los capítulos, algunos se mantienen en el terreno del realismo socialista. Unas pocas tienen su inicio nudo y desenlace prolijito, varias empiezan in medias res. Una de las historias, quizás la más interesante, habla de salud mental, aunque al final Almer estuviera embrujado en vez de deprimido, lo que le quita un poco el punto al cuento. 

3.

Loza sin dudas dibuja bárbaro (véase la tapa), pero a veces no se nota. Cada capítulo tiene otro estilo de trazo y sombreado y en demasiadas ocasiones la experimentación le juega en contra a la comprensión de las imágenes: capaz sea la impresión. Pero también puede ser que en algunas batallas haya problemas de ejes, porque me perdía en la acción, como en esos mangas de Macross que no se entiende nada qué nave está arriba, qué robot al costado, para dónde se mueven. 

4.

En definitiva, son muchos los problemas. Estrella Roja me gustó más.

sábado, 20 de enero de 2024

Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce seguido de Diario de bar, de Roberto Bolaño y A. G. Porta

 1.

Desbloqueo mágico de domingo de este blog inmundo listos preparados ya. 

2.

Leí este libro en enero, estamos en setiembre (fines de). Igual me lo acuerdo bastante, me quedaron sus imágenes y sus climas. Lo más extraño de la cosa es que tuve mi época de fanatismo por Roberto hace una década, cuando leí casi todo lo que pude de este capo del mundo, y en esa época también fue que me robé este libro.* Pero no lo leí. Lo acopié. Lo amarroqué. Quizás no me atraía que hubiera sido escrito a cuatro manos con otro sujeto que no tenía de nada. A la vez, qué bueno que te quede un Bolaño por leer. A mí me debe quedar alguno de los póstumos seguramente. Y la poesía, no leí la poesía completa. 

3.

Consejos de un discípulo... es todo lo que podés esperar de una primera novela de Bolaño. Que es, como ya dijimos en algún lado de este blog, uno de los escritores que mejora novela a novela, como Dostoievski. Uno que se dedicó a pulir su estilo hasta el fin (y por eso 2666 es la mejor novela de Bolaño, como Los Karamazov para Fiódor). Sin embargo, Never Deleuze, esto que digo no convierte a Consejos... en la peor novela de, sino que la convierte en la más "boceto de lo que será". Boceto de Los detectives salvajes, de Una novelita lumpen

4.

Cuenta la historia de una pareja de lúmpenes, justamente, que se entregan al crimen casi que porque pueden, y van avanzando en su raid criminal como los amantes de True Romance hacia un final trágico -creo, el final no me lo acuerdo tanto-. La historia incluye una femme fatale latinoamericana hot, el protagonista es un proto García Madero, hay trolos y referencias a la cultura pop. Y noches sórdidas de bares. Y drogas. La verdad es que está buenísima la novela.

5.

En el mismo libro hay otro coso que se llama Diario de bar, y del que, a ocho meses de su lectura, no recuerdo nada. También hay un muy bonito y muy interesante prólogo del otro autor de ambos textos, el barceloneto A. G. Porta, donde cuenta lo que recuerda del método de escritura, del trabajo con Bolaño. a cuatro manos. Fin de la reseña.

sábado, 13 de enero de 2024

Universo DC por Alan Moore

 1.

Le había echado el ojo a este librazo hacía mucho tiempo, pero esperé. Mi mejor acción de especulador financiero es comprar cómics caros cuando el salto inflacionario ya pasó pero todavía no se actualizaron los catálogos de las comiquerías. Soy un genio de las finanzas. Ahorro en cómics. Del contenido del tomo qué les voy a decir: diversión garantizada.

2.

Entre otras historias, el libro incluye el que para muchas personas es el mejor cómic de todos los tiempos, o el mejor de superhéroes, o el mejor Batman, que es La broma asesina (1988) y que nunca había leído. Vive a la altura de su reputación. Notablemente, todas las películas de Batman posteriores parecen salir del paradigma que establece este guión, especialmente la primera de Burton, pero la de Heath Ledger también.